Ander Barrenetxea (San Sebastián, 2001) debutó con el primer equipo de la Real Sociedad en diciembre de 2018 y lo hizo seis días antes de cumplir los 17 años. Desde entonces se ha mantenido con los 'mayores' y ha ido creciendo a ritmo de vértigo. Imanol Alguacil, el entrenador que enamora a todos en La Liga, ha tenido un papel fundamental en ello.
Barrene, como le llaman, es un chico tranquilo en su vida privada al que no le gustan los focos. Tiene mucho de San Sebastián, de su barrio, de su casa. Por eso ni se acuerda (o no quiere recordar) cuando siendo un adolescente su cara estaba en las portadas por ser el primer jugador nacido en el siglo XXI que debutaba en la máxima división del fútbol español.
Es muy joven, pero ya sabe lo que es marcar al Real Madrid y al Barcelona en Anoeta, jugar en Europa, hacerlo también con la Selección Sub21 y, sobre todo, ganar una Copa del Rey con la Real Sociedad. La carta de presentación no podría ser mejor.
EL ESPAÑOL ha hablado con Barrenetxea. Hace poco que salió de una lesión y se ha quedado en Zubieta entrenándose durante el parón internacional. Y si usted todavía no ha leído la palabra líder, que es lo que es la Real de La Liga pasadas 13 jornadas, es porque en el vestuario txuri-urdin tampoco le quieren dar tanta importancia. Quizás ahí está el secreto de un grupo que es una piña partiendo desde su entrenador.
Ander habla rápido, casi como todos los chavales de hoy en día (servidor incluido). En el terreno de juego es igual. Eso sí, como confiesa en la entrevista, cada vez se siente más tranquilo cuando pisa el área rival y eso le va ayudando a tener mejores números (goles y asistencias), que es lo que ahora le exige Imanol.
Pregunta: ¿Cómo se va uno al parón sabiendo que es líder?
Nosotros no nos fijamos mucho en eso. Obviamente, te ves primero en la clasificación y es mucha satisfacción. Al final el trabajo que están haciendo día a día se ve recompensado. Nosotros tenemos que seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora y en el parón a darle más caña para estar como motos a la vuelta.
No me creo que no lo comentéis o vaciléis de ello en el vestuario...
La verdad que no sabría decirte. No lo he hablado con nadie o si eso con los más cercanos igual. Con (Jon) Pacheco o Martín (Zubimendi)... Y dices joder, que vamos primeros... Pero realmente, entrenamos tan duro y todo que al final eso es lo que refleja el trabajo que hacemos cada día en Zubieta. Eso es lo que se ve también en el campo en Anoeta.
¿Influye veros primeros a la hora de jugar un partido como, por ejemplo, el último ante Osasuna?
Yo creo que es más importante para vosotros que para nosotros -risas-. Sabemos lo dura que es La Liga y todavía no hemos hecho nada, que queda un mundo. Tenemos que estar tranquilos y seguir haciendo nuestro juego.
Había que ganar el partido, que es como salimos siempre. Yo creo también que ante un equipo como Osasuna, que este año está haciendo las cosas increíbles, salimos ahí al Sadar a apretar, a tener el balón, a hacer nuestro juego. Yo creo que esa es la clave también de lo bien que nos está yendo este año.
¿Cómo lo vive el míster?
Imanol nunca se cree lo que estás haciendo, prácticamente. Para él ser líder de Liga no es un logro increíble sino que lo es el hecho de estar trabajando día a día y que ese trabajo se vea recompensado el campo. Eso es lo que más le gratifica y lo que más le pone contento.
Es mucha disciplina y mucho trabajo, sobre todo. Al final nos intenta inculcar lo que él quiere ver en el campo y es garra, fuerza e ir con todo. Tiene una forma de transmitírtelo que hace que te lo acabes creyendo y, al final, eso de Imanol nos hace mejores a cada uno.
Con Imanol llevas trabajando cuatro años, tiempo para establecer una relación cercana. ¿Qué te pidió para esta temporada y cómo te estás viendo tú?
Siempre hemos hablado de lo mismo y me dice que en los metros finales nunca he sido del todo decisivo. Quiere que me centre un poquito en los goles y en las asistencias, en los números, que al final un extremo es de lo que vive... con algunas comillas.
Yo ahora me encuentro más tranquilo a la hora de, por ejempo, coger el balón en el área, levantar la cabeza y mirar. Me solía poner nervioso muchas veces cuando llegaba a esas zonas y ahora es como que he adquirido esa pausa para buscar el mejor pase o tiro. Es lo que más he trabajado con Imanol, ser más preciso ahí.
Imanol te pega una cachetada o te vacila un poquito, pero en el campo no te hace ni un gesto de cariño
Es muy importante en vuestro caso esa conexión que hay entre el míster y los jugadores, ¿no?
Hay mucha confianza. Imanol te pega una cachetada, te vacila un poquito... Es muy positivo que tu entrenador te haga eso, que exista esa conexión. Luego en el campo no te hace ni un gesto de cariño -risas-, pero en Zubieta es super cercano. Todos los días habla contigo y te pregunta qué tal estás. Eso se agradece porque notas que el entrenador también te da importancia a ti, que le da importancia a todo el mundo y eso es la hostia en un equipo.
Imanol es de la casa. Tú eres de la casa. Qué especial tiene que ser para un jugador como tú que tu entrenador lo sienta igual.
Los que somos de aquí sabemos que aquí todo el mundo es de la Real, que todos lo somos y queremos lo mejor para la Real. Si es que Imanol está haciendo un trabajo increíble y se está viendo en todos los aspectos...
El once de esta Liga con la media de edad más baja es de la Real (24,1 años). ¿Por qué, aún así, vemos un equipo tan madurado?
