El fútbol francés es una excepción en Europa: su Ligue-1 cuenta con un solo club de la capital. España tiene varios derbis entre Madrid, Barcelona y Sevilla, la Premier League sitúa hasta seis clubes en Londres, Italia tiene dos clubes en grandes ciudades como Roma, Milán, Turín y Génova e incluso Alemania cuenta en la actualidad con el Union y el Hertha Berlin en la máxima categoría. El PSG está solo, pero al final de esta temporada podría regresar el derbi de París.
Hace más de 30 años que el segundo club histórico de París, el Racing Club de France, descendió de la Ligue-1. El Red Star FC, el equipo que cada fin de semana lleva banderas de Kurdistán, el Che Guevara o la LGBTQ+, estuvo a punto de ascender a la máxima categoría en 2015. Sin duda, el proyecto más fuerte es el del Paris FC, el club que se escindió cuando el equipo que le precedió se unió al Stade Saint-Germanois en 1969 para crear el equipo más fuerte del país en la actualidad.
Ha llovido muchísimo desde 1979, concretamente 41 años, desde que esta entidad no está en la Ligue-1. Ahora, está muy cerca de ascender. Es segundo en la Ligue-2 con el Toulouse a tres puntos de distancia. Este equipo no tiene una importante masa social detrás como el resto de la capital de Francia. De hecho, juega sus partidos en el Stade Charléty, estadio con capacidad para 20.000 espectadores y que albergará atletismo en los JJOO de 2024. Solo abre una tribuna para sus partidos.
Pero sí cuenta con un importante apoyo financiero. Pierre Ferracci compró el Paris hace unos años y consiguió darle un salto cualitativo, sobre todo en su cantera, donde son un equipo puntero. Casi consigue el ascenso en 2018, pero necesitaba algo más. Entonces llegó Bahrein. El reino se hizo con un 20% del accionariado y su camiseta presenta su publicidad. Además, ha recabado en los últimos tiempos el apoyo de otros dos países: Sri Lanka y Armenia.
Catar contra Bahrein
La hegemonía del PSG en el fútbol francés ha opacado al Paris FC, al que se refieren ahora como el 'hermano pequeño' del equipo de los Neymar, Leo Messi o Kylian Mbappé, pero que en realidad tiene más años de vida. Esa diferencia de riqueza entre un club y otro es parecida a la que existe entre Catar y Bahrein. Les separan poco más de 500 kilómetros, pero Catar tiene un PIB de 347,9 mil millones y Bahrein, 69,9 mil millones.
Aunque no es casual que Bahrein entre en el Paris FC para tratar de luchar en un futuro contra el PSG. Las relaciones entre el Reino de Bahrein y el estado catarí son tensas, sobre todo, desde 2017. Ese año cortaron lazos con Catar, dando a los diplomáticos del país vecino 48 horas para abandonar el país. Si bien es cierto que las relaciones en el Golfo Pérsico han mejorado desde entonces, la rivalidad entre todas estas naciones que lo componen es un hecho.
El deporte se ha visto inmerso en una batalla geopolítica después de que los 'petrodólares' y los 'gaseodólares' han pasado a dominar gran parte del panorama mundial. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Catar vieron una oportunidad para invertir y mejorar su imagen en todo el globo a través de las diferentes competiciones en las que han empezado a tener influencia, ya fuera llevándoselas a sus territorios o creando entidades que dominen las mismas. Bahrein no se ha quedado atrás.
Sri Lanka y Armenia
Tras Pierre Ferracci y el Reino de Baréin, el siguiente en la escala de poder dentro del Paris FC es el Grupo Lycamobile. Este fue fundado y es presidido por el empresario anglo-esrilanqués Allirajah Subaskaran. Su inversión se realizó a través de BRI Sports Holdings, con la que también tiene poder en el West Ham United de la Premier League. Este apasionado del críquet ha puesto el ojo en el deporte tras ver como su empresa de telecomunicaciones no para de crecer.
Pero hay otro país con otro 10% de las acciones del club. Roman Gevorkyan es el hombre detrás de Noah Football Group, un conglomerado que, además del Noah FC de la liga armenia, también ha invertido en Italia con el Siena. La semana pasada se unía a la familia del Paris FC con el objetivo de establecer sinergias tanto empresariales como deportivas con los otros dos clubes que posee. Todo por conseguir un objetivo que se complicará en un año.
El Paris FC se encuentra en un momento de ahora o nunca. La Ligue-1 pasará en la temporada 2022/2023 de tener 20 clubes a 18, por lo que sería aún más complicado poder acceder a la máxima división del fútbol francés si no logran el ascenso al final de este año. Descienden cuatro y ascienden solo dos. La Copa de África le quitó varios jugadores y lo pagaron con dos empates seguidos que le han lastrado. Aún tienen jornadas por delante para conseguirlo y, sobre todo, un enfrentamiento directo contra el Toulouse.
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