Hace ya más de dos años que la Covid-19 llegó a nuestras vidas para hacerse la dueña de la situación. Una enfermedad, o un virus, que ahora mete menos miedo que nunca, pero que sigue causando algunos estragos desde la sombra y desde el silencio. Ya no abre telediarios, pero sigue estando presente. Mientras la vida y la normalidad se vuelven a abrir paso, se siguen viendo algunas tímidas mascarillas y los geles hidroalcohólicos siguen estando presentes en nuestras mesas.
La Covid-19 ha hecho mucho daño a la sociedad y a sectores tan importantes como la economía. Pero también ha castigado duramente al universo del fútbol, que todavía sigue pagando las facturas que han dejado los parones y los estadios vacíos. Y los jugadores han pagado con creces también las consecuencias que la enfermedad ha ido dejando en sus cuerpos.
Muchos sospechaban que el coronavirus había aumentado el número de lesiones en el mundo del fútbol. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha demostrado a ciencia cierta. Un mérito que corresponde al experto David Varillas y a todo su equipo formado por Antonio Maestro, Esther Morencos, Jorge Gutiérrez-Hellín, Millán Aguilar-Navarro, Gonzalo Revuelta y Juan Del Coso.
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EL ESPAÑOL ha hablado con este profesor e investigador del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) sobre el último estudio que han publicado y en el que arrojan información fundamental para el mundo del fútbol y para todo lo relacionado con las lesiones. Varillas, además de sus labores de profesor e investigador, también trabaja con atletas de élite y entiende a la perfección cómo funciona el deporte de máximo nivel y exigencia.
Así ha sido la investigación
La Covid-19 hizo su aparición en la sociedad a finales del año 2019 y comienzos del 2020. Sin embargo, no fue hasta ese fatídico mes de marzo cuando casi todo el planeta comprobó la gravedad de la situación que se había venido gestando semanas y meses atrás. Una pandemia de alcance mundial que traería consigo los dos peores años que se recuerdan con millones de muertos, familias encerradas en sus casas y sistemas colapsados.
El coronavirus es un síndrome respiratorio agudo severo que está producido por el virus SARS-CoV-2 y que se desarrolla como una enfermedad que puede causar fallos multisistémicos y algunas otras afecciones potencialmente mortales en una proporción relativamente alta de individuos infectados. El fútbol y el deporte, como sectores propios de la sociedad, no fueron ajenos a la crueldad de esta enfermedad que paralizó al mundo durante meses.
Estos contagios han producido numerosos cambios en las rutinas deportivas de los futbolistas en los últimos dos años, lo que ha influido en un aumento de las lesiones deportivas. Un hecho que ha sido demostrado ahora por primera vez tal y como explica David Varillas: "Antes solo eran hipótesis, ahora se demuestra gracias a este estudio".
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Dicho estudio, 'La incidencia de las lesiones aumenta tras la infección por COVID-19: Un caso de estudio con un equipo de fútbol profesional masculino', ha sido elaborado gracias a la creación de un proyecto de investigación impulsado de manera conjunta por la Fundación MAPFRE y la Fundación Ignacio H. de Larramendi. Este ha consistido en el análisis de la situación de un equipo de LaLiga Smart-bank, la segunda división de la liga de fútbol profesional española.
En él han participado de manera voluntaria un total de 26 futbolistas y ha contado con la inestimable ayuda de los doctores Maestro y Revuelta que han sido los encargados de aportar el global de la toma de datos. Una información que ha correspondido a la temporada 2020/2021, la primera que se produjo de manera íntegra en una situación de pandemia, y sin que ninguno de los jugadores hubiera recibido aún alguna de las dosis de las diferentes vacunas contra la Covid-19.
