Muchos problemas en los alrededores del Stade de France desbordaron a la seguridad del estadio. La policía no daba abasto mientras los aficionados del Liverpool intentaban entrar al estadio donde se juega la final de la Champions League. La puerta Z del coliseo situado en el distrito de Saint-Dennis de París se vio afectada por las aglomeraciones dejando fuera a miles de seguidores. También ha habido algunos enfrentamientos. Todo esto provocó que el encuentro se retrasara hasta las 21:36.
Los cordones de seguridad establecidos por la seguridad fallaron, ya que se aglomeraron aficionados del Liverpool con y sin entrada, tal y como explicó la UEFA. Muchos de ellos se saltaron anillos que estaban habilitados solo para los que tuvieran entrada. Esto provocó una situación de caos, donde también fallaron los lectores QR que debían demostrar la veracidad del pase. La tensión también derivó en que los seguidores se aglomeraran e intentasen saltar las vallas.
A las 21:00 horas se abrió la puerta Z y poco a poco empezaron a acceder al coliseo. Mientras tanto, el partido se retrasaba y los aficionados que sí estaban en el interior del Stade de France se ponían también nerviosos. Liverpool y Real Madrid habían terminado ya los calentamientos, por lo que ambos equipos volvieron a saltar al césped para no quedarse fríos. El riesgo de altercados en los exteriores con los seguidores del equipo inglés era real.
No solo fueron seguidores ingleses los que provocaron el caos en Saint-Dennis. Muchos franceses también aprovecharon para saltarse esos controles y acceder a las zonas aledañas del estadio. Mientras tanto, muchos aficionados han sufrido robos de carteras, móviles y diversas amenazas. La seguridad del Stade de France perdió el control de la situación y tardó media hora en recuperarla. El goteo de aficionados después de que se reforzara la seguridad fue más lento.
Todo el mundo del fútbol recordó inmediatamente la tragedia de Heysel. La final entre Liverpool y Juventus de la Copa de Europa de 1985 también tuvo problemas en la entrada de los aficionados provocando varias aglomeraciones y estampidas en las gradas. Esto supuso que 32 italianos, cuatro belgas, dos franceses y un británico fallecieran a causa de las avalanchas. Además, hubo 600 heridos de diversa consideración por estos altercados.
Para controlar la situación de desborde, la policía utilizó gas pimienta contra los diferentes seguidores del Liverpool a los que se unieron diferentes parisinos que se habían colado en los exteriores del estadio. El hecho de que no funcionaran los lectores QR hizo el proceso más lento. Las fuerzas de seguridad actuaron en cuanto se localizaron a los aficionados que no tenían entrada y estos fueron sacados del cordón más cercano al estadio.
Una vez entraron los aficionados que se aglomeraban en el exterior, el estadio se cerró a cal y canto para evitar que se pudieran colar más aficionados. Fueron muchos los que lo siguieron intentando incluso cuando la seguridad había controlado la situación. La UEFA quedó señalada tras el caos organizativo que marcó la final de la Champions League 2022. París y Francia también dejaron una imagen muy fea tanto de la capital del país como de la actuación de las fuerzas de seguridad.