El FC Barcelona ha dado este jueves un paso importante para la salida hacia delante de uno de sus grandes proyectos. Se trata de la creación del Espai Barça, consistente en una gran remodelación y ampliación del Camp Nou, la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y la profunda reorganización de los espacios urbanísticos situados alrededor de la actual localización del feudo donde el equipo de Xavi Hernández disputa sus partidos.
El club que preside Joan Laporta necesitaba la licencia de obras por parte del Ayuntamiento de Barcelona para poder dar comienzo de manera oficial a este gran proyecto. Esta ha sido concedida por el consistorio que dirige Ada Colau a través de un acto que ha tenido lugar en el Saló de Cent del Ayuntamiento que dirige la alcaldesa.
Además, se han presentado también las bases y los detalles de este acuerdo, aunque todavía faltan por cerrar algunas aristas que tienen que ver con el futuro del club y que serán bastante polémicas. Las obras anunciadas este jueves arrancarán en el mes de junio, una vez haya concluido el curso. Al Barça solo le restan por disputar los partidos que le faltan del calendario de Liga, ya sin el título en juego, porque no ha conseguido avanzar en ninguno de los dos torneos europeos que ha disputado.
Estas obras de prolongarán durante al menos cuatro temporadas, lo que obligará al Barça a buscarse una nueva casa durante un periodo que todavía es indeterminado, aunque se acercaría a un año de juego. Dentro de ese acuerdo establecido con el Ayuntamiento de Barcelona, se ha confirmado también que el coliseo que ocuparán los azulgranas durante ese curso será el mítico Estadio Lluis Companys.
Problemas con Spotify
El FC Barcelona anunció hace unas semanas que había llegado a un importante acuerdo de patrocinio de cara a las próximas temporadas con la plataforma de reproducción de música en streaming Spotify. Este pacto, vendido desde el club como un contrato gigantesco que iba a ser la primera clave de la nueva prosperidad del Barça, no es tal en realidad.
De hecho, uno de sus mayores problemas, y que repercute directamente en las arcas del Barça, es precisamente el comienzo de las obras que se acaban de anunciar. Estas provocarán cambios de las circunstancias actuales del Camp Nou, un traslado de estadio y un regreso, en el peor momento económico de la historia de la entidad catalana.
El Barça anunció que su acuerdo con Spotify, que de momento va a durar unos 12 años, le iba a reportar unos ingresos cercanos a los 430 millones de euros. Sin embargo, este total tiene un desglose que demuestra cómo afectarán realmente los trabajos de remodelación del coliseo azulgrana a las cuentas y a los términos del contrato.
De esos 430 'kilos', 255 pertenecen a lo recibido por incluir la publicidad de Spotify en las camisetas tanto de juego como de entrenamiento. Un pago que será de 60 millones de euros por cada una de las cuatro temporadas que hay firmadas más un bonus de cinco 'kilos' durante tres años. En este apartado, lógicamente, no intervienen las obras.
Sin embargo, sí lo hacen y de forma directa en los 'Naming Rights' del Camp Nou, el cual va a sufrir cambios de aforo según vayan avanzando las obras y el cual será sustituido por el estadio olímpico durante toda una temporada. Spotify estaba al tanto de esta circunstancia y por eso firmó dos tipos de acuerdo. Uno para los años que duraran las obras, los cuatro próximos, y otro para las ocho siguientes temporadas.
Así pues, el Barça solo cobrará desde agosto de 2022 hasta junio de 2026 cinco millones de euros al año por el patrocinio de Spotify en el Camp Nou. Esto se debe, lógicamente, a que habrá un tiempo en el que los aficionados del Barça ni siquiera acudan al propio estadio y otro periodo mucho más largo en el que podrán acudir a cuentagotas, lo que el transcurso de las obras vaya permitiendo. Eso lo ha interpretado la marca como una reducción exponencial de su capacidad de promoción y como una situación menos rentable para ellos de la habitual. No es bonito de enseñar un Camp Nou lleno de polvo y escombros al lado de su marca y eso, obviamente, les penaliza.
Durante las ocho temporadas siguientes que el Barça sí podrá usar su nuevo Camp Nou, recibirá unos 20 millones de euros por curso. El saldo supone una pérdida total de 60 millones de euros al haber cerrado este acuerdo en plena promoción de sus obras de remodelación y de creación del Espai Barça. Unos 15 'kilos' por temporada. Por si esto fuera poco, al igual que Spotify devalúa un Camp Nou en obras y con menos aforo, el Barça no ha sabido sacar un mayor partido a lo que será su nuevo estadio y recibirán una cantidad considerablemente baja por los 'Naming Rights' de lo que debería ser uno de los mejores y más modernos estadios de todo el planeta. El Manchester City es el club que más cobra en estos momentos por esta cuestión, pero lo hace de su propia casa, Emiratos Árabes Unidos, y su contrato fue firmado en 2011.
Más pérdidas para el Barça
El agujero económico del Barça no se frena aquí. En primer lugar comienza ya en la próxima temporada, cuando sigan disfrutando del Camp Nou, pero con los condicionantes que marquen las obras. El hecho de disminuir considerablemente su aforo ya reducirá la recaudación en ticketing del primer año.
La segunda temporada de las obras, en la que el Barça abandonará su casa para jugar en el estadio Lluis Companys, el conjunto azulgrana dispondrá de un estado que ni siquiera llega a las 56.000 localidades, lo que supone casi la mitad del Camp Nou.
Todavía no se ha establecido cómo se repartirá la recaudación de la venta de entradas en un feudo que no es propiedad del club. Pero aún quedándose con el 100%, sería otro agujero importante que llegaría de la rama del ticketing. Es de esperar que el ayuntamiento introduzca en su contrato de cesión una cláusula por la cual se embolsen una parte de esa recaudación.
A este dinero habría que añadir el precio que se estipule como el alquiler que deba pagar el Barça por utilizar estas instalaciones. Además, si Spotify exigiera publicitar también su marca en la casa provisional del club culé, el ayuntamiento también podría pedir otro pago adicional. Casi todo en esta operación se traduce en nuevos gastos para el Barça.
El siguiente paso sería el del regreso. Si la primera mudanza supone algunos costes lógicos, el retorno al Camp Nou también. Además, con total probabilidad, los dos años que el Barça pasaría en su estadio conviviendo con las obras volverían a provocar una reducción considerable del aforo. Ya no solo en el propio número de asientos libres, si no en la propia afición que no se sienta cómoda en un estadio que se encuentre en esas circunstancias. Y habrá la necesidad lógica de las obras no se alarguen ni un solo minuto más, algo que se podría producir si surge cualquier problema.
Esos cuatro años de obras hasta disponer del nuevo Camp Nou, del nuevo Palau Blaugrana y de la nueva organización de los espacios urbanísticos de la zona del Espai Barça supondrán un agujero económico, formado por pérdidas y ausencia de ingresos, para la entidad en su peor momento. Y todo enmarcado dentro de un proyecto que se esperaba que costara unos 600 'kilos' y que finalmente ascenderá hasta los 1.500 millones de euros.
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