Son más los que conocen tan solo el nombre de las Islas Malvinas que los que pueden ubicarlas en el mapa. El remoto archipiélago del Atlántico Sur ha protagonizado varios capítulos tensos a lo largo de la historia. Todo por qué país era su propietario. De ahí a la guerra que tuvo lugar hace ya cuarenta años entre Argentina y Reino Unido.
En abril de 1982, un destacamento de comandos argentinos ingresó en las Islas Malvinas para recuperar el territorio. La noticia sorprendió incluso a la sociedad británica de la época. Ya que hasta entonces, el archipiélago era prácticamente un desconocido. Todo eso cambió en aquel 1982, aunque después de todos los hechos, fue Reino Unido el que fue proclamado como potencia administradora.
Aún hoy es causa de tensión entre ambas naciones. En especial, en Argentina. Pero, por el momento, las Islas Malvinas, conocidas como Falklands en Reino Unido, son un territorio no autónomo según la ONU. Tal vez este es uno de los principales motivos por los que la FIFA no reconoce a su selección.
Cuenta pendiente
El fútbol también tiene una cuenta pendiente con las Islas Malvinas. O tal vez varias. Lo primero porque la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial. no considera a las Malvinas como una selección independiente. No tiene relevancia para ellos. Una indiferencia que no ha hecho bajar los brazos a los nativos. Y, sobre todo, a Troyd Bowles.
Él tuvo el sueño de ser futbolista. Para conseguirlo abandonó las Islas Malvinas para desembarcar en Inglaterra. No llegó nunca a ser profesional, pero en su mente fue formándose otra la idea. Así regresó a casa para convertirse en el impulsor del fútbol allí, además de piloto y aficionado al golf. Aunque lo importante es que gracias a él, sus compatriotas han ido desarrollándose en esto del deporte rey.
Sus colores, los de la bandera de Reino Unido. Camiseta con el pecho rojo, el blanco para la zona del cuello y los hombros, y una franja azul cruzando ese fondo rojo. Por tan solo 28 libras -alrededor de 33 euros- cualquiera puede hacerse con su camiseta. Aunque la FIFA le niegue esa condición de selección oficial.
A través de la página de Facebook 'Falkland Islands Football' (a la cual pertenecen las imágenes recogidas en este artículo) mantiene vivo el proyecto en las Malvinas, incluyendo fútbol juvenil, fútbol sala, liga de fútbol y, por supuesto, la selección nacional no reconocida por el máximo organismo mundial de este deporte.
El problema más grave al que se enfrentan Las Islas para aumentar su competitividad es que la mayor parte de los jóvenes se trasladan a Reino Unido para completar sus estudios entre los 16 y los 22 años. Aun así, Troyd Bowles cuenta con entre diez y quince jugadores sub23 para dar rienda suelta al sueño de todas las Malvinas.
Sin selección reconocida por la FIFA y con una liga en la que apenas se pueden disputar. ¿El motivo? Porque tan solo hay cuatro equipos en las Falklands. Estos son los CFL Hunters, Fortuna Mustangs, Fic Rangers y unos JKM Red Sox que son los últimos campeones.
Partidos de once contra once y una realidad que a nadie se le escapa: ningún isleño ha acabado por convertirse en profesional. No sueñan con ser campeones del mundo. Tienen otras aspiraciones, aunque disfruten del fútbol. Y todo mientras continúa el conflicto, ya que Argentina no desiste de reclamar la soberanía.
"El hecho de que Argentina todavía reclame la tierra que llamamos hogar dificulta que la gente de aquí separe completamente el deporte y la política. Esta es nuestra casa, pero tenemos un vecino muy grande que la reclama como suya y ha intentado usar la fuerza para tomarla. Eso está en mi memoria viva", ha reconocido Troyd Bowles en diálogo con Clarín.
Pese a todas las piedras en el camino. El fútbol se vive de una manera de lo más particular en las Islas Malvinas 40 años después de la guerra. Incluido un partido entre un combinado militar (con los mejores jugadores de los miembros de la marina británica) y el Combined Services.
[Más información: 'Camadas', el documental sobre los 40 años de la Guerra de las Malvinas que nació en Dénia]