Si durante la temporada el Atlético de Madrid ha sido protagonista por un sector radical de su afición se impone a la de todos aquellos que lucen con orgullo el lema "no lo pueden entender", el derbi ante el Real Madrid en el Wanda Metropolitano no fue menos. Alentados por la polémica del no pasillo al campeón de La Liga, la previa estuvo marcada por la pancarta que el club permitió exponer a sus seguidores cargando contra la prensa. Además, hubo incidentes con aficionados blancos por llevar la indumentaria de su equipo.
La afición rojiblanca se negó tajantemente a ver ese detalle de deportividad. Esto puso al club en un brete que se solucionó justificando la decisión de no hacer el pasillo a "una falta de respeto" por las publicaciones en los medios de comunicación sobre esta circunstancia, tal y como puso sobre la mesa Enrique Cerezo en la previa del partido. Esto caldeó un ambiente en el Metropolitano, un recinto que se convirtió en un lugar hostil para todo lo que representara al Real Madrid.
La crispación de ese lado más radical de la afición rojiblanca se pudo ver con el mensaje dirigido hacia la prensa en la famosa pancarta y con casos concretos de violencia contra seguidores que fueron a ver el encuentro con sus bufandas o camisetas blancas. La presión que ellos mismos provocaron al club para impedir ver el gesto caballeroso que supone el reconocimiento al campeón fue la mecha que prendió otra vez el problema que tiene el club con sus seguidores ultras.
El veto
La rivalidad entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid siempre ha dejado sus más y sus menos, sobre todo en la época donde los dos clubes sí tenían en sus estadios a sus ultras. Ahora mismo solo los rojiblancos les permiten la entrada. De hecho, esto ha supuesto problemas durante esta temporada como con los saludos nazis en el campo del Manchester City. Las finales de Champions entre ambos equipos también han caldeado aún más los encuentros.
Los rojiblancos felicitaron por carta al Real Madrid por conseguir el título. No hicieron ninguna mención pública de reconocimiento hacia el club blanco a través de redes sociales. José María Giménez fue el primero en pronunciarse desde el club: "Felicitar al Madrid por el título. Realmente se lo merecen, pero nosotros respetamos mucho a nuestra afición". Simeone fue en la misma línea, destacando ese mensaje de respeto hacia sus seguidores.
Contra la prensa
Tras todo este ambiente caldeado en la previa, llegó el día del partido. La imagen que presidía el Wanda Metropolitano no era la majestuosidad del estadio, si no una pancarta que lucía en una de sus fachadas. La afición colchonera, con permiso del club, colocó el siguiente mensaje en los exteriores del recinto: "Entre la prensa y los de amarillo, 120 años de pasillo". Ahora el dedo señalaba a los periodistas y al estamento arbitral.
Esto venía precedido de unas declaraciones de Enrique Cerezo que aún encendieron más la polémica: "Durante dos o tres semanas antes, ciertos artículos, comentarios, tertulias ya empezaron con el tema del pasillo, no sé por qué razón". El presidente del Atlético de Madrid recalcaba que "es una falta de respeto los comentarios antes de que el Madrid fuera campeón para hacer el pasillo". Además, justificaba que sin esas noticias "imagino que se hubiera hecho pasillo".
Cabe destacar que los periodistas que siguen la información del Real Madrid que acudieron al Wanda Metropolitano no tuvieron ningún problema. Tampoco los hubo con la televisión oficial del club, que recalcó en boca de uno de sus trabajadores el buen trato que recibieron. "Tanto José Luis Morales como yo no tuvimos ningún problema con la afición ni los empleados del Atlético de Madrid", recalcaba este lunes David Álvarez en su cuenta de Twitter.
Aficionados violentos
Donde sí hubo malos tratos fue con los aficionados. Las cámaras de Movistar+ mostraban tras el encuentro el momento tenso que acabó con un padre y un hijo, aficionados del Real Madrid, siendo expulsados del estadio. Las imágenes mostraban a ambos abandonando la grada, con el niño con una camiseta del club blanco y el adulto con una bufanda. Mientras tanto, también aparecía un aficionado rojiblanco siendo detenido por otros en formas muy violentas.
El Atlético de Madrid dio su versión de los hechos. El aficionado merengue fue expulsado "por provocar e insultar" durante la primera parte llegando, incluso, a propinarle un puñetazo a otro con la camiseta del Atleti. De la misma forma, el seguidor rojiblanco también fue llevado a los exteriores del estadio por participar en la revuelta. Son hechos que constata el jefe de seguridad del estadio. Cabe destacar que también hubo otros cientos de aficionados merengues, la mayoría no mezclados entre otros colchoneros.
También hubo más aficionados que se vieron afectados por episodios violentos de radicales rojiblancos en la previa. El usuario de Twitter @ElverRm relata su experiencia en el Wanda lo "increíble" que es la afición del Atlético. Tras ser increpados por varios seguidores colchoneros, tuvieron que aguantar como otro le cogió su bufanda y se la tiró al suelo. Esto provocó una pelea en la que casi le rompen las gafas y a su amigo le tiraron un vaso con líquido en la cara.
Lo último que se ha descubierto que sucedió durante el partido fueron los comentarios repugnantes que vertió un aficionado contra Andriy Lunin. Por medio de un megáfono, un hombre se dirigió al portero ucraniano cantando: "Tú aquí jugando y tu país llorando". Las cámaras del programa 'El Día Después' de Movistar+ mostraron este instante que fue reprochado por otros seguidores rojiblancos silbando el comentario.
A pesar de que los aficionados han ido perdiendo su poder con respecto a las decisiones que toman sus clubes, el Atlético es uno de las entidades que va a contracorriente. A pesar de ser una Sociedad Anónima Deportiva, la presión que ejercen los aficionados es brutal. Se demostró con la postura sobre la Superliga Europea, en la que siguen estando como creadores, pero con lo sucedido este fin de semana se vuelve a poner en relieve lo peligroso que supone que la masa radical de una afición pueda tener tanta relevancia.
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