La inexistencia de jugadores homosexuales en el fútbol de élite cada vez llama más la atención. La estadística parece apuntar a que sí hay jugadores profesionales y en las altas competiciones que pertenecen al colectivo LGTBI. Sin embargo, siguen faltando figuras reconocidas que den el paso de confesarlo. Santi Cañizares, exportero y con una larga trayectoria en el fútbol, ha admitido que solo se ha encontrado un posible caso en toda su carrera.
El que fuera jugador del Valencia, durante el programa de laSexta Encuentros Inesperados, ha asegurado que "no debe haber muchos" jugadores homosexuales dado que nunca ha visto esa situación en un vestuario. "Yo no me he percatado a lo largo de mi carrera que haya ninguno", ha admitido en su intervención.
Cañizares, además, ha explicado que solo ha vivido un posible caso de un compañero que pudiera ser homosexual. "Había uno que no tenía pareja, ni masculina ni femenina. Nunca supimos de su vida sexual. A ese lo vamos a dejar en duda".
Sin embargo, lejos de ese caso, el resto siempre fue de jugadores heterosexuales. afirmó. "El resto, la mayoría estaban casados y la otra mayoría se ligaba a toda la ciudad. Sin embargo, en el fútbol femenino, encontramos numerosos casos de homosexualidad reconocidos por las propias protagonistas".
Para Cañizares, el fútbol es un mundo donde los hombres homosexuales han optado por no protagonizar. "Creo que el fútbol es un sector donde los gays han decidido no entrar", ha indicado durante el programa de Atresmedia, donde también ha defendido que él se "pintaba las uñas de los pies" antes de que llegara David Beckham. El jugador inglés, cabe recordar, destacó lejos de los terrenos de juego por su pasión por la moda y sus propios cuidados físicos.
La homofobia en el fútbol
A pesar de las palabras de Santi Cañizares, cuya carrera se desarrolló en otros tiempos a los actuales, son cada vez más las voces que reclaman el fin de la homofobia en los equipos de fútbol. Jugadores como Héctor Bellerín, por ejemplo, reconoció que era casi imposible que un jugador saliera del armario por la presión que podría sufrir. Otros veteranos como Lahm indicaron en su día que lo más conveniente era no confesar esa homosexualidad para evitar los ataques de algunos aficionados.
En la actualidad, solo se conoce un caso en todo el mundo de jugador de élite reconocido abiertamente como gay. Es el caso de Josh Cavallo, cuya carta asegurando que era homosexual dio la vuelta al mundo y generó cientos de apoyos. El joven futbolista trabaja en Australia y, meses después de esa confesión, ha tenido que soportar insultos homófobos.
La ausencia de jugadores homosexuales, especialmente en categorías masculinas, va más allá del fútbol. Tal y como relató Víctor Gutiérrez, jugador de waterpolo, muchas veces la presión de algunos vestuarios o incluso de los patrocinadores complica esa revelación.
"El mayor reflejo de la poca aceptación que hay de la homosexualidad dentro del deporte es el número de deportistas de alto nivel fuera del armario. Somos muy pocos los que nos hemos visibilizado. La mayoría somos de disciplinas pequeñas, donde la presión mediática es menor", explicó en un reportaje de EL ESPAÑOL.
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