El 2021 quedará para la historia en el Fútbol Club Barcelona. Seguramente ahora se verá en negativo, y hay muchas razones para pensarlo, pero también es muy probable que el año se recuerde en positivo cuando la entidad salga de la crisis en la que se encuentra. La realidad es que el club se salvó de una quiebra total. En cualquier caso, perder al mejor jugador de tu historia, que salten escándalos de fraude e incluso sexuales y el nivel deportivo del equipo son manchas muy serias.
Pocos culés se acuerdan de que han ganado una Copa del Rey en un año en el que el Real Madrid no llevó ningún título a sus vitrinas. El proceso de elecciones, el trauma que supuso la salida de Leo Messi y las dificultades que se encuentran para reconducir a la plantilla pesan más en la cabeza de los seguidores culés. Joan Laporta devolvió la ilusión, pero le ha hecho boomerang. Su confianza ha quedado refrendada con la aprobación del endeudamiento para construir el Espai Barça, pero la calle dice otra cosa.
La hipoteca que tiene la entidad derivada de una gestión nefasta heredada por Josep Maria Bartomeu es una buena excusa para enmascarar que no haya comenzado bien esta segunda etapa del presidente culé. Pero la afición quiere pasar página ya y que no se le recuerde lo que hizo la anterior junta directiva. La promesa de que con Laporta Messi renovaría también pesa en esa desconfianza que se está ganando Joan, pero esa fue la principal medida con la que preservó el futuro de la entidad.
No es sencillo teniendo el prestigio que tiene el Barça salir a la palestra y decir que no puedes fichar, pero el culé inteligente sabe que quedan varios años vagando por el desierto. Tienen a su favor a grandes profesionales a los manos como Ferran Reverter, así como a una gran generación de futbolistas jóvenes que pueden relanzar al club. Hoy el FC Barcelona puede seguir siendo de sus socios, aunque la sombra del cambio de propiedad no termina de desaparecer.
Messi, la parte por el todo
La Due Diligence financiera que se encargó cuando Joan Laporta asumió la presidencia destapó una situación crítica: "En marzo nos encontramos con patrimonio neto negativo, si fuera una SAD sería una quiebra contable que supondría la disolución". Solucionaron esta crisis refinanciando deuda, es decir, aumentando la deuda a largo para reducir las obligaciones a corto. La entidad tuvo un incremento del 61% en su masa salarial cuando los ingresos solo crecían al 30%.
Esto era insostenible, a pesar del control de LaLiga; la misma que dio soluciones al club para poder renovar a Leo Messi con el dinero de CVC como la principal. El argentino puso final a 21 años de carrera en el Barça, lugar donde se convirtió en el mejor del mundo después de que fuera imposible cuadrar el límite salarial sobrepasado con un nuevo contrato para el '10'.
Laporta negoció con el jugador y su padre una importante reducción o realizar unos pagos en diferido, una opción que podría incurrir en un fraude de ley y que pondría los ojos de Hacienda sobre la figura de Messi y del Barcelona nuevamente. Todo quedó en agua de borrajas y con un final frío. El presidente echó la culpa a Javier Tebas, pero este mismo lo desmintió.
Sí había capacidad para contratar al argentino siempre y cuando se descartaran otras opciones como las llegadas de Agüero, Eric García o Memphis Depay. De esta manera, el Barça habría retenido a su jugador estrella, aunque sin incorporar a tres jugadores que pese a llegar libres sí que influían en la masa salarial.
Las soluciones
Solo la creación de la Superliga Europea conseguiría aliviar, en gran medida, la presión económica que sufre el Fútbol Club Barcelona y de ahí el apoyo incondicional de Joan Laporta a Florentino Pérez para lograr la nueva competición. El Barcelona se juega su futuro, no solo deportivo sino también como entidad, y necesita la nueva competición para despejar la sombra de la SAD.
Tras la presentación de las últimas cuentas del club, la deuda neta del FC Barcelona se sitúa en los 680 millones de euros, mientras que la deuda bancaria es de 533 millones, un importe que responde a las diferentes emisiones de deuda a largo plazo que tenía el club a 30 de junio, así como al préstamo para la financiación del Espai Barça y otras inversiones extraordinarias.
La entidad hizo unas previsiones para esta 2021/2022 que ya no se van a cumplir. El club espera reducir los gastos de explotación hasta los 784 millones después de una reducción de la masa salarial deportiva de un 31%. En el cumplimiento más idílico de este plan económico, el Barça espera conseguir un resultado de explotación negativo de -19 millones de euros, que se quieren compensar con la obtención de un resultado neto financiero positivo de 23 millones de euros. Para ello, contaban con llegar a los cuartos de final de la Champions y tendrán que conseguir ese dinero ganando la Europa League.
La vergüenza
El Barça, tras el último año de Bartomeu, se ha quedado con cifras negativas en todas sus cuentas. El detalle más evidente que lo refleja es que durante la temporada 2020/2021 el Barcelona tuvo más pérdidas que todos los clubes de LaLiga juntos. El equipo del anterior presidente, en sus análisis, fijó unas pérdidas de 50 millones de euros. Sin embargo, la Due Diligence realizada con Laporta como presidente confirmó que en realidad se habían acumulado más de 480 millones de euros en pérdidas.
Estas cuentas vergonzosas se acumulan con los casos judiciales que se han abierto dentro del club. El primero es el 'Barçagate' contra el expresidente Bartomeu donde se le imputan delitos de administración desleal y corrupción entre particulares. Ya más recientemente se ha denunciado a Albert Benaiges, hasta hace unos días coordinador del fútbol base del Barcelona, por abusos a menores de edad durante los últimos 20 años y mientras trabajaba como profesor de educación física en un colegio de la Ciudad Condal.
Los más jóvenes no recordaban a un Barça peor. Los más adultos son conscientes de la trascendencia histórica del momento por el que han pasado en este 2021. El año acaba, para bien y para mal. Hay frentes abiertos, otros con la solución cercana y muchos que ya se han cerrado. Lo más importante es que el FC Barcelona sigue, aunque esté por confirmar en qué condiciones lo hará. Uno de los clubes más importantes del mundo sigue capeando con una crisis sin precedentes.