El pasado 8 de junio, Joan Laporta compareció ante el senado del FC Barcelona y dejó esta frase: "Si los socios aprueban las palancas económicas, podremos salir de la UCI". Era la primera vez que muchos escuchaban aquello de las palancas, un término que este verano se ha vuelto popular en el lenguaje de los futboleros.
Desde entonces, el Barça ha activado cuatro palancas por un valor de 737,5 millones de euros que con plusvalías serían en torno a 130 'kilos' más. A Laporta no le ha quedado otra que vender activos del club para sanear las cuentas: un 25% de los derechos televisivos de los próximos 25 años y un 49% de Barça Studios.
El objetivo era llevar a cabo un agresivo mercado de fichajes, aunque ello hipotecara parte del futuro del club. Las contrataciones se han sucedido generando un fuerte impacto en todo el mundo; alguno todavía no le encuentra explicación a los movimientos azulgranas. Así ha sido el verano en el que todo valió para ejecutar el plan de Laporta.
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Los movimientos empezaron pronto, antes siquiera de ejecutar la primera palanca. En mayo se anunciaba que el Aston Villa compraría a Philippe Coutinho, quien se había pasado la mitad del curso cedido en el club inglés. Se fue por 20 millones y el Barça se libró de los 16 millones brutos de su salario, del cual pagó el 35% durante su préstamo.
El siguiente movimiento fue la renovación de Sergi Roberto, que nunca se hubiera planteado si el jugador no hubiera aceptado una rebaja drástica de su sueldo. Uno de los capitanes del primer equipo se bajó el 60%, quedándose en apenas 5 millones brutos al año. Los que se despedían eran Dani Alves -al que no se renovaba- y Adama Traoré -acababa su cesión-. Y llegó la primera palanca.
Primera palanca: cuadrar el balance
Tras haber conversado por su cuenta con CVC -que en 2021 adquirió el 10% del negocio de La Liga por 50 años-, el Barça vendió el mismo porcentaje de sus derechos televisivos a Sixth Street por 25 años. La primera palanca dejaba unos ingresos de 207,5 millones, en torno a 60 'kilos' menos de lo que hubiera ingresado el club azulgrana con CVC con la diferencia de atarse la mitad de tiempo.
Aquella palanca era vital para contrarrestar unas pérdidas previstas de 120 millones para la temporada 2021/22. Por eso se activó justo antes de que el balance anual se cerrara (1 de julio).
Empezó entonces la marabunta de anuncios en Can Barça. Hasta el 21 de julio, fecha en la que se activó la segunda palanca, se anunciaron cuatro fichajes y la renovación de Ousmane Dembélé. El francés, con un contrato de dos años, bajó su sueldo hasta los 16 millones brutos (más 4 en variables), pero acordó llevarse el 50% de una futura venta o el pago de su nueva cláusula (50 millones).
Los primeros en llegar, el 4 de julio, fueron Franck Kessié y Andreas Christensen. Ambos aterrizaron libres y sin el cobro de una prima de fichaje, que se incluía en sus salarios -en torno a los 6 millones netos- para las cuatro próximas temporadas.
El primer golpe de magnitud fue Raphinha, que costó casi 60 millones y una ficha de también 6 millones netos. No quedó claro si en el caso del brasileño, su agente Deco se llevó comisión o no.
El segundo golpe fue Robert Lewandowski. El polaco fichó seis días después de hacerlo Raphinha, costando otros 45 'kilos' su traspaso. Su ficha, aunque se bajó el sueldo respecto a lo que cobraba en el Bayern, es la más alta de toda la plantilla con 9 millones netos. Firmó por cuatro temporadas pese a tener 34 años.
Las dos salidas más importantes que cerró el Barça en ese tramo fueron las de Clement Lenglet y Trincao, ambos cedidos. El francés se fue al Tottenham, que pagará este año 7 de los 12 millones brutos que cuesta su sueldo. El resto corre a cargo de la entidad culé.
El luso, por su parte, se fue al Sporting de Portugal, que se hace cargo del 100% del sueldo -más bajo que los 8 brutos que cobraba en el Barça- y una opción de compra obligatoria de 7 millones de euros.
Segunda palanca: los fichajes
El Barça recuperó en cuestión de un mes la ilusión de la gente. ¿El problema? Que esos fichajes ya anunciados eran imposibles de encajar bajo el esquema del 1x4. El club catalán, con un margen salarial negativo (-144 millones) meses atrás, solo podía invertir un euro por cada cuatro que ahorrara. Hacía falta otro golpe de efecto para colocarse en la normalidad establecida por LaLiga, el 1x1.
Llegó con la segunda palanca, con la que el Barça repitió la fórmula de Sixth Street, vendiendo ahora un extra del 15% de los derechos de TV por 330 millones. El fondo de inversión estadounidense, que controla la firma especializada en gestionar recintos deportivos Legends y el 20% de los San Antonio Spurs, pasó a controlar un cuarto de los derechos televisivos azulgranas por los próximos 25 años.
Una semana después de la segunda palanca, llegó la segunda mayor inversión en el mercado: el fichaje de Jules Koundé. El Barça acordó con el Sevilla un traspaso de 50 millones y con el jugador un contrato de cinco años a razón de 6 millones netos por temporada. En su primer curso, el jugador cobrará 2,5 brutos menos para cuadrar las cuentas, aunque es una cifra similar a lo que se llevó por firmar el contrato.
