La campaña de las elecciones presidenciales en Francia está en marcha y la ultra derecha amenaza con ganar en importancia. El sábado, mientras viajaba a Marsella, Éric Zemmour quiso asociarse con la imagen de Zinédine Zidane durante un partido de fútbol nada improvisado en el polideportivo Z5 que lleva el nombre del que fuera entrenador del Real Madrid y que regenta su familia. Noureddine, su hermano, expulsó a este candidato de las instalaciones para mostrar su rechazo.
Seguidores y periodistas pudieron entrar al complejo que se sitúa en Aix en Provence sin problema, pero cuando lo hizo Zemmour ha sido invitado a abandonar el recinto, lo que ha hecho tras una breve discusión. "Salgan por favor. Esto es privado y tenemos nuestra imagen. Les devolveremos el dinero, pero váyanse", señalaba Noureddine mientras se quejaba de que quien reservó la pista no les advirtió de que se trataba de un evento de la campaña tal y como relata Le Parisien.
"Vemos que en Francia no sólo hay zonas sin ley, sino también zonas no futbolísticas", declaró Zemmour al volver a su coche. Una de sus propuestas más polémicas del ultraderechista fue proponer que se prohíban los nombres de pila "no franceses". Precisamente, el septiembre pasado dijo que, por ejemplo, Zinédine Zidane podría haber sido llamado por sus padres "Jean". El exentrenador blanco ya mostró su rechazo a Marine Le Pen en las presidenciales de 2017.
Este escenario era predecible, y no hay duda de que los pensadores comunicacionales del candidato de extrema derecha lo esperaban. Para ellos era una gran oportunidad de denunciar la intolerancia, al revés, de sus oponentes disfrazando a su candidato como un pequeño veterano valiente que solo quiere patear la pelota con toda inocencia. Nourredine Zidane no pudo evitar explotar ante esta situación y terminó formando parte del espectáculo que Zemmour quería dar.
"Menos franceses que yo"
Éric explicaba en 2016 que personas como Rachida Dati, Zinédine Zidane, Omar Sy o Jamel Debbouze, personas muy relevantes para Francia, "son menos franceses que yo, porque mis padres se esforzaron por ponerme un nombre del calendario", haciendo referencia al santoral francés. Ahora, ya como candidato a la presidencia del país, introduce a la figura del campeón del mundo en 1998 con las imágenes que dejó este fin de semana.
A juzgar por los comentarios que provocó este partido de fútbol sala abortado, una cosa es obvia: para los franceses, tocar a Zidane sigue siendo un tabú. En cualquier caso, Zinédine se ha visto obligado a tomar públicamente una posición en el debate político que se ha instalado en la carrera a las presidenciales. Una cita que tendrá una gran carga de influencia deportiva por las promesas que se hagan de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024.
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