El Fútbol Club Barcelona pelea contra la economía y su crisis interna para reorganizar un equipo a la deriva. El equipo entrenado por Xavi Hernández sigue intentando recuperar el rumbo de la victoria y está apostando por reforzarse en el mercado. Una estrategia que parecía imposible, pero que tiene su cara visible en Mateu Alemany. El director de fútbol llegó como estrella de la candidatura de Laporta y está siendo el hombre fuerte a la hora de gestionar la plantilla culé.
El fichaje de Alemany se situó como punto fuerte de la campaña de Laporta desde el primer momento. El dirigente sumaba a un perfil reputado en el fútbol que pondría fin a los extravagantes fichajes de la etapa de Bartomeu. El entonces candidato se rodeaba de 'tecnócratas' del fútbol con el objetivo de rearmar la plantilla. Un equipo perfecto para relanzar al Barcelona hacia la victoria. Tras el triunfo electoral, Alemany ocupó el cargo de director de fútbol y tomó las riendas de la gestión de plantilla.
El currículum del director no deja lugar a dudas de su potencial. Incluso ha sido vinculado en el pasado con el Real Madrid. Alemany primero destacó en un Mallorca que logró ganar la Copa del Rey en 2003. Un hecho histórico que confirmó el potencial de un desconocido para el fútbol generalista. Después siguió con sus éxitos en el Valencia, donde en 2017 llegó como director general para reconstruir un club en crisis. También lo logró y el cuadro che ganó la Copa y se clasificó para Champions.
Los logros con resultados no fueron su único 'título' particular. Mateu Alemany también consiguió firmar a grandes jugadores que han resultado un acierto. Gonzalo Guedes, todavía hoy en el Valencia, fue una de sus incorporaciones. Kevin Gameiro, Kondogbia o Gabriel Paulista formaron de igual manera parte de su cosecha.
El aval de Alemany es indiscutible. Sin embargo, gestionar el Barça y una plantilla tocada como la del Camp Nou no era sencillo. El dirigente comenzó hablando de fichajes consciente de los problemas económicos. Inició su estrategia para luchar con los impedimentos de la masa salarial y el Fair Play Financiero. Y fijó como objetivo cumplir con los requisitos de un Xavi Hernández que quería refuerzos concretos.
Papel en el Barça
Alemany trajo de vuelta a Dani Alves. Una operación sin apenas exigencias económicas. Eso era tarea fácil. El gran reto era cumplir con la petición de traer a una estrella, y concretamente a Ferran Torres. Parecía imposible, pero gracias a la renovación a la baja de algunos jugadores como Umtiti, el Barça logró inscribir al exdelantero del Manchester City.
Las reclamaciones de Xavi no han acabado y Álvaro Morata es ahora quien ocupa todas las portadas. Pero, con el tiempo agotándose para mover ficha, hay un caso que sigue sin resolverse: el de Ousmane Dembélé. El francés mantiene su contrato, no ha renovado pese a acabarlo en 2022 y puede suponer la gran derrota de Mateu Alemany.
Por ello, la amenaza del director de fútbol ha sido clara. Si el francés no renueva con el Barça aceptando sus cifras económicas, deberá marcharse traspasado en este mismo mercado de invierno. El jugador sigue sin dar avances y la tensión entre las partes se ha disparado en los últimos días. Dembélé es ya uno de los frentes más complicados a los que se ha enfrentado Alemany en el Barça.
Hace unos meses ya se vivió una situación similar. El jugador afectado era un Ilaix Moriba sin rol de estrella ni contrato complicado de asumir. El canterano quería mejorar sus condiciones económicas y el Barça se negó a cumplir las exigencias del joven. Si no renovaba, nuevamente habría consecuencias. En su caso, o bajar al Barça B o macharse. Finalmente salió traspasado al Leipzig.
El caso Dembélé
La tensión con el francés no es comparable con ningún jugador. Especialmente porque nunca en este tiempo se había llegado al punto de lanzar un órdago a la estrella. El Barça siempre defendió que Ousmane Dembélé quería quedarse. El jugador mantuvo silencio públicamente. Y Xavi Hernández, además de situarle como pieza fundamental de su esquema, aseguró que en ningún caso iba a mandarle a la grada.
Pese a ello, el Barça cambió de actitud y Joan Laporta utilizó el respetado rostro de Alemany para atacar a Dembélé. El director de fútbol, el hombre más importante en la gestión de la plantilla, dejó claro en un vídeo publicado por el club que si no había renovación se apartaría al jugador. "A 11 días de que termine el último periodo de fichajes dentro de su contrato es evidente que el jugador no quiere continuar en el FC Barcelona", indicó Alemany.
Las palabras del dirigente desataron una guerra en Can Barça. El jugador emitió un comunicado asegurando que no cedería a ningún chantaje. Xavi se reafirmó en la postura oficial del Barça. Y el sindicato mayoritario de futbolistas, AFE, emitió un comunicado señalando las dudas legales que generaban la situación del francés.
"AFE considera que la suscripción de un contrato de trabajo como futbolista profesional le obliga a prestar sus servicios por cuenta del club siguiendo las instrucciones que se le faciliten", trasladaron desde el ente que preside David Aganzo.
Ousmane Dembélé sigue sin salir y sin renovar. El francés puede quedar como el 'fracaso' de un Alemany en racha. Su salida, además, frena la posible llegada de Morata. El problema continúa y sus declaraciones no han ayudado. Según trasladan expertos en derecho deportivo a EL ESPAÑOL, la amenaza pública del club al futbolista puede atacar el derecho a la ocupación efectiva.
"Hay sentencias en los tribunales, que vienen hablando del derecho a la ocupación efectiva. Hay varias sentencias del Supremo porque se entiende que es un derecho básico de los futbolistas. Ese jugador tiene que entrenar en igualdad profesional mientras dure el contrato", explican a este periódico.
El tiempo pasa y Dembélé no reacciona. Mateu Alemany, el hombre fuerte de Joan Laporta, se enfrenta a su principal batalla particular desde que llegara a un Barça en crisis.
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