El Atlético de Madrid afrontaba una temporada ilusionante a más no poder. Los rojiblancos habían conseguido cerrar el curso anterior con la conquista de La Liga, un título que le servía al 'Cholo' Simeone para poder sacar pecho después de años de duras críticas. Cierto es que el argentino había fracasado en Champions de manera estrepitosa una y otra vez. También en la Copa del Rey. Pero el éxito con el que cerraba su ejercicio daba un año más de continuidad y de crédito a un proyecto que lleva un largo tiempo caduco.
Ni la entidad colchonera ni el técnico argentino quisieron ver que su unión debería haberse terminado hace ya tiempo y se empeñaron en alargar un curso más una relación desgastada por el paso de los años y de los sinsabores. Nadie podrá agradecer lo suficiente a Simeone lo que ha hecho por este Atlético de Madrid, pero también hay que saber cuándo decir adiós con la cabeza alta y sin arrastrarse.
Este 2022 va camino de confirmar aquello que muchos ya vieron hace tiempo y que parecía algo inevitable, aunque se quisiera escapar del destino con fichajes de relumbrón que han intentado tapar las carencias de un mensaje que ya no cala y que ya no llega como lo hacía antes. Quizás, quien mejor supo verlo fue el 'Mono' Burgos que decidió echarse a un lado antes de que le echara a él.
El Atlético de Madrid va camino del desastre más absoluto en una temporada en la que se acaba de llevar uno de esos golpes de los que cuesta recuperarse. El Manchester City le ganó la batalla de los estilos y de las filosofías dándole una auténtica lección de realidad. En la ida, con el juego aburrido y espeso de posesión que tanto gusta a Guardiola. Y en la vuelta, dejando pasar el tiempo, jugando con el reloj, aprovechando el 0-0 y sacando partido de cada pelea, de cada balón suelto y de cada pérdida de tiempo en un choque que terminó con batalla en el túnel vestuarios.
Los fracasos en Champions
Los reyes de lo canchero, de las pérdidas de tiempo y de la marrullería, pagados con la misma moneda por el entrenador que vanagloria el estilo y que lo lleva por bandera hasta que lo que está en juego es ganar. El Atleti se ha quedado a las puertas de otras semifinales de Champions y entierra así su última opción de ganar un título este curso.
Pero además, esta eliminación supone la enésima caída de los rojiblancos antes de tiempo en una competición que llevan intentando ganar casi una década. Desde el año 2017, cuando se metieron entre los cuatro mejores, los madrileños no han conseguido llevar a cabo una participación positiva. De hecho, el año siguiente a esas semifinales cayeron directamente en la fase de grupos.
En 2019 y en 2021 cedieron en la ronda de octavos, mientras que en 2020 y en la presente edición han caído en la fase de cuartos. Resultados muy discretos para un equipo que se ha igualado con los grandes de Europa en los últimos años y que ha registrado un crecimiento en su poder económico realmente significativo. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, sigue sin darle para llevarse a las vitrinas del Wanda Metropolitano la ansiada primera orejona.
En este 2022 se va además de una manera un tanto triste y es que no ha conseguido anotar ni un solo gol en la eliminatoria contra el Manchester City. Una vez más, los planteamientos ramplones de Simeone, a pesar de haber tenido al equipo vivo hasta el último segundo, les han dejado con una puesta en escena que sabe a poco. Mucho ruido, mucha agitación en las gradas, pero poco fútbol ofensivo y pocas ocasiones. Más humo que motivos reales y tangibles para merecer el pase.
El mayor fracaso posible
Como se citaba al principio de estas líneas, esta debía ser la temporada en la que el Atlético de Madrid diera el golpe encima de la mesa. Con un Barça en ruinas y con un Real Madrid que generaba dudas tras la llegada de Ancelotti y la negativa de Mbappé, los rojiblancos eran los grandes favoritos para los títulos de La Liga, de la Copa del Rey y quizás para ser el mejor español en Champions. Un territorio donde le ha superado hasta el Villarreal de Unai Emery.
Sin embargo, la plantilla con más calidad y que más ha costado de la historia del club va camino de cerrar un año para olvidar y que bien podría ser el final de una era. Es incomprensible que una plantilla que acumula a Joao Félix, Antoine Griezmann, Luis Suárez, Matheus Cunha, Carrasco, Lemar o Correa siga teniendo tantos problemas para general fútbol ofensivo y para meter goles.
Mientras Benzema se dispara hasta los 40 tantos en el Real Madrid, Suárez es el pichichi de los rojiblancos apenas superando la decena. Una diferencia que explica que se vaya de la presente Champions dando una imagen tan pobre en ataque. Este curso llegaron el propio Griezmann o Cunha y también jugadores como Rodrigo de Paul y Reinildo, pero el Atleti ha seguido cometiendo los errores del pasado. Seguir pensando como una escuadra pequeña y jugar siempre más pendiente de su propia portería.
Para colmo, ni Oblak ha sido el que ha sostenido al equipo temporadas atrás ni la estructura defensiva de los colchoneros es la que lideraba Diego Godín. Ese cóctel de malas sensaciones ha provocado que el actual Atleti esté al borde del nocaut. Eliminado de la Champions, fuera de la Copa del Rey en octavos de final y sin tan siquiera jugar la final de la Supercopa de España a pesar de evitar a Real Madrid y Barça en semifinales.
Ya no solo es la ausencia de títulos, si no que han sido los desastres que ha ido sumando en una competición tras otra lo que ha provocado una decepción generalizada. Y por si fuera poco, el ridículo que está firmando en La Liga, donde no solo no ha conseguido defender su cetro de campeón, si no que va camino de no clasificarse para la Champions y de caer a la Europa League, abren un dilema importante en la entidad que escapa incluso de lo deportivo. Ahora mismo son cuartos, su peor posición desde el año 2012, y tienen a Betis y Real Sociedad lanzados a uno y dos puntos respectivamente.
Sin jugar la máxima competición continental el próximo año, las pérdidas económicas serían importantes y eso podría dificultar que pudieran conservar a algunas estrellas o acometer grandes fichajes. Y quién sabe, si podría ser la puntilla para el proyecto de un Simeone que parece estar pasado de vueltas y que sigue siendo el entrenador mejor pagado del mundo con 25 'kilos' en su bolsillo año tras año.
De momento, el argentino no ha dejado su continuidad en el aire como ha hecho otras veces, estaba demasiado ocupado pasando sus facturas a su 'amigo' Guardiola, pero sí ha querido agradecer el apoyo de una afición a la que sabe que están fallando este año. Simeone, el técnico que llevó el Atleti a lo más alto y a cambiar su historia, ahora se ha convertido en un problema para que puedan seguir creciendo después de haber perdido su fuerza. Quizás la eliminación contra el City le ayude a dar un paso al lado y asumir que hasta los mejores noviazgos terminan perdiendo su chispa y su magia.
[Más información: El City sobrevive al Atleti en el Wanda Metropolitano y se cita con el Real Madrid en semis de Champions]