La situación económica del FC Barcelona sigue siendo muy delicada. A pesar de haber pasado un verano repleto de grandes fichajes como los de Koundé, Raphinha, Lewandowski, Kessié o Christensen (y los que puedan venir), el Barça necesita un chaleco salvavidas.
Para amortiguar toda la problemática financiera, el club le ha pedido a algunos jugadores, especialmente a sus capitanes, un esfuerzo a la hora de reducirse el sueldo para poder fortalecer el equipo con nuevas incorporaciones y que puedan ser inscritas.
En todas estas negociaciones aparece el nombre del siempre polémico Gerard Piqué, que cuando el club le ha necesitado ha estado ahí. Y es que toda esta trayectoria de apuros económicos en el Camp Nou no ha llegado con Joan Laporta, sino que comenzó con Josep Maria Bartomeu.
Ya en ese momento el club culé necesitaba aprovechar todas las posibilidades a su alcance para afrontar no solo el despilfarro de dinero en forma de sueldos que se habían acumulado durante años, sino también la falta de ingresos por la pandemia y la falta de éxitos deportivos.
Pero no solo Piqué se ha bajado el sueldo, también ha aportado a las arcas del club de otras formas. La primera gran ayuda del defensa fue cuando el club azulgrana se quedó sin el patrocinio de Qatar por las dificultades surgidas para renovar el contrato. El Barça buscaba otra empresa que pudiera cubrir ese hueco, pero no era fácil. Y ahí apareció la figura de Piqué.
El futbolista conocía al propietario de Rakuten e hizo de intermediario para que el club y la empresa japonesa pudieran firmar un acuerdo de patrocinio para cuatro años y que le daba al Barça 55 millones de euros anuales más un bonus de 1,5 millones por ganar la Liga y otros 5 si ganaba la Champions League. Así, Rakuten se convirtió en el patrocinador principal del club.
Ahora, el Barcelona se encuentra con el mismo obstáculo que el año pasado en estas mismas fechas para comenzar la Liga, la inscripción de los nuevos fichajes y los futbolistas renovados.
Un deja vú
Y es que antes de comenzar la pasada campaña al Barcelona no le bastó ni con la salida de Messi para poder hacer jugar a sus llegadas. El 14 de agosto de 2021, justo un día antes de empezar la liga contra la Real Sociedad y poco antes de la rueda de prensa de Koeman, el club azulgrana emitía un comunicado con Piqué como protagonista:
"El FC Barcelona ha podido inscribir a Memphis, Éric García y Rey Manaj en Liga de Fútbol Profesional. Este hecho ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado con Gerard Piqué para que el segundo capitán barcelonista se rebaje significativamente el sueldo".
Un gesto de barcelonismo que tanto el club como la afición agradecieron profundamente. Ahora, el '3' ha vuelto a hacerlo. Piqué ha acordado con la junta directiva no cobrar el aumento salarial que le correspondería por contrato tras la ampliación que firmó hasta 2024 durante el mandato de Bartomeu, cuando pactó un "diferimiento salarial".
El central volverá así a las condiciones anteriores a la ampliación, manteniendo la duración de su contrato hasta 2024. El favor del exjugador de la selección española es tal que, según una información del diario AS, se ofreció a jugar gratis, gesto que el club no aceptó.
Este pacto, de acuerdo con el diario Sport, se gestó en la cena que el futbolista y su agente, Arturo Canales, celebraron con el presidente azulgrana Joan Laporta, el vicepresidente Rafael Yuste y el director de fútbol Mateu Alemany el pasado miércoles.
Ahora el caso es que los directivos del Barça esperan poder cerrar este acuerdo con Piqué, beneficioso para ganar margen salarial ante LaLiga, en los próximos días, para no tener que plantarse en la previa del debut culé en el campeonato doméstico aún con las inscripciones por formalizar.
Se acaba el tiempo
De hecho, los cinco fichajes arriba mencionados (más los que puedan venir) junto a los renovados Sergi Roberto y Ousmane Dembélé ahora mismo no podrían jugar frente al Rayo Vallecano al no estar inscritos en LaLiga.
En estos momentos el Barcelona cuenta con una plantilla de primer nivel y amenaza con seguir ampliándola con grandes nombres como los de Marcos Alonso o Bernado Silva, pero antes debe resolver algunos de los problemas que tiene en su actual vestuario.
El más acuciante es el de Frenkie De Jong. Hace unos días se conocía que el club azulgrana advirtió al neerlandés el pasado 15 de julio que el último contrato de renovación que había firmado previamente en época de Bartomeu era ilegal.
Según esta información, el Barça le pidió al futbolista que anulara los acuerdos y que se regresara a los términos anteriores a esta renovación para normalizar su situación. En todo caso, el club blaugrana ve inviable poder asumir el pago del actual salario del futbolista y están intentando que se lo rebaje o buscando un traspaso.
El Barça estaría estudiando una acción judicial, aunque prefieren llegar a un nuevo acuerdo con el futbolista. Por el momento, tanto De Jong como su entorno no son demasiado partidarios de rebajarse el sueldo al entender que ya lo hicieron en el pasado haciendo un gran esfuerzo y que ahora le tocaría cobrar los salarios atrasados a partir del presente curso.
Una situación que contrasta con la de Piqué, que siempre ha puesto el dinero en un segundo plano cuando se ha tratado del bienestar del Barça. De hecho, este esfuerzo del central llega en un momento deportivo delicado para él.
En el segundo plano deportivo
A sus 34 años, comenzará por detrás de otros zagueros en la rotación, como Ronald Araújo, Jules Koundé o Andreas Christensen. Entre Pique y Éric García estaría el cuarto puesto, una vez que Umtiti no cuenta lo más mínimo en los planes de Xavi.
Aun así, el Barça también ha dado salida a algunas piezas para seguir equilibrando el margen salarial: Lenglet, Neto, Dani Alves, Oscar Mingueza o Riqui Puig ya se han marchado, y en la lanzadera se encuentran Nico (se irá cedido al Valencia), Braithwaite o el mencionado Umtiti, entre otros. Movimientos todos ellos que junto al de Piqué esperan ayudar al Barça a inscribir los fichajes antes de que comience la Liga.