Siete años después de su llegada al Atlético de Madrid como una promesa procedente del histórico San Lorenzo de Almagro, Ángel Correa se ha situado en el lugar al que aspiraba. Este futbolista ha vivido lo que resultó ser una carrera de fondo sorteando obstáculos y dificultades desde que en 2014 se comprometiera con el equipo rojiblanco. La semana en la que ha firmado su renovación hasta 2026 se presenta como el líder de los de 'Cholo' Simeone en la Supercopa de España.
En uno de los momentos más delicados de la era Simeone, cuando el equipo acumulaba cuatro derrotas consecutivas, apareció para marcar un doblete que permitió a los rojiblancos lograr una victoria balsámica y volver a puestos de Champions League. No es la primera vez que sale al rescate cuando más falta hace. Solo hay que recordar su magnífico gol en Valladolid en el último partido de la pasada temporada que acercó el título de La Liga al Metropolitano.
Volvía a ver portería este último fin de semana, aunque no le sirvió para darle el triunfo a los rojiblancos ante el Villarreal. Eso sí, fue uno de los goles de La Liga. Para bien y para mal, esta temporada los de Simeone son un conjunto de nombres más que un equipo y el argentino es la figura entre todos ellos, capaz de fluir como ninguno y dejar detalles en cada toque de balón. Su gran estado de forma y de fútbol se evidenció con el golpeo desde el centro del campo del fin de semana pasado.
Llega en un gran estado de forma al torneo que se disputa esta semana en Arabia Saudí. Enfrente tendrá un Athletic Club que será el escollo en las semifinales con el objetivo de sumar otro título más. El argentino ya formaba parte de la leyenda y no solo por la placa en el Metropolitano de sus más de 300 partidos que ha vestido de rojiblanco. El 21 de mayo de 2017, un gol suyo precisamente ante el conjunto vasco se convirtió en el último en la historia del Vicente Calderón.
Fe ciega rojiblanca
La historia de Correa con el Atlético comenzó con un reconocimiento previo a la firma del contrato en el que los médicos le detectaran un grave problema de corazón que le obligó a pasar por el quirófano. A pesar de eso, apostaron por él. El jugador tomaba un riesgo para poder seguir siendo profesional y el club también lo hacía con un joven que sería una incógnita. Ya de niño aprendió a vivir entre zancadillas de la vida que sorteó de la misma manera que ahora regatea sobre el césped.
Nacido en una barriada humilde de la ciudad de Rosario, con diez años perdió a su padre y dos después a uno de sus nueve hermanos. Costeada por la entidad rojiblanca, aquella operación en el hospital Monte Sinaí de Nueva York, el mejor centro cargiológico del mundo, le permitió seguir disfrutando del balón, tabla de salvación para una familia que pudo alimentarse gracias a sus goles y regates antes del salto a Europa.
El delantero no olvida nunca ese gesto de confianza a ciegas que le brindó el Atlético y esta semana volvió a agradecerlo en los medios del club tras anunciarse la ampliación de su contrato hasta junio de 2026, dos años más de los que tenía firmados. "Antes de ser jugador del Atlético, el club apostó por mí, por pagar mi operación y voy a estar siempre agradecido de por vida porque me han demostrado todo su cariño desde el primer día que llegue", recordaba Correa el día en el que se hizo público este acuerdo.
Sin gestos ni desprecios
En un momento en el que las estrellas rojiblancas destacan más por sus gestos sobre el campo quejándose de sus minutos o de la falta de suerte de cara a la portería, Correa se ha convertido en un líder sin dar una voz más alta que otra. En un equipo donde tienes como competencia a Luis Suárez, Antoine Griezmann y João Félix, tres primeras figuras, además de a un jugador de buen nivel como Matheus Cunha, no es nada fácil hacerse un hueco para tener minutos.
De hecho, en más de un momento se ha rumoreado una posible salida de la entidad. Lo sabe Correa y lo sabe su entrenador, Simeone, que, consciente de la valía del argentino, prefiere muchas veces utilizarlo en una posición que no es la suya, habitualmente como interior derecho, lejos de la zona que más le gusta, que es la de segunda punta. El hecho de que trabaje más que otros también en defensa le ha situado en esta posición que ahora ha recuperado por la vía del gol.
Con siete goles en 25 partidos está el delantero cerca de mejorar sus mejores registros goleadores. Hace cuatro temporadas alcanzaba las nueve dianas en total. El atacante ha sabido adaptarse a todo tipo de funciones y se ha ganado el reconocimiento que merece. Correa es quien luce a un equipo apagado y poco vistoso en su fútbol, es quien lleva el '10' en la camiseta y es quien asume con galones ser el tercer futbolista de la actual plantilla con más encuentros disputados.
Han pasado casi tres años desde ese gol al Athletic Club. Ahora, ante el mismo rival, Ángel Correa tendrá la responsabilidad de liderar al Atlético de Madrid en busca de él que podría ser cuarto título con la entidad rojiblanca. Un jugador que, en silencio, se ha ganado un hueco en la historia de la entidad colchonera vuelve a poner en énfasis el lema de su equipo; el argentino no ha parado de derrochar coraje y corazón.
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