La ciudad ucraniana de Mariúpol se está convirtiendo en símbolo de la resistencia a la invasión rusa, pero igualmente en reflejo de las atrocidades de los bombardeos de Putin. Los edificios afectados son numerosos. Y las bajas, sin discriminación de sexo ni edad, también. El fútbol y su equipo, el FK Mariúpol, es lo de menos.
En este escenario de terror y destrucción toda la población ha tenido que colaborar para hacer frente a los problemas generados por los ataques. Incluidos los que hasta hace no mucho se dedicaban a ganarse la vida jugando en los terrenos de juego acompañados de un balón. Esa es la historia del FK Mariupul, el club que ahora sobrevive a las bombas y que se ha transformado en altavoz para los desaparecidos.
El club cuenta con más de 10.000 seguidores en su cuenta oficial de Instagram. Es ahí donde está trabajando cada hora para intentar llegar al máximo de personas posibles. Lo que antes eran entrenamientos y vídeos de sus resultados, ahora son relatos sobre los escombros que han dejado las tropas rusas. Y, en lugar de publicar imágenes de sus jugadores durante un partido, lo que importa es mostrar el rostro, el nombre y hasta el contacto de aquellas personas que han desaparecido. También de menores.
Esa es la cruda realidad que se vive en Mariúpol y que vive este club de fútbol fundado en la década de los 60. Ya resistieron con la anexión de Crimea en 2014 por parte de Rusia y por las batallas en el Donbás que se vienen desarrollando desde entonces. Pero no ha sido hasta este 2022 cuando han tenido que parar su actividad deportiva para dar prioridad a la vida de sus ciudadanos.
El FK Mariupol juega sus partidos en el Volodymyr Boyko Stadium, un campo de más de 12.000 espectadores del que solo se movieron en 2014 para jugar temporalmente en Dnipro. Desde entonces, y con esa excepción, han aguantado la presión rusa en su estadio habitual. Les ha servido y bastado para competir en la primera liga ucraniana y hasta para participar en las fases preliminares de la Europa League en alguna ocasión (2019).
Su plantilla, según datos de Transfermarkt, tiene una media de menos de 22 años. Todos sus jugadores son ucranianos. En resumen, si ninguno ha logrado escapar, entran en el rango de edad que obliga a coger un arma y acudir al frente de batalla para frenar la invasión rusa. Un extremo que no habían tenido que alcanzar ni en los momentos más complicados del Donbás, pero que se ha tomado en una ciudad ahora prácticamente en ruinas.
Vínculo con el Shakhtar
Las similitudes entre el FK Mariupol y el Shakhtar Donestk serán mayores una vez concluya el asedio ruso. Pero, además de las coincidencias generadas por las tropas de Vladimir Putin, ambas entidades encuentran un punto de conexión en la formación de futbolistas. Por ello trabajan desde hace tiempo con un convenio por el que el Shakhtar se mantiene come una fábrica de talento en la zona del Donbás.
El Shaktar Donestk y el FK Mariupol, pese a competir en la misma categoría, ejercen prácticamente de primer equipo y filial. Bien se puede comprobar observando la plantilla del FK Mariupol, plagada de jugadores propiedad del Shakhtar pero cedidos en el equipo de la ciudad que ahora bombardea de forma incansable Rusia.
Una unidad que puede que aumente en los próximos tiempos. Ambos comparten jugadores. Ambos comparten la agresión rusa. Pero, por el momento, solo el Mariúpol ha podido seguir en la ciudad que le da nombre tras el asedio y ataque constante de las tropas vecinas -y enemigas-.
[Más información - Yarmolenko estalla contra los futbolistas rusos: "Es momento de mostrar vuestras pelotas"]
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