Antoine Griezmann se consagró como 'El Principito' del Atlético de Madrid desde su llegada en 2014 procedente de la Real Sociedad. El delantero francés vivió una notable evolución física y técnica hasta situarse como uno de los delanteros más en forma del continente. Una explosión coincidente con el buen hacer de Simeone en el banquillo que, juntas, llevaron al equipo rojiblanco a la élite del fútbol español y europeo. Sin embargo, ese cuento perfecto lo estropeó una salida al Fútbol Club Barcelona y un retorno a Madrid marcado por la decepción del aficionado.
La hinchada del Atlético de Madrid nunca entendió la marcha de Antoine Griezmann del equipo. Y mucho menos las formas que empleó el francés para anunciar que dejaba un equipo en crecimiento para marcharse a uno que, previsiblemente, le iba a asegurar la lucha constante por títulos. La primera advertencia llegó en 2018, cuando los rumores de una posible salida al equipo catalán comenzaron a surgir. Era un hecho que el Barça quería a Griezmann. Y también una sensación que Griezmann, al fin y al cabo, quería probar lo que era jugar en un club asentado en el top mundial.
La idea no era descabellada, pero la manera en la que acometió la mudanza no fue la adecuada. La primera gran renovación de Antoine Griezmann llegó en 2016. El club rojiblanco era consciente del talento que tenía en su plantilla y amplió su vinculación hasta 2021 con una cláusula de rescisión de unos 100 millones de euros. El francés siguió creciendo y en 2017 volvió a mejorar su contrato. En esta ocasión, el acuerdo se resumió en una subida importante de salario y un contrato hasta 2022.
A pesar de que el caso parecía estar cerrado, en 2018 se produjo una nueva renovación contractual, en esta ocasión con una vinculación hasta 2023. Griezmann rechazaba así el interés del Fútbol Club Barcelona y acababa con todos los rumores. Además, lo hizo por medio de un documental emitido en televisión y donde reflejaba cómo estaba viviendo todo el proceso. La decisión de Griezmann pasó de ser algo con el Atlético a un capítulo que millones de personas podían ver con un guion de por medio. Y, aunque el desenlace le mantenía como rojiblanco, el detalle no gustó.
El caso terminó de explotar en 2019, cuando el Barça negoció a espaldas del Atlético para cerrar un acuerdo con Antoine Griezmann. El jugador tenía una cláusula que reducía su valor de 200 millones a 120. Y el Barça esperó al momento justo para abordar la operación oficialmente con el Atlético a pesar de haber pactado con Griezmann con anterioridad. El delantero se marchó a Barcelona y Madrid quedó como sede del rechazo a las formas del atacante. Un camino que el galo esperaba que no fuera de vuelta, sino solo de ida, y que ha tenido que rehacer tras su fracaso en un Camp Nou que nunca terminó de comprar su fichaje.
Simeone, su gran defensor
El entrenador argentino es el ídolo de la afición rojiblanca. A pesar de los pitos que pueden notarse en ciertas ocasiones en el Wanda Metropolitano, es un hecho que en el Atlético de Madrid hay confianza ciega en el Cholo Simeone. La afición está con él y los cánticos coreando su nombre son una tradición más del ritual del Wanda Metropolitano. Renovado hasta 2024, su continuidad depende únicamente de él.
Por ello, el apoyo del exjugador es fundamental para lograr un perdón necesario a Antoine Griezmann. El francés está condenado a quedarse en el Atlético salvo que salga fuera de España y, con Simeone a los mandos, el público no tiene otra que asumir que es uno de sus jugadores favoritos en el terreno de juego. El delantero firmó una cesión algo polémica tras no encajar en el Barça y, salvo cambio de última hora, pasará a formar parte definitivamente del cuadro colchonero.
El acuerdo entre culés y rojiblancos incluía una cesión de una temporada con opción de compra. O, al menos, es lo que se explicó en un primer momento. El contrato dejaba a Griezmann con posibilidades de dos años de cesión y, según confirmó Joan Laporta, una de las cláusulas daba la opción de compra en función de algunos objetivos. En definitiva, Griezmann será propiedad del Atlético a cambio de 50 millones si juega el 50% de los partidos en los que está disponible.
Por lo tanto, Griezmann no tiene otra salida que la de seguir en un Atlético donde sí se siente cómodo con Simeone. Y el argentino, ahora eufórico por el pase a octavos de la Champions League, no duda de que cuenta con él como un pilar fundamental. "Deseando volver a casa", indicó en su día. Semanas después, son siete goles (cuatro de ellos en Champions) los que sustentan su futuro de rojiblanco.
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