José Mourinho es feliz en la Roma. En contra de lo que pudiera parecer en el momento de su fichaje, su regreso a Italia ha resucitado su cara más amable y desenfadada. Lo que parecía ser un paso atrás en su trayectoria se está convirtiendo en un nuevo impulso. Tanto que se ha atrevido a hacerse un curioso tatuaje donde aparecen su Champions, su Copa de la UEFA, ahora Europa League, y su Conference.
Nadie ha conseguido este logro nada más que él. Principalmente porque solo se ha jugado una edición de esta nueva competición del estamento que preside Aleksander Ceferin. No obstante, el siguiente que quiera hacerse el mismo tatuaje, además de jugar la Conference y de ganarla, tendrá que tener en el palmarés los dos grandes títulos del balompié continental a nivel de clubes.
Esa peculiar decisión no ha sido la única situación curiosa que ha tenido como protagonista al técnico luso en los últimos días. José Mourinho ha sido testigo directo y casi responsable de una petición de matrimonio en pleno campo de entrenamiento de la Roma. Otro título que seguramente pocos entrenadores tengan en la historia.
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Una situación de lo más surrealista y extraña que va directa al libro de los mejores recortes de la trayectoria del entrenador portugués. Un aficionado tuvo el privilegio de ir junto a su pareja a ver de cerca a la Roma antes de un entreno. Allí pudo conocer y saludar al dirigente del equipo italiano, con el que intercambió unas palabras.
Sin embargo, lo realmente sorprendente llegó tan solo unos segundos después. Cuando Mourinho ya se iba para el campo de entrenamiento junto a su equipo de ayudantes, después de las habituales fotos, este le pidió que por favor no se fuera y que se quedara. Tenía algo que hacer y que llevaba mucho tiempo preparando.
'La boda' de Mourinho
Mourinho, que no sabía dónde meterse, miraba a todos los que le rodeaban como esperando que alguien le dijera que qué era lo que estaba pasando. No entendía nada. Pero puso su mejor sonrisa y se quedó a esperar. En ese momento, el chico hincó una rodilla en el suelo y cogiendo la mano de su amada, le dedicó unas bonitas palabras para declararle su amor. La visita a uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol, ahora en el equipo de su corazón, le había dado las fuerzas y las alas que necesitaba para dar este trascendental paso.
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Por ello, en el momento de mayor éxtasis, le pidió matrimonio a su chica, quien tampoco se podía creer lo que estaba sucediendo. Muy emocionada, acertó a aceptar la petición de su novio y pusieron el final feliz a una fiesta que pilló totalmente desprevenido a un Mourinho que tuvo una reacción realmente simpática.
El portugués inició un aplauso que fue secundado por todo su cuerpo técnico y por todos los allí presentes. Una escena que ha sido grabada y difundida por los medios de la Roma y que ha pasado directamente a ser una de las grandes anécdotas en la carrera de 'Mou'. Cómo no va a ser The Special One un técnico que es capaz de propiciar una boda.