El Chelsea vive sus últimos días antes de saber quién es el nuevo propietario del club. Falta por conocer cuál de las tres ofertas que analiza Raine Group es la que aceptará el Gobierno británico. Pero lo que todas las partes tienen claro es que las manos de Roman Abramovich no volverán a gestionar el club. El oligarca ruso y sus petrodólares serán sustituidos, tras las sanciones de Reino Unido, por fondos estadounidenses.
Actualmente el club blue cuenta con tres ofertas encima de la mesa. En los últimos días se esperaba que fueran cuatro las propuestas para hacerse con la propiedad del Chelsea. Sin embargo, la familia Ricketts dio un paso atrás en el último momento tras varias discrepancias con algunos de los nombres que formaban parte del consorcio. Así las cosas, los grandes favoritos cedieron esa condición. Pagliuca, Boehly y Broughton son quienes pelearán en las próximas horas y días por convencer a Raine Group.
Los tres empresarios coinciden en varios aspectos. El único no estadounidense es Broughton, conocido en el fútbol inglés por presidir el Liverpool. Pero en su caso cuenta con el respaldo fundamental de dos empresarios norteamericanos de gran envergadura. Más allá de la nacionalidad y de la procedencia de los fondos, en las tres ofertas con gran porcentaje de Estados Unidos, los próximos propietarios se asemejan por su bagaje por el deporte.
Esta diferencia es clave y marcará la línea de gestión del club. Roman Abramovich no tenía ninguna vinculación con el deporte cuando adquirió en 2003 el Chelsea. Es más, el rumor de que fue una orden del Kremlin y de Putin para tener una referencia en Reino Unido siempre se ha mantenido en el sector. Pero tras su salida del club por las sanciones derivadas de la invasión de Ucrania, el Chelsea apartará los petrodólares rusos por dinero estadounidense creado por personas vinculadas con el deporte.
Broughton, la apuesta británica
Martin Broughton es el nombre más reconocido por los aficionados del Chelsea. La razón no es otra que la de ser expresidente del Liverpool. El empresario británico dirigió también Brithis Arways, pero su gestión en el conjunto de Anfield es la más reconocida por la hinchada blue. Él es, según medios ingleses, el que más opciones tiene por sus evidentes vínculos con la sociedad británica. El ejecutivo de Boris Johnson mantendría el poder en el país y con una persona a la que conocen bien.
Sin embargo, se podría decir que ese britanismo es solo fachada. A pesar de que Broughton es el único candidato a adquirir el Chelsea de origen británico, cuenta con un importante respaldo de fondos estadounidenses. Concretamente de dos nombres que saben a la perfección cómo gestionar entidades deportivas de éxito en la actualidad. Estos escuderos son Josh Harris y David Blitzer, ambos estadounidenses con gran trayectoria empresarial.
Blitzer, sin ir más lejos, está vinculado con los Sixers de la NBA y los New Jersey Devils de la NHL de Estados Unidos. Junto a Harris, con quien hace 'pareja' empresarial, tiene en propiedad el Crystal Palace. Hace unos meses se quedaron también con el Real Salt Lake de la MLS. El único problema que tienen es que deberían abordar algún tipo de desvinculación con el Crystal Palace para no tener en propiedad dos clubes.
El potencial de EEUU
Que el Chelsea pasara de estar controlado por un rostro ligado a Rusia a estarlo por potencias de Estados Unidos ya sería paradójico. Pero, pese a todas las connotaciones que pueda tener, es una realidad muy posible en unos días. Stephen Pagliuca y Todd Boehly son los otros dos nombres que pelean por adquirir el Chelsea tras la marcha de Roman Abramovich.
Stephen Pagliuca sabe muy bien lo que es moverse en el negocio del deporte. Este empresario estadounidense es dueño del Atalanta, pero también de los Boston Celtics de la NBA. Esa participación en la competición norteamericana hizo que Larry Tanenbaum, de los Toronto Raptors y con peso en la NBA, apoyara su propuesta y se sumara a la oferta. Pero este consorcio conocido como Dark Horse va más allá, pues cuenta con uno de los fundadores de Facebook: el brasileño Eduardo Saverin.
Una de las claves de esta propuesta y que puede suponer un camino más sencillo en Stamford Bridge es que cuenta con el respaldo de John Terry. El exjugador del Chelsea, por medio del consorcio que lidera True Blues, mostró hace unos días su apoyo a Pagliuca en la carrera por comprar el Chelsea.
El poder de Stephen Pagliuca, como se puede comprobar, es notable. Pero tampoco tiene mucho que envidiarle Todd Boehly. También estadounidense, cuenta con participaciones en los Lakers, los Sparks de la WNBA y el 20% de LA Dodgers. En 2019 ya intentó adquirir el club, pero por aquel entonces recibió un contundente "no" de Roman Abramovich. Su empresa, Eldrige Industries, gestiona diferentes marcas de relevancia mundial. Y, en lo que respecta a su patrimonio, según Forbes se mueve en los 6.200 millones de dólares.
El Chelsea sustituirá los petrodólares rusos de Roman Abramovich por fondos estadounidenses. Y, además, intentará alejarse de los vínculos políticos con Vladimir Putin por medio de propietarios acostumbrados a gestionar entidades deportivas de primer nivel. Un nuevo y puede que último golpe a Rusia del deporte británico.
[Más información - Abramovich pone en venta el Chelsea y dará los beneficios a las víctimas de la guerra en Ucrania]