El fútbol femenino vive un auge en todo el mundo. También en países donde el desarrollo y la igualdad podrían estar por debajo del nivel europeo. Kenia era uno de estos casos a destacar hasta hace muy poco, cuando el conflicto entre la federación nacional y el Gobierno acabó con la suspensión de la FIFA. Ahora no hay partidos internacionales de sus dos selecciones, sino quejas de los y las futbolistas que están siendo vetados por Gianni Infantino.
El conflicto parte de la lucha de poder entre el Gobierno y la Federación. La FIFA ha apostado en los últimos tiempos por mantener las federaciones nacionales alejadas del poder gubernamental para que el fútbol tenga voz propia. Y fue cuando el ejecutivo keniata rompió esa máxima cuando la FIFA tomó cartas en el asunto. El gobierno acusó a la cúpula de la federación de corrupción y, tras un 'golpe de Estado' en el organismo, creó un comité interino para dirigir el ente.
El presidente Nick Mwendwa, acusado por el gobierno de malversar más de 300.000 dólares de dinero público, perdió su puesto. También Barry Otieno, secretario general del organismo y peso pesado del fútbol de Kenia. Ni ellos ni el resto de trabajadores han podido entrar en las instalaciones de la Federación durante todo este tiempo. Y el control del fútbol, por lo tanto, está dividido como si de dos organizaciones se tratara: por una parte el Comité y por otra una Federación.
La FIFA, al conocer los hechos, pidió al gobierno keniata que restaurara la pirámide de poder del organismo. La respuesta fue negativa e Infantino decidió sancionar al país. ¿Cómo? Dejando a Kenia sin posibilidad de que sus selecciones jueguen al fútbol. Algo similar a lo que ha sucedido con Rusia tras su invasión de Ucrania, pero resumido en la lucha de poder entre un Gobierno y una Federación.
Amina Mohamed, responsable del área de deporte del Gobierno, fue quien creó esa especie de comité que gestiona el fútbol del país. La Federación, desalojada de sus instalaciones, mantiene su estructura. Sin embargo, ninguna de las dos fuentes de poder ha sido capaz de dejar que la FIFA dé el visto bueno a las selecciones. La sanción que se impuso en febrero continúa con los y las futbolistas como principales afectados.
La FIFA, además, ha empeorado sus relaciones con el gobierno de Kenia. El ejecutivo les acusa de permitir la corrupción en estos organismos tras oponerse a la disolución de la Federación. El ente que preside Infantino, por medio de su secretaria general, dejó claro su "compromiso" para limpiar el fútbol. "Vamos a cooperar con cualquier investigación en curso sobre los funcionarios", aseguró Fatma Samoura, una de las mujeres con más poder del fútbol actual por su puesto en la FIFA.
El TAS decidirá
Pese a todo, ni la selección masculina ni la femenina han sido capaces de jugar sus respectivos partidos de fútbol. Las mujeres, por su calendario, han recibido recientemente el varapalo deportivo. Aunque tenían el objetivo de prepararse para competir, no pudieron saltar al terreno de juego en los encuentros de clasificación para la Copa África. Por lo tanto, tampoco podrán buscar su temprana clasificación para su próximo Mundial.
FIFPRO, sindicato de jugadores internacional, ya ha denunciado los hechos y acudirá al TAS al estarse prohibiendo la práctica del fútbol con la selección a decenas de jugadores. Y es que ni el Gobierno ni la Federación han conseguido que sus equipos nacionales disputen partidos. La explicación que se ha dado es que actualmente se es "incapaz de planificar independientemente y ejecutar con éxito cualquier partido internacional".
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