El objetivo perseguido en este estudio ha sido analizar prospectivamente la incidencia y las características de las lesiones en jugadores de fútbol profesional masculinos diagnosticados de Covid-19 una vez vuelven a jugar tras haberse recuperado de esta enfermedad. De esos 26 jugadores elegidos, 14 (53,8%) dieron positivo en coronavirus en algún momento. De esos 14 futbolistas, solo 3 (21,4%) habían tenido alguna lesión antes de dar positivo. Después, 11 (78,6%) de ellos se lesionaron. Una tendencia que demostraba lo que hasta entonces había sido una simple hipótesis.
Conclusiones y particularidades del estudio
Tal y como explica David Varillas a EL ESPAÑOL, el estudio que ha realizado durante la temporada 2020/2021 junto a todo su equipo ha arrojado mucha luz en cuanto a la polémica generada por el impacto de los contagios en las lesiones. Suyo ha sido el mérito de demostrar que, efectivamente, la enfermedad ha tenido mucho que ver en lo diezmadas que han quedado las plantillas desde entonces.
Sin embargo, esta investigación ha sido histórica por muchos motivos, no solo por haber confirmado algo que solo era una simple sospecha sin datos para sostenerse: "La realidad está ahí. Después de haber pasado por la Covid-19 se producen más lesiones. Esto se puede producir por el propio parón, por tener una mayor debilidad muscular, por falta de adaptación física o incluso por la pérdida de capacidad cardiopulmonar".
El estudio determina de manera incuestionable que la incidencia de lesiones en jugadores de fútbol profesional que habían sido infectados por el virus del SARS-CoV-2 aumentó significativamente en comparación con las tasas de lesiones que estos mismos jugadores tenían antes de la enfermedad. Por si fuera poco, esos mismos datos de incidencia de lesiones explican que el número también fue mayor en comparación con los jugadores que no estaban infectados por el virus durante esa misma temporada.
Una de las decisiones más importantes que todo el equipo del investigador Varillas tomó y que ha servido para diferenciar su estudio de otros ya realizados es la atención a los casos de jugadores contagiados. Mientras otras muestras no hacían distinción entre jugadores que habían dado positivo y los que no a lo largo de la temporada, distorsionando los datos y la realidad, ellos se han enfocado en los jugadores que sí han pasado por la Covid-19 para determinar si tenían más lesiones. Mezclar esas cifras con compañeros que no habían padecido la enfermedad no tenía sentido.
Otra de las conclusiones más poderosas que arroja este estudio es que ese número de lesiones se ha producido con mayor frecuencia en los partidos que en los entrenamientos. Los jugadores se han lesionado más, pero además lo han hecho en los momentos en los que han alcanzado un máximo de exigencia, y eso comúnmente se suele producir siempre en la competición.
Mientras que las lesiones en entrenamientos se doblaron, las de los partidos crecieron hasta tres veces más. "La Covid-19 ha ayudado a aumentar esa incidencia en los partidos". Así lo explica el profesor David Varillas en conversación con EL ESPAÑOL. Este completo estudio también recoge cuáles han sido las lesiones que mayor número de veces se han repetido en ese periodo de tiempo analizado.
Se trata de dolencias de tipo muscular y tendinoso. Además, las zonas más castigadas del cuerpo han sido los cuádriceps y los isquiotibiales. El 72,7% de las lesiones musculares, las más repetidas, se han producido en estas regiones del cuerpo. Sin embargo, a pesar de que han sido las más predominantes, esto no ha sido debido a los contagios, otro hecho que también se demuestra por primera vez en este estudio.
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"La Covid-19 no influye en la parte del cuerpo o en el grupo muscular que se lesiona y eso es un hallazgo muy importante". Así lo explica David Varillas, que entiende también que el hecho de que estas zonas hayan quedado señaladas puede deberse simplemente a que la exigencia de un deporte como el fútbol recae habitualmente más en dichos puntos.
Problemas con el modus operandi
El brillante estudio realizado por David Varillas y por todo su equipo confirma la regla ya inamovible de que la Covid-19 ha afectado a la incidencia de lesiones en los futbolistas después de haber dado positivo. Pero además, abre muchas puertas a estudios en los que ya está trabajando para seguir aportando información y conocimiento a un asunto de total interés.
