El Chelsea está más cerca de conocer a su nuevo propietario. Por el momento, los aficionados ya saben que la familia Ricketts no controlará el club. Estos eran unos de los grandes favoritos, pero también estaban en vueltos en numerosas polémicas por los mensajes racistas del padre de la familia. Tras su paso atrás, la lucha queda en tres propuestas que deberán valorar en Reino Unido.
Steven Pagliuca, dueño del Atalanta italiano y del equipo NBA de los Boston Celtics es uno de los candidatos a hacerse con la entidad. Además, recientemente se conoció que otros representantes de la NBA estaban dispuestos a sumarse a su consorcio. La otra opción es la de Todd Boehly, actual dueño de los LA Dodgers de la MLB. Y por último está la de Martin Broughton, expresidente del Liverpool que ahora lidera un conglomerado con propietarios de otras entidades deportivas.
La familia Ricketts, que era considerada principal rival para hacerse con el club, ha decidido dar un paso atrás en el último momento. Según informa The Times, esta decisión no ha tenido nada que ver con el hecho de que recibieran numerosas críticas y rechazo por parte de la afición blue. La razón de su negativa a comprar el Chelsea deriva, según esta información, de falta de acuerdo con los inversores estadounidenses Ken Griffin y Dan Gilbert que formaban parte del consorcio.
La compra del Chelsea, cabe recordar, deberá realizarse pasando varios análisis. Uno de ellos es el que realice el fondo de inversión norteamericano de Raine Group. Luego llegará al gobierno de Reino Unido, que también tendrá que dar su visto bueno a la transferencia al tener congelados todos los activos de Roman Abramovich. Por último, la Premier League deberá valorar el cambio de propietarios y los fondos con los que cuenta la nueva ejecutiva de la entidad.
Los beneficios que obtenga el Chelsea por la venta del club está por ver a dónde se dirigen. Roman Abramovich, en el mismo comunicado donde anunciaba que ponía en venta el club, adelantó que iba a destinar todos los beneficios a las víctimas de la invasión de Ucrania. Sin embargo, días después llegó la decisión del ejecutivo británico de congelar sus bienes. En estos momentos, el club no puede obtener ningún ingreso por ninguna de las vías posibles.
La guerra contra los Ricketts
La familia estadounidense, pese a haberse apartado y negar que sea por la presión, ha sido la más popular de todas las que han peleado por la compra del club. En un primer momento salieron a la palestra por los mensajes racistas de Joe Ricketts, máximo exponente de esta familia de multimillonarios y una de las partes de la oferta por el Chelsea.
El veterano realizó comentarios contra los musulmanes que se filtraron a la prensa. Y esa actitud hizo que los ultras del Chelsea se negaran a su compra. Según la familia, estos movimientos formaban parte de una guerra sucia que los rivales habían fomentado por miedo a que su oferta fuera la ganadora.
Los diferentes miembros de la familia han venido reuniéndose con organizaciones de aficionados del equipo para rebajar la tensión. Sin embargo, todos esos esfuerzos han quedado en nada tras su retirada. Pese a que fuentes de la familia destacan que es por desacuerdo con los inversores estadounidenses, la presión que había en el ambiente puede que tampoco haya ayudado.
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