Dembélé será jugador del FC Barcelona, al menos, dos temporadas más. Con ese acuerdo entre todas las partes, el del Borussia Dortmund tendrá la enésima oportunidad de probar que vale los 140 millones de euros que el Barça pagó por él en el verano de 2017.
Un futbolista que en sus seis temporadas en el club tan solo ha jugado 150 partidos lastrado por las innumerables lesiones que ha tenido. Y es que la renovación de Dembélé era una de las cuestiones prioritarias a solucionar en la secretaría técnica del Barça.
Desde la directiva se prefería la marcha del francés ya que, con una altísima ficha de casi 20 millones netos, su salida significaría liberar uno de los salarios más altos de la plantilla. De hecho, el propio Barcelona ya intentó colocarle en enero para además coger un buen pellizco por un traspaso a la baja. Pero no fue así.
Desde el propio entorno del jugador no se ayudó a que la relación fuera fluida con el club, su agente exigía una renovación galáctica a la que el club no estaba dispuesto a llegar. Y es precisamente su agente, Moussa Sissoko, uno de los protagonistas de esta trama que ha acabado con lo que muchos no esperaban, con Dembélé renovando por dos temporadas más.
También hay que poner en valor la labor de Xavi, principal (y prácticamente único) valedor del jugador francés, al que considera como uno de los más desequilibrantes de la plantilla si le respetan las lesiones. "Tengo ganas de que empiece la temporada. De darlo todo y ayudar al equipo a ganar títulos. Ganar la Champions es un sueño para mí y lo voy a dar todo para conseguirlo", explicaba Dembélé tras ser renovado.
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Pero en esta ecuación todos han tenido que ceder, el propio Dembélé y Sissoko han tenido que hacerlo, ya que el futbolista ha renovado a la baja y cobrará 11 millones de euros netos por campaña. Una cifra notablemente inferior a la que percibía hasta ahora. Y el Barça también ha tenido que ceder, ya que un futbolista de la edad de Dembélé (25 años) y con su estatus debería haber renovado por al menos cuatro o cinco temporadas. Pero han sido solo dos.
Con una fórmula similar a la de Mbappé en el PSG, Sissoko ha conseguido que su representado siga en el Barcelona dos temporadas más y, si su rendimiento mejora este año, en 2024 no le faltarán las ofertas que seguramente esperaba haber tenido este verano.
Dembélé jura amor al Barça
"Quedarme siempre fue mi primera opción. Se lo dije al presidente y al míster". Ha reconocido que "ha sido largo, pero ahora todo el mundo está contento". "Es un día muy feliz, el Barça es el club de mis sueños desde pequeño y tengo ganas de que comience ya la temporada para ayudar", dijo Dembélé esta misma semana durante su acto de renovación.
Y es que los grandes clubes de Europa no han acabado de apostar por Dembélé, como el PSG y el Chelsea. En un principio parecía que iban a tratar de contratar al francés, pero las lesiones de este, sus faltas disciplinarias y el oscurantismo en el que se mueve su agente acabaron por no convencer a londinenses y parisinos.
Sissoko ha jugado en los últimos meses con el Barcelona filtrando interés de otros equipos y dando ultimátums al Barça, pero sus capacidades como representante han estado en entredicho en otras ocasiones.
La polémica siempre ha estado presente en la carrera de Dembélé y Sissoko, que ha estado detrás de todos sus traspasos como profesional y ninguno ha sido ejemplo de transparencia. Cuando le sacó del Rennes rumbo a Alemania, el Sindicato de Agentes y la FFF le denunció por supuesto ejercicio ilegal de la profesión de agente deportivo. Sin licencia en Francia, fue absuelto por la poca claridad del asunto y porque la comisión que recibió fue de un club extranjero, el Dortmund.
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Otro lío en el que se vio envuelto, y en el que entra en juego también el traspaso al Barça, vino por los antiguos representantes del jugador. Moussa Sissoko ingresó 600.000 euros en comisiones por el traspaso del Rennes al Dortmund y hasta 10 millones por el del Barça, repartiendo 3,5 millones al abogado Badou Sambagué y entre 400.000 y 500.000 euros al agente Martial Kodjia, a quien en 2016 reemplazó Sissoko y quiso cerrar así toda relación del jugador con ellos.
En la primera operación también participaron Ghidi y Tshiany Musumbu, socios de Kodjia, pero a estos Sissoko solo les envió un cheque de 50.000 euros para cada uno. No lo aceptaron y recurrieron al Tribunal de Comercio de París, que lo investigó y absolvió al actual representante para dejar el asunto en manos de los exrepresentantes por su distribución de las indemnizaciones. El litigio hoy sigue, pero ya con Moussa fuera de él.
Camavinga 'rompió' con él
Un problema en forma de agente con el que ahora tiene que lidiar el Barcelona y con el que estuvo cerca de hacerlo el Real Madrid a través de Camavinga. El joven centrocampista del equipo blanco tenía también a Sissoko como agente, hasta que en 2020 rompió relaciones con él. La familia de Camavinga temía que la imagen de Sissoko repercutiera en él y separaron sus caminos para pasar a formar parte de la agencia que lleva Jonathan Barnett, quien el pasado verano le llevó hasta el Real Madrid.
Moussa Sissoko también tiene en su cartera de representación jugadores como: Kamara Abdoulaye Bayo, Yacine Adli, Ismaël Bennacer, Tanguy Coulibaly, Adama Diakhaby, Yacine Nasr Eddine Brahimi, Medhi Benatia, Gnagnon, Isaac Lihadji, Isaac Mbenza, Yannis Salibur, Sambou Yatabaré, Mustapha Yatabaré y Dan-Axel Zagadou.
Sin embargo todo ha acabado bien para el tándem Sissoko-Dembélé, y el propio futbolista ya ha dado a entender en los últimos días que tiene un gran cariño por el Barça: "En el club hay mucha gente que me ha ayudado mucho. Los tres primeros años fueron muy difíciles para mí. Ahora tengo la confianza de todo el mundo y estoy mucho mejor", así será, al menos, hasta 2024.