El profesor e investigador del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) asegura que uno de los caminos a explorar ahora es el porqué. El hecho de saber cómo la Covid-19 ha afectado a los organismos de los deportistas para que el número de dolencias se dispare de esta manera.
El resultado de estos dos años ha sido cuerpos deteriorados por la enfermedad intentando hacer frente a situaciones de máxima exigencia y estrés, pero con menos medios para defender su integridad. Situación que ha llevado de manera inevitable a esas lesiones tan repetidas. Para David Varillas, además, se han cometido muchos errores a la hora de luchar contra lo desconocido, es decir, contra un virus del que en 2020 y en 2021 se sabía muy poco.
Desde el primer parón por el confinamiento general hasta los procesos de cuarentena domiciliaria que han realizado los jugadores pasando por la vuelta a los entrenamientos y la competición. En todos los puntos de estos procesos se han cometido errores fundamentales que han favorecido al aumento del número de lesiones.
"Un asunto importante es saber hacer la preparación necesaria para los jugadores en los periodos que pasan en casa confinados. Ahí se han producido muchos problemas. Es necesario mantenerte activo y en forma en esos periodos y en casa ha sido complicado". A pesar de que todos los futbolistas han seguido trabajando con planes específicos dictados por los servicios médicos y por los preparadores físicos de sus clubes, cuando los síntomas se lo permitían, el desconocimiento ha provocado que estos no hayan sido perfectamente eficientes, provocando carencias fisiológicas.
"Ha habido fallos en los equipos y en los cuerpos técnicos fruto del desconocimiento y también de las prisas de un negocio tan grande como el fútbol. La Covid-19 tiene un punto extra respecto a otras enfermedades que conocíamos que ha agravado esta situación". David explica precisamente que esa vuelta tan temprana de las competiciones, algo que solo dictó la necesidad de reactivar el negocio del deporte rey, provocó también que la situación empeorase.
Realmente, los jugadores no estaban del todo preparados ni para ponerse otra vez al máximo después del parón ni para hacer frente a una enfermedad como la Covid-19 y querer volver a estar peleando por sus objetivos dentro del campo a los pocos días.
"Si se hubiera retrasado el momento de la vuelta de las competiciones y entrenamientos y se hubiera dado más tiempo a conocer el virus, se habría reducido drásticamente el número de lesiones. También sucede con los parones que realizaban los jugadores tras dar positivo. Los cuerpos técnicos se precipitaron". Una bola de nieve que fue creciendo y que se fue comiendo la salud de los deportistas a medida que iba recuperando los billetes perdidos.
Por último, David Varillas habla sobre dos cuestiones con EL ESPAÑOL respecto a su estudio. La primera es que todavía no se sabe si la condición de contagio sintomático contribuye a aumentar el número de lesiones: "Es todavía una hipótesis el hecho de que cuando hay menos sintomatología vírica, como ha sucedido con la evolución de las diferentes cepas de la Covid-19, hay menos lesiones". El daño de la pandemia ha ido disminuyendo según ha avanzado el tiempo ya que la inmunidad de la sociedad y los avances científicos y médicos iban ganando poco a poco la batalla.
Y en segundo lugar, habla también sobre la situación que se produjo en el momento exacto en el que los deportistas pudieron salir de sus casas para retomar los entrenamientos antes de volver a competir y el repunte de lesiones que se produjo en dicho escenario: "Después del primer parón general por confinamiento en el mes de marzo hubo más lesiones, pero hay que saber si durante ese tiempo un jugador tuvo Covid y si por lo tanto esas lesiones se debieron a eso o simplemente a la falta de entrenamiento".
Lo que está claro, tal y como han demostrado David Varillas y todos sus compañeros en este proyecto becado por la Fundación MAPFRE y la Fundación Ignacio H. de Larramendi, con la colaboración directa en la toma de datos de los doctores Maestro y Revuelta, es que la Covid-19 ha atacado y mucho al fútbol durante estos años de pandemia.