La figura de Nasser Al-Khelaifi se tambalea cada vez más. El máximo mandatario del Paris Saint-Germain se está encontrando con nuevos escándalos en torno a su persona. El último, uno relacionado con la extorsión, secuestros y chantajes. El presidente del conjunto parisino se encuentra en verdaderos apuros.
Su trabajo como máximo representante del equipo ya estaba ensombrecido por su fracaso en la Champions League y sus constantes vaivenes en la toma de decisiones. Ahora un tema extradeportivo le salpica de manera directa y concreta. Otro problema más para su persona.
Según informó el medio francés Liberation, el presidente del PSG tiene abierto contra él una investigación. Está acusado del secuestro de un empresario argelino que poseía información comprometida sobre él. Dicha persona fue arrestada en Qatar el pasado enero de 2020 y no fue soltado hasta noviembre del mismo. Entre medias, presiones de Al-Khelaifi para que le entregase todo lo que poseía sobre su relación con la elección de Qatar como sede para el Mundial.
Un nuevo episodio que sigue enturbiando al presidente del PSG. Cada vez salen más informaciones sobre él y ninguna le ayuda a mejorar su reputación. Mientras tanto él, pone sus ojos en Real Madrid y Barcelona, criticando prácticamente todos sus movimientos.
Al-Khelaifi cuenta con una amplia gama de puestos en su currículum que le han hecho salirse con la suya hasta el momento. Es presidente del PSG y de la Asociación Europea de Clubes y está en su segundo mandato del Comité Ejecutivo de la UEFA. Además, es también presidente de beIN MEDIA GROUP, de Qatar Sports Investments, la Federación de Tenis de Qatar y de la de Squash.
Una espectacular ristra de cargos que le permiten estar presentes en prácticamente todas las negociaciones, especialmente en el mundo del fútbol. En él, tiene gran cantidad de poder y lo utiliza a su antojo para lograr todos y cada uno de sus objetivos.
El Mundial, el desencadenante
Los tentáculos de Nasser Al-Khelaifi están presentes en casi todas las noticias publicadas acerca del Mundial de Qatar. Como gran representante del país dentro del mundo del fútbol, el presidente del PSG ha formado parte de las negociaciones de manera activa y pasiva. Y ha influido en ellas.
De hecho, fue encausado debido al tráfico de influencias con directivos de la FIFA. En concreto, también se le acusó de instigar de manera desleal a la gestión de Jerome Valcke, exdirectivo del organismo que rige el fútbol a nivel internacional. Todo ello para conseguir los derechos televisivos de las citas mundialistas de 2026 y 2030. Gracias a las diferentes pruebas, se encontró Valcke disfrutaba de vacaciones en una lujosa villa en Cerdeña. Casualidades de la vida, había sido adquirida por una sociedad relacionada directamente con Al-Khelaifi.
Misteriosamente, fue absuelto de cualquier delito mientras que el exdirectivo de la FIFA fue condenado a 11 meses de prisión y obligado a pagar una cuantiosa multa cercana a los dos millones de euros. Dos varas diferentes de medir a dos personas que han intervenido de manera activa en la trama.
Otro de los escándalos en los que está presente es en el dopaje financiero del PSG. A través de una investigación de Football Leaks, se dejó al descubierto las ingentes cantidades de dinero que había invertido en el conjunto parisino a modo de patrocinios. Una forma de rellenar las arcas del club, que gracias a la nula investigación de la UEFA, ha podido utilizar a su antojo para financiar sus fichajes y grandes plantillas.
Libertad para actuar
Al-Khelaifi, tras el caso de extorsión y secuestro, ha sacado a relucir nuevamente su figura de intocable. No es la primera vez que utiliza su estatus de poder para salir indemne de una situación comprometida. Un ejemplo de ello fue su deplorable actuación al final del partido de Champions entre el Real Madrid y el PSG.
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Al-Khelaifi bajó junto a Leonardo al cuarto donde se cambiaban los colegiados para ajustar las cuentas con ellos, en lo que consideraba un arbitraje completamente injusto. Danny Mukiele, trencilla de dicho encuentro, lo recogió en el acta del encuentro. Y reflejó también el destrozo que había realizado: actitud agresiva y golpes contra las paredes.
Además, su posición de privilegio en la UEFA, le aporta un estatus de intocable pese a sus continuos vaivenes. El catarí es miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA tras ser elegido por la Asociación Europea de Clubes (ECA). Un puesto que le ayuda a tener prácticamente impunidad en cualquier situación relacionada con el mundo del fútbol.
Pese a la acumulación de poder, poco a poco se están destapando los tejemanejes del Al-Khelaifi a la hora de actuar. Mientras su posición se tambalea, desde Qatar parecen tener cada vez menos confianza en él. Una inestabilidad que le puede provocar graves problemas para mantener sus cargos, y más si siguen saliendo nuevos casos que le impliquen de manera directa.