Con el foco puesto en la defensa, el Barça no quería parar de fichar. Los nombres siguientes eran César Azpilicueta y Marcos Alonso. Y faltaba inscribir a los nuevos y los renovados. Había que activar la tercera palanca, eso sí, entrando en juego el ente Barça Studios, que centraliza la creación, producción y comercialización de toda la oferta audiovisual del FC Barcelona.
Tercera y cuarta palanca: inscripciones
El Barça acordó el 1 de agosto la venta del 24,5% de Barça Studios a Socios.com -empresa especializada en la compraventa de NFT y Tokens- a cambio de 100 millones. El club creía, ahora sí, que ya tenía lo suficiente para inscribir a sus cinco fichajes (más Dembélé y Sergi Roberto), pero se encontró el freno de LaLiga.
A menos de dos semanas de debutar en Liga, el club catalán no obtenía luz verde la patronal por un desajuste en las cuentas. El Barça presentó ingresos superiores a 750 millones, pero Tebas no aceptaba 150 que realmente había pagado el propio Barça a la filial creada con Sixth Street para vender el 25% de los derechos y poder recuperarlos pasados los 25 años acordados.
Tras aquel mazazo empezaron las prisas que se han mantenido hasta este viernes: ¿podría quedarse el Barça sin inscribir a sus fichajes de cara al debut de Liga? Y con las prisas, llegaron los nervios. Han sido dos semanas de angustia en las que se han cerrado algunas salidas no relevantes (Riqui Puig y Neto, liberando 4 y 6 millones brutos de sus sueldos) y se han presionado a varios futbolistas hasta el extremo.
Al ver que no llegaba, el Barça trazó un plan a dos bandas: uno era activar la cuarta palanca y otro confiar todo a liberar masa salarial. El último punto agravó las presiones a futbolistas como Frenkie de Jong o Martin Braithwaite, contra los que se ha utilizado la prensa y la afición para forzar sus salidas. De forma más pacífica, se pidió a Gerard Piqué y Sergio Busquets su enésimo esfuerzo económico para reducir sus fichas.
El Barça llegó a tener un acuerdo con el grupo GDA Luma, propietario del Cirque du Soleil, para vender otro 24,5% de Barça Studios por 100 millones. Se dio por hecho, pero problemas legales y administrativos retrasaron la firma hasta el punto de echar abajo el acuerdo. Laporta y su directiva tenían que trabajar a contrarreloj, llegando a temer lo peor por momentos.
Este viernes a primera hora llegó la tranquilidad. Jaume Roures, a través de su negocio patrimonial Orpheus Media, 'rescató' a Laporta adquiriendo la parte restante que estaba en venta de Barça Studios, que ahora pasará a llamarse Barca Digital & Entertainment (BDE) para enfocarse en el crecimiento de la estrategia digital, NFT y Web.3 del club. Para el Barça era la vía de salvación para inscribir a los fichajes.
Bloqueo actual
¿Qué pasa ahora? Los movimientos no han terminado en Can Barça, aunque Laporta espera que las palancas sí. Ahora toca 'limpiar' el vestuario y resolver los casos que, por el momento, bloquean la culminación del proyecto para la temporada 2022/2023. Sobre la mesa hay varios posibles fichajes (Marcos Alonso, Bernardo Silva o Bellerín) que ahora mismo son inviables.
Por eso, y para zanjar el tema de las inscripciones, la junta de Laporta está siendo tan agresiva para liberar espacios en las plantillas. El problema es que sus condiciones chocan con la moralidad hacia los trabajadores, que son sus jugadores.
De Jong no quiere irse y tampoco bajarse el sueldo sustancialmente cuando el club se ha gastado millones en fichajes. Braithwaite solo saldrá si le dan la carta de libertad, algo parecido en el caso de Memphis Depay. Y Umtiti, que lleva tiempo buscándose club, no encuentra destino.
Por último, con Piqué accediendo a rebajar su sueldo otra vez, el Barça trata de llegar a un acuerdo para diferir el de Busquets. El capitán está dispuesto a hablar, pero si parten su salario quiere que se haga teniendo un año más de contrato ya que el suyo acaba en 2023. Las oficinas del Camp Nou, por tanto, seguirán echando humo hasta el 1 de septiembre.
El verano del Barça de las palancas
12 de mayo: Venta de Coutinho al Aston Villa (20 millones)
10 de junio: Renovación de Sergi Roberto
30 de junio: Activación de la primera palanca - Sixth Street
30 de junio: Cesión de Lenglet al Tottenham
4 de julio: Fichaje de Kessié (Libre)
4 de julio: Fichaje de Christensen (Libre)
13 de julio: Fichaje de Raphinha (58 millones)
13 de julio: Cesión de Trincao al Sporting de Portugal (3 millones)
14 de julio: Renovación de Dembélé
19 de julio: Fichaje de Lewandowski (45 millones)
21 de julio: Activación de la segunda palanca - Sixth Street
28 de julio: Fichaje de Koundé (50 millones)
30 de julio: Salida de Mingueza al Celta de Vigo
1 de agosto: Activación de la tercera palanca - Socios.com
4 de agosto: Salida de Riqui Puig a Los Angeles Galaxy
7 de agosto: Salida de Neto al Bournemouth
12 de agosto: Activación de la cuarta palanca - Orpheus Media