El Fútbol Club Barcelona ha lidiado los últimos meses con la presión de unas cuentas en números rojos. La gestión de Josep Maria Bartomeu y el impacto de la crisis por el coronavirus dejaron a la entidad azulgrana en la cuerda floja. Los culés confirmaron la temporada pasada prácticamente 500 millones de euros en pérdidas, una cantidad muy dañina que ha aumentado la deuda del club y que ha servido para limitar todos los movimientos de la planificación blaugrana.
El objetivo para esta nueva campaña, ya con el equipo de Joan Laporta gestionando al completo, era mejorar los ingresos notablemente. Y, una de las claves, era lo recibido por la venta de entradas. La vuelta del público gradual que se confirmó a principios de la temporada, y el visto bueno de Sanidad y Comunidades Autónomas para el 100%, dio oxígeno al Barcelona en su objetivo por exprimir al máximo la capacidad de ingresos. Por ello, y con unas previsiones optimistas respecto a este apartado, un paso atrás reduciendo el aforo sería muy dañino.
Por el momento, tras el aumento de contagios por la variante ómicron, la Generalitat ha confirmado que pretende establecer diferentes medidas de restricción. Entre ellas, además de un toque de queda, se encuentra la de la reducción de aforos tanto en interiores como en exteriores. El Camp Nou, ahora con un 100% de disponibilidad, bajaría hasta el 70% en caso de que la Justicia dé el visto bueno a estas restricciones.
En caso de ir adelante, la reducción de aforo entraría en vigor este mismo jueves y se extenderían durante 15 días, por lo que en torno al 6 de enero podrían finalizar siempre y cuando no se opte por alargar las medidas. El Barça, por lo tanto, se vería afectado en secciones como el fútbol masculino, el fútbol femenino o el baloncesto. Debido a la cantidad de entradas, serían las dos secciones masculinas las que más dañarían las cuentas culés.
El Camp Nou, por ejemplo, cuenta con unos 99.354 espectadores. Con este 70%, el Barça de Xavi Hernández solo podría contar con algo menos de 70.000 espectadores. Sin embargo, gracias a la coincidencia del calendario, los culés podrán escapar de esta reducción si la Generalitat no alarga su duración.
Si los 15 días son el límite, el conjunto catalán evitaría el 'golpe' de la Covid en su aforo. Y es que no será hasta el próximo 19 de enero cuando los culés, ante el Rayo Vallecano, vuelvan a jugar como locales. El Barça, por lo tanto, está a la espera de las autoridades autonómicas. Cabe recordar que la Generalitat ya retrasó el regreso del 100% al Camp Nou con el posterior enfado del club azulgrana.
El baloncesto, el más dañado
El conjunto de Sarunas Jasikevicius contará con un calendario mucho más apretado que el equipo de fútbol. Y, además, con muchas más citas en su pabellón jugando como local. En total, mezclando Liga Endesa y Euroliga, los culés disputarán cuatro partidos hasta el 13 de enero como locales. Sus 7.585 butacas, al menos hasta el 6 de enero, se tendrán que reducir a poco más de 5.300.
El Barça recibirá el 28 al MoraBanc Andorra y el día 30 al Baskonia. Tras tres partidos jugando como visitante, el cuadro catalán volverá a defender su cancha el día 11 ante Olimpia Milan y el 13 ante Anadolu Efes. Para estos dos partidos, según la fecha límite establecida por la Generalitat, se deberían haber ampliado las restricciones para impedir el 100% de aforo en el Palau.
[Más información - El Espai Barça se aprueba: la obra de 1.500 millones en el Camp Nou durante su mayor crisis económica]