Europa se prepara para unos meses muy duros en los que se prevé que la crisis energética se agudice más de lo que ya azuza al viejo continente. No ha venido sola, ya que la sequía veraniega ha provocado restricciones en el uso del agua. El fútbol, a pesar de mover millones de euros, no evita verse involucrado en este problema mundial. Las principales ligas ya están ejecutando planes para sortear las consecuencias negativas y sumarse a las medidas de ahorro. España, por ahora, no planea hacerlo.
Mientras empresas y lugares públicos de la península no se podrán iluminar, calentar o enfriar sin control, La Liga se juega por la noche. En términos de luz, tres encuentros de fútbol suman el consumo energético de unas 100.000 personas en una franja horaria que el Gobierno ha limitado a cualquier PYME para lo esencial. No está previsto que esto cambie con la llegada del invierno, que eliminaría la excusa de la salud de los futbolistas por las altas temperaturas.
Mientras tanto, en Alemania se ha obligado a todos los clubes a reducir el tiempo de iluminación de sus estadios, mientras se teme que el cierre del grifo de gas de Rusia pueda afectar a los terrenos de juego durante el invierno. En Reino Unido, tras las primeras jornadas en las que se denunció un uso excesivo de las luces, clubes como el Manchester City han optado por encenderlas solo cuando sea necesario. En Francia incluso plantean que no se juegue de noche.
España vuelve a priorizar que su fútbol profesional tenga una bula ante medidas restrictivas como sucedió durante la pandemia. En pleno confinamiento generalizado de la población, el Ejecutivo tomó la decisión de adelantar el regreso de La Liga para permitir que completase su temporada. Ahora, mientras las empresas, comunidades autónomas y ayuntamientos ven limitado el uso de la electricidad, los estadios seguirán iluminados para que se juegue al deporte rey.
La crisis energética coincide con restricciones del uso del agua en diferentes puntos de la península por la sequía. Esto vuelve a rescatar la polémica del riego de los campos de entrenamiento y el césped de los estadios. España, cuya liga es la que más líquido elemento consume para esta circunstancia en comparación con el resto de grandes campeonatos de Europa, emplea por cada campo 52.000 litros/día. En Francia y Alemania, las críticas por el uso exacerbado han provocado cambios en la gestión.
Francia avisa
Es este último país el que abrió la veda a un cambio en su fútbol profesional por el contexto actual. La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, propuso la idea de que no haya partidos por la noche en invierno. El debate se estableció desde que hizo unas declaraciones en las que ponía sobre la mesa esta medida simbólica que también permitiría iniciar una transición ecológica en el deporte rey. El plan es poner en marcha "un plan de adaptación de la práctica deportiva al cambio climático" en los próximos meses que podría hacer realidad lo que por el momento es una idea.
"Un campo deportivo está iluminado entre 1.000 y 2.000 horas al año. Gran parte de estas horas de iluminación están ligadas al invierno. Eso son 80.000 kWh, que suponen unos 10.000 euros de presupuesto. Los precios están subiendo y podrían convertirse en 20.000 o 30.000 euros", justificó la ministra. A esta pretensión de ahorro, se une que Francia ha establecido unas medidas de ahorro energético restrictivas para la población: "Es un deber del deporte dar ejemplo".
Pero en el país galo no se quedan solo en el problema con la electricidad. Las cifras de reservas hidricas son de récord negativo y cualquier gesto de desperdicio es reprendido. El Stade Rennes fue criticado por regar sus campos de entrenamiento a plena luz del día cuando no iban a saltar al césped sus futbolistas y en esa zona de Francia estaban teniendo problemas para controlar los incendios que azotaban las regiones próximas. El club reconoció "un error" y prometió enmendarlo.
La población gala también pide compromiso verde a sus estrellas. Karim Benzema fue criticado cuando publicó un video el 2 de julio de sus viajes en Ferrari, 4×4 y motos de agua en Miami. Lo mismo sucedió cuando Kylian Mbappé publicó una storie mostrando su avión privado para hacer un viaje Estrasburgo - París. Greenpeace Francia ha denunciado cada vez que un equipo hace un traslado aéreo relativamente corto, como por ejemplo cuando el PSG viaja a Lens.
Alemania actúa
El aumento de los precios de la energía como resultado de la guerra de Ucrania también está afectando a los equipos de fútbol de la Bundesliga. Por el momento descartan hacer que se juegue al fútbol solo de día para ahorrar energía por los contratos televisivos, misma cuestión que se esgrime en el caso de España tras consultarlo con La Liga. También ponen como excusa en Alemania que la tecnología de la línea de gol solo funciona con buena iluminación.
Lo que sí hay es compromiso por reducir el gasto energético por parte de sus clubes. El Bayern Múnich construyó un nuevo estadio que se convirtió en uno de los mejores del mundo y se caracteriza por los paneles led que lo iluminan en su exterior. Han reducido el número de horas que lo emplearán, aunque no descartan acortar el tiempo de uso más. Esto también es así en los casos del Mönchengladbach, así como otros estadios bajarán los grados de la calefacción.
Es el problema del gas el que más preocupa a los clubes de la Bundesliga. El Stuttgart depende completamente de esta energía para calentar tanto el césped como todo el coliseo y temen que el aumento de los costes suponga que tengan que invertir millones de euros para poder pasar este invierno. Clubes como el Friburgo capean esta situación por el gran techo solar que cubre su estadio para cubrir las necesidades energéticas del coliseo.
Equipos como el Bayer Leverkusen mantienen su calefacción por suelo radiante controlada mediante una estación climatológica, que dicta cuándo existe una necesidad específica para que deba usarse. El Werder Bremen apaga los frigoríficos de la zona de restauración del estadio entre jornada y partido, al igual que los aparatos de aire acondicionado este verano. Cabe recordar que esta liga frena su actividad tras el Mundial en lugar de volver como harán el resto.
Reino Unido se preocupa
El regulador de energía de Gran Bretaña anunció la semana pasada enormes aumentos en los precios de la energía pero, a diferencia de los consumidores domésticos, no existe un tope de precios para los clubes de fútbol. A pesar de que los precios en los abonos y las entradas suelen ser los más populares, desde Reino Unido se teme que esta subida de precios repercuta sobre los aficionados de forma que muchos de ellos dejen de ir a los coliseos. Los clubes de la Premier League ya han recibido avisos de los organizadores para que reduzcan el uso de los focos de los estadios.
Todo esto sucede mientras está en ciernes el Mundial con un coste energético más elevado. Qatar 2022 se hará en invierno para evitar las altas temperaturas del verano, pero incluso en los meses de noviembre y diciembre en los que se celebrará la cita más importante del fútbol la humedad y el calor sigue siendo protagonistas. Es por lo que los estadios tendrán sistemas de refrigeración especiales.