No sé. La madurez te la da el haber jugado muchos partidos y, aunque seamos muy jóvenes, si te fijas hay un montón de jugadores que han ido subiendo pronto. Mira Oyarzabal, que tiene 24 años y parece que lleve diez en Primera División. O Merino, que tiene 25 y antes ya había jugado en el Borussia Dortmund. Todo eso te da experiencia y ese punto de cabrón en el campo que no te lo da otro equipo, normalmente, cuando sube alguien del filial.
El próximo 21 de diciembre se cumplirán tres años de tu debut en el primer equipo. Se dice pronto. Yo recuerdo aquello lleno de titulares que decían: 'Debuta en La Liga el primer jugador nacido en el siglo XXI'. ¿Cómo lo recuerdas tú?
Fue muy especial. Además, era un día que en Donosti se celebra mucho (fiesta de Santo Tomás). Lo viví como algo increíble. Luego de lo que me dices de la prensa, es que a mí realmente no me gusta ver ni lo que dicen de mí. Aquello no me influyó y es que ni lo recuerdo ya lo que se habló en aquel momento. Al final del día yo soy bastante casero, muy tranquilo y no me influye todo eso nada.
Saltando tan pronto a la élite del fútbol, ¿le llega a agobiar a uno esa repentina exposición mediática?
Agobiado no. En cuanto a la fama y eso, no soy de los jugadores a los que les gusta que la gente le reconozca y tal. Soy muy tranquilo y me gustar ir a lo mío con los míos, como se suele decir. Hay cosas que las llevas bien. Te acostumbras a que alguien te pida una foto, por ejemplo. Es de agradecer también que te las pidan porque te sientes especial para la gente. Es muy bonito eso, de verdad.
No me gusta llamar la atención [...] soy el chaval que ha estado siempre en el barrio y ahora juega en la Real
A lo mío con los míos...
A mí no me gusta llamar mucho la atención. Realmente, en San Sebastián, de donde somos, la gente respeta un montón todo. No te molesta lo más mínimo. Es que ni lo noto casi. Si eso viene algún niño y te pide una foto, pero yo estoy con mis amigos por la calle y no noto que la gente esté encima. Te ven y saben que eres el chaval que ha estado siempre en el barrio y ahora juega en la Real.
¿A tu edad, como futbolista, se suele pensar mucho en el futuro? ¿Es algo que hables, quizás, con los más veteranos del equipo?
No lo pienso mucho. No me gusta obsesionarme con lo que va a pasar. Tengo que disfrutar aquí, sacar lo mejor de mí y lo que tenga que llegar ya llegará. Estoy en un momento inmejorable, la verdad.
No es que haya hablado mucho de esas cosas con mis compañeros. Si que igual con David Silva he hablado y me ha preguntado si me gustaría ir a la Premier League algún día. ¿A quién no le gustaría? Pero como nunca se sabe pues tampoco voy a decir algo para que luego sea una burrada -risas-.
Es increíble compartir vestuario con gente a la que tanto tú como yo hemos visto en la televisión siendo unos críos. Silva, Illarra...
Es gente que está en el máximo nivel y que lleva diez años ahí. En el caso de Silva, quince. Intento mirarlos, aprender de ellos y, sobre todo, guardar bien todos los consejos que me den porque siempre son de utilidad. Siempre.
Me gusta mucho Hazard y me podría ver reflejado en su estilo de juego
¿Quién era tu ídolo de pequeño y en quién te fijas actualmente?
De pequeño, cuando eres de la Real, pues siempre te fijas en gente como Xabi Prieto. Era mi referente. Siempre ha estado en la Real y los de Donosti siempre le tenemos un cariño especial. Actualmente, me gusta mucho Hazard. Ahora no es cuando mejor está, pero me gusta mucho su juego y, salvando las distancias, me podría ver reflejado en su estilo de juego.
En estos años como profesional, ¿cuál es el momento que recuerdas con especial emoción? Bueno, me vas a decir la Copa del Rey -risas-.
¡La Copa, claro que sí! -risas-. Yo creo que el otro fue el debut. Me marcó mucho. Sentí que por fin lo había conseguido, sabes. El hecho de llegar ahí y jugar con mis ídolos fue increíble. La Real es un club de cantera y cuando sale un jugador de ella se le recibe con mucho cariño. Es que se me pone la piel de gallina ahora y todo...
La Real había pasado 34 años sin ganar la Copa. Es que, por edad, ni te acercas a haber podido respirar algo de aquel título y para los más pequeños de la cantera será un privilegio ahora haber podido vivir la última. ¿Te imaginaste que formarías parte de algo tan importante en la historia del club?
Imaginármelo me lo imaginaba todas las noches de mi vida, pero que fuera a pasar no me lo esperaba. A un chaval de la cantera le diría que lo aproveche y que lo disfrute, pero también te digo que yo he visto a la Real en Champions, he visto partido muy guapos y no tengo de qué quejarme. La Real ha ido en los últimos diez años como un cohete para arriba.
Para acabar, ¿hay algo que os exijáis sí o sí viendo lo bien que os van las cosas? ¿Entrar en Champions?
No podemos pensar solo en Champions y Champions porque sino a la mínima que pinchemos ya somos una mierda y no sé qué. Hay que buscar estar tranquilos, hacer lo nuestro día a día. Ni por perder un partido somos los peores ni por ganar dos somos los mejores. Es en lo que Ima nos ayuda mucho. Cuando ganamos nos cae bronca y cuando perdemos nos dice que somos los mejores. Eso te ayuda a no hundirte y a no crecerte. Mantener esa estabilidad emocional es muy importante durante una Liga tan larga.
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