El derbi sevillano es mucho más que un partido de fútbol. Es una ciudad que se divide en dos para animar cada parte a su equipo. Y este domingo cogen mejor el sueño los del Sevilla, que se impusieron al Betis por 0-2 en el Benito Villamarín. [Narración y estadísticas: Betis 0-2 Sevilla]
Celebró por todo lo alto el vestuario del Sevilla su vitoria en la casa del eterno rival. El partido acabó con las pulsaciones altas y con un pequeño rifirrafe con el que Mateu Lahoz terminó rápido. Se fueron los futbolistas verdiblancos al interior y se quedaron los sevillistas sobre el terreno de juego para festejar con su afición el triunfo.
Lo peor para el Betis y su afición es que aunque la risa va por barrios, con un parón internacional de por medio, la guasa en la capital andaluza va a prolongarse más de lo que los béticos querrían. Derrota dolorosa y un dato para la historia: Joaquín se convirtió en el futbolista en disputar más derbis sevillanos.
El punto de inflexión del encuentro estuvo en la expulsión de Guido Carrillo justo antes del descanso. Desde ahí, la balanza se fue decantando del lado de los de Julen Lopetegui que no pararon de festejar la victoria, teniendo que volver a salir del vestuario porque sus aficionados no se movían de las gradas del Villamarín.
Ambos equipos andaluces llegaron al derbi con el mal sabor de boca de la jornada europea. Mientras el Sevilla cayó ante el Lille por 1-2, el Betis salió derrota en su visita al Bayer Leverkusen por 4-0. Con este escenario previo, los visitantes salieron al verde del Benito Villamarín intentando centrarse en sus llegadas a la portería de Claudio Bravo.
Así fueron llegando las primeras aproximaciones a portería rival, pero también el Betis tuvo sus ocasiones de ponerse por delante, como con el disparo con rosca de Rodri Sánchez ante el que tuvo que intervenir Yassine Bono. Y fue minuto a minuto cuando llegó el primero de la noche. Pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego de Héctor Bellerín. Tras el susto, Rafa Mir también dio su réplica sin suerte.
Antes y después
El partido tuvo un antes y un después cuando Guido Rodríguez vio la segunda amarilla. La primera cartulina la había recidido a los 10 minutos del comienzo del encuentro tras una falta sobre Rakitic. En el 45' vio la siguiente, y por consiguiente la roja, por una nueva falta, esta vez sobre Rafa Mir cuando encaraba el área del Betis.
Así ambos equipos se retiraron a vestuarios y tras la reanudación, se pudo ver que Pellegrini hizo un movimiento estratégico al jugar con uno menos. Willian José fue sacrificado y William Carvalho salió a escena, quedando Nabil Fekir como el jugador más adelantado de los verdiblancos.
Con un hombre más sobre el campo, el Sevilla fue cogiendo las riendas del partido, con Acuña y Ocampos haciendo daño por las bandas. De ahí al gol del primero tras un zapatazo desde la frontal del área, lanzamiento imposible para Claudio Bravo. El tanto sentó muy bien a un Sevilla que hizo el segundo entrados los diez minutos finales.
En esta ocasión fue una desafortunada acción para el Betis, ya que fue Bellerín el que se introdujo el balón en su propia portería al intentar despejar un centro. De ahí a que el estadio prácticamente se quedase con menos de la mitad del aforo que había al inicio. El beticismo se fue antes de tiempo y el Sevilla celebró como un título esta victoria en el derbi de la ciudad.
Betis 0-2 Sevilla
Betis: Bravo; Bellerín, Pezzella, Édgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado (Juanmi, 63'); Rodri (Tello, 63'), Fekir (Joaquín, 89'), Canales; y Willian José (Willian Carvalho, 46').
Sevilla: Bono; Montiel, Koundé, Diego Carlos, Acuña (Augustinsson, 87'); Fernando, Jordán (Papu Gómez, 75'); Lamela (Óliver Torres, 75'), Rakitic (Delaney, 83'), Ocampos; y Rafa Mir (Dalaney, 83').
Goles: 0-1, 55' Acuña; 0-2, 81' Bellerín (p. p.).
Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Expulsó al bético Guido Rodríguez por doble tarjeta amarilla (10' y 45'). Amonestó al visitante Diego Carlos (31') y al local Tello (90+').
Incidencias: Partido de la decimotercera jornada de La Liga disputado en el estadio Benito Villamarín (Sevilla, España) ante unos 50.000 espectadores, entre ellos unos seiscientos sevillistas agrupados en una zona acotada para seguidores visitantes.