Paradas Romero, el árbitro de La Liga que dio el salto a la política y acabó condenado por coacciones
Tras ser considerado uno de los mejores colegiados del fútbol español se pasó al sector inmobiliario y entró a formar parte de Ciudadanos en Málaga.
20 mayo, 2022 02:15Noticias relacionadas
El mundo del fútbol da muchas vueltas. Aunque seguramente no todos los que han pasado por el deporte del balón lo han terminado de la misma manera que el histórico y polémico árbitro Paradas Romero. El excolegiado, que tuvo un pasado muy recordado y legendario durante su trayectoria en La Liga, decidió cambiar de vida y ahora está metido en problemas bastante graves.
La Audiencia Provincial de Málaga ha confirmado una condena para el antiguo trencilla español tras considerarle culpable de tres delitos por coacciones contra miembros muy cercanos a su equipo. Y es que el que fuera uno de los árbitros más famosos de La Liga decidió primero pasar por el sector inmobiliario y después por la política.
Fueron estas aventuras, especialmente bajo los colores de Ciudadanos, las que le trajeron sus mayores problemas y que ahora han concluido con la confirmación de esos tres delitos por coacciones. Paradas Romero fue condenado por el Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga y ahora la Audiencia Provincial ha venido a confirmar lo ya dictado con anterioridad a pesar de la reclamación interpuesta por parte del excolegiado.
A pesar de que los delitos por coacciones que se le atribuyen han sido considerados como leves y que solo han traído consigo una multa económica, evidencian el triste y oscuro final que está teniendo una persona que se convirtió durante años en uno de los personajes más mediáticos del fútbol español por sus controvertidas decisiones sobre el terreno de juego.
Paradas Romero, culpable
En el mes de septiembre del año 2021, José Luis Paradas Romero fue acusado de haber acosado y coaccionado mediante repetidas llamadas telefónicas a tres miembros de su círculo más cercano, los cuales interpusieron varias denuncias contra él. Estos fueron el exconcejal no adscrito de la capital y diputado provincial de Ciudadanos Juan Cassá y dos asesores de su equipo, los cuales recibieron en sus respectivos teléfonos más de cien llamadas amenazantes.
Por ello, Paradas fue condenado en primera instancia por el Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga dando comienzo a un largo y duro proceso penal que ha terminado señalando al excolegiado. En el centro de la polémica estaba el concejal y compañero de partido Juan Cassá, quien recibió un total de 42 llamadas por parte del exárbitro. A su vez, uno de sus asesores recibió otras 41 llamadas mientras que la otra persona cercana a Cassá recibió en su teléfono hasta 81 llamadas. Datos que demostraban sobradamente la actitud preocupante que estaba manteniendo Paradas.
Según la sentencia publicada en su momento, esta reflejaba que el objetivo de Paradas Romero era "perturbar la libertad de actuación de los denunciantes llegando a producir en los mismos una situación de estrés y desasosiego que afectó de forma leve a sus actividades diarias". Ese matiz final que apuntaba una influencia leve en sus decisiones es el que ha permitido que el exárbitro saliera bastante más airoso y que el problema que ahora se le viene encima haya sido mucho menor, a pesar de que su nombre haya quedado marcado para siempre.
Tras recibir la denuncia por parte de Cassá y sus asesores y la sentencia del Juzgado de Instrucción, decidió recurrir e intentar demostrar su inocencia para salir indemne de lo que ya se había convertido en un grave problema para él. El acusado alegó indefensión y error de valoración de las pruebas entre otros muchos argumentos que cumplimentaron una defensa que no terminó sirviendo para mucho. Además, afirmó también que nunca había realizado esas llamadas y que su cuenta de Facebook había sido hackeada.
Finalmente, la Sección Novena de la Audiencia de Málaga rechazó el recurso de Paradas Romero y confirmó la sentencia que ya había sido dictada en septiembre de 2021. En aquel momento, la decisión del Juzgado de Instrucción provocó su dimisión como gerente de la empresa municipal en la que se situaba.
Paradas Romero ha sido declarado como culpable de tres delitos de coacciones leves por las cuales tendrá que pagar una multa de 1.080 euros. Sin duda, una sanción que no parece tan alta como la mancha que queda en la imagen de una persona que cada fin de semana se convertía en protagonista nacional por sus actuaciones sobre el césped como juez del juego. La sanción impuesta contra el antiguo trencilla se correspondía con dos meses por cada uno de sus delitos a razón de una cuota diaria de seis euros. La noticia más positiva para el histórico árbitro es que quedó absuelto de los otros tres delitos de los que también había sido acusado, centrados en amenazas leves.
El particular Paradas Romero
José Luis Paradas Romero nació en Antequera en 1972. Formó parte del Comité Técnico de Andalucía y pasó a la historia por ser uno de los árbitros más mediáticos del fútbol español durante muchos años. Arrancó su andadura en el arbitraje profesional en el año 2000 y comenzó a destacar pocos años después en Segunda División. En el año 2007, después de recibir el premio del Silbato de Oro, consumó su ascenso a la élite del balompié nacional en Primera División.
Un Levante - Real Murcia fue su primera aparición en lo más alto del fútbol español y a partir de ahí fue capaz de crearse una imagen y un personaje propio en La Liga. Sin embargo, solo seis años más tarde, en 2013, decidió poner punto y final a su trayectoria tras importantes discrepancias con el director técnico del Comité para el Fútbol Profesional, Manuel Díaz Vega.
De esta forma, le comunicó al presidente del Comité Técnico de Árbitros su decisión de dejar su plaza en Primera División y marcharse después de que fueran criticadas algunas de sus decisiones. Un Real Madrid - Rayo Vallecano, con victoria de los blancos por 2-0, fue su último partido como profesional.
Ya alejado del deporte, decidió cambiar radicalmente de vida y se pasó al sector inmobiliario y a la política. Primero comenzó dando el salto a la política a través de Ciudadanos, como candidato número 4 en Málaga para formar parte del Congreso de los Diputados. Después, redondeó su trayectoria pasándose al mundo empresarial y se situó al mando de la compañía municipal 'Málaga, Deportes y Eventos'.
A través de esta realizó sus coacciones y amenazas contra sus rivales políticos y por ello se vio obligado a dejar el cargo de gerente de la misma. Además, Ciudadanos también inició rápidamente los trámites para su destitución una vez fue considerado como culpable de estos delitos de coacciones por parte del Juzgado de Instrucción. Se inició así una guerra entre el partido y el exárbitro, quien acusó a la formación política de mentir y de haber vendido su figura dentro del organismo.
Ahora, alejado ya del sector empresarial y también de los diferentes entes públicos, se ha visto envuelto en este proceso legal en el que ha terminado siendo declarado como culpable. No obstante, el mal ha sido menor de lo que parecía aunque su nombre haya quedado señalado para siempre.
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