El Real Zaragoza cumplirá su décima temporada seguida en Segunda División el curso que viene. Nada hace indicar que, a seis jornadas del final de campaña, su situación vaya a ser diferente a esa. La expectación está puesta en los despachos, donde se prepara la llegada de los nuevos propietarios y el hombre que dirigirá el club en lo deportivo: Raúl Sanllehí.
Sanllehí (Barcelona, 1966) será el nuevo director general del Zaragoza. Es la elección del empresario estadounidense Jorge Mas, quien compró el 51% de las acciones del club aragonés que pertenecían a la familia Alierta. Los maños se unen al listado de propiedades del grupo inversor que incluye al Inter de Miami, el Lens francés y el Millonarios de Bogotá.
Para llevar al Zaragoza a Primera -no hay mayor objetivo que ese a corto plazo- se contará con un hombre que conoce bien el fútbol español como Sanllehí. Concretamente, fue en el Barça donde empezó y desarrolló la mayor parte de su carrera ligada al deporte rey. Entró a través de su experiencia en Nike, donde conoció a Sandro Rosell, coincidiendo con la victoria de Joan Laporta en las elecciones. Hasta 2007 fue director general de FCB Merchandising.
Sanllehí trabajó en el Barça durante el mandato de tres presidentes diferentes: Laporta, su amigo Rosell y Josep María Bartomeu. Con el primero empezó a tener responsabilidades en la actividad del propio club, siendo primero máximo responsable del club en las relaciones con los organismos internacionales y luego, desde 2008, director de fútbol. Como con los presidentes, trabajó con tres secretarios técnicos distintos: Txiki Begiristain, Andoni Zubizarreta y Robert Fernández.
Raúl Sanllehí, a la izquierda del todo, en un encuentro de la directiva de Bartomeu con Infantino
El nuevo director general del Zaragoza es conocido por ser un gran negociador y manejar con habilidad los números. Tuvo implicación directa y crucial en fichajes como los de Ibrahimovic, Villa o Cesc en sus primeros años y los de Ousmane Dembélé o Philippe Coutinho en los últimos. Pero el principal fue el de Neymar, por el que viajó una importante cantidad de veces a Brasil para persuadir a su entorno.
Supersticioso con los números, se cuenta que la culpa de que Neymar tuviera una cláusula de rescisión de 222 millones de euros -que en 2017 pagó el PSG- fue suya.
El adiós de Neymar y la contratación de sus sustitutos (Dembélé y Coutinho) fueron de sus últimas acciones antes de en octubre de 2017 salir definitivamente del Barça. No fue una salida por la puerta de atrás, ya que cogió las maletas para irse al Arsenal con una buena oferta bajo el brazo. Le llamó su amigo Ivan Gazidis, al que luego relevó como jefe de fútbol gunner hasta su salida en 2020.
Sanllehí se presenta
Sanllehí ya se ha presentado a la que será su nueva afición, la zaragocista: "Soy hombre de fútbol de toda la vida y no hace falta explicar lo que es el Real Zaragoza, uno de los grandes clubes de España que ahora está lejos de su lugar. Es un equipo de Primera que milita en Segunda y debemos trabajar duro para devolverlo donde merece", dijo días atrás.
El segundo motivo para recalar en el club 'blanquillo' son "los compañeros de viaje". "Trabajo desde hace tiempo con el grupo inversor que ha adquirido la mayoría del capital social del club y son profesionales muy serios, con las ideas muy claras y que, además, escuchan. Vienen con la humildad de saber que no son de aquí ni conocen el club. Por ello las prioridades son principalmente las de entenderlo, respetar sus valores, conocer sus raíces, reforzar todos los vínculos con una afición tan importante y aportar recursos al club", desvelaba.
El futuro dirigente zaragocista, que tomará cargo una vez se materialice la compra del club, explicó que el plan de acción abarcará tres áreas que están interrelacionadas.
Por un lado la financiera, para dotar al club de una sostenibilidad económica; por otro potenciar el área deportiva, haciendo un equipo más competitivo como consecuencia de esa solidez económica, y por último una renovación de las infraestructuras para que los aficionados puedan disfrutar más de las instalaciones.
"El crecimiento deberá ser orgánico y progresivo, no artificial. Existe una base muy buena, un club con unas raíces muy importantes y con una base de afición e historia muy grandes. Eso ya es tener mucho. Pero existe una deuda considerable y ha pasado por momentos difíciles en los últimos tiempos", razonó. Este miércoles Sanllehí presenció un entrenamiento del primer equipo. Todo listo para tomar los mandos.
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