El mundo del fútbol se encuentra sumergido en una constante fuente de cambios. Cada año se van implementando nuevas tecnologías y se realizan distintas alteraciones para encontrar la solución a todos los problemas que surgen a lo largo de cada temporada, que suponen más de un quebradero de cabeza.
Uno de los colectivos que más variaciones ha ido sufriendo a lo largo de los últimos años es el del tema del arbitraje. Al ser uno de los que menos se había tocado, su margen de mejora es muy superior al del juego, por poner un ejemplo. Nuevas tecnologías han ido apareciendo para evitar el grueso de errores y hacer la vida más fácil a los colegiados.
Ahora ha surgido una nueva corriente de cambio en dicho sector. Está siendo promovido desde Inglaterra. El desembarco de Howard Webb como jefe de los árbitros de la Premier League ha traído frescas ideas para dar un giro radical a lo que se estaba viendo sobre los terrenos de juegos anglosajones.
Webb, como la cabeza más visible de la organización, está dispuesto a darle una nueva oportunidad a todos aquellos exjugadores que se hayan alejado del césped. Su intención es que se unan al elenco de árbitros que hay en la Premier League. Una pequeña revolución que podría llegar mucho más pronto que tarde gracias a su empeño.
Siempre se ha considerado que los futbolistas podrían integrar algún rol dentro del arbitraje. En la herramienta del VAR, se especuló con la presencia de aquellos jugadores retirados. Se entendía que gracias a su experiencia, podrían ayudar a dirimir todas aquellas jugadas grises, pues al fin y al cabo muchos de ellos han vivido esas situaciones a lo largo de su carrera.
Jugadores como árbitros
La idea de Howard Webb es darles una segunda oportunidad a los jugadores tras finalizar sus respectivas carreras. Una nueva vida dentro del fútbol en una faceta enormemente desconocida para la gran mayoría, que apuesta por seguir otros derroteros una vez han colgado las botas.
El nuevo jefe de los árbitros de la Premier League y de la Professional Game Match Officials Limited (Organismo responsable de los partidos profesionales del fútbol inglés) quiere que la liga más potente del mundo sea una de las grandes pioneras a la hora de atraer a los exjugadores en el colectivo donde él tanto tiempo pasó.
"Necesitamos ver cómo podemos atraer a la gente. Siempre hemos tenido problemas para involucrar a los exjugadores", explicaba en primera instancia el que fuese colegiado de la final entre España y Países Bajos en la final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Su intención es que aquellos futbolistas no han logrado una carrera tras próspera en los terrenos de juego apuesten por dicha profesión, dejando a un lado otras como el ser entrenador o comentarista en los diversos programas de fútbol que imperan en las distintas televisiones.
"Creo que hay una oportunidad para que alguien realmente abra un camino y nosotros lo recibiríamos de todo corazón con las habilidades que obtuvo de esa carrera como jugador, siempre que tenga las otras que necesitas para tener éxito en el arbitraje", agregó Webb sobre el proyecto.
"Estoy seguro de que alguien querrá ser un pionero. Alguien que haya jugado al fútbol profesional, no espero jugadores que estén al más alto nivel, pero alguien que haya tenido una carrera decente, que tenga un buen conocimiento de juego, tal vez llegando a la treintena, sufriendo una lesión o lo que sea que signifique que no pueden jugar con tanta regularidad", recalcó sobre alguno de los que pueden ser los futuribles que den el salto al arbitraje.
Otros ejemplos
Uno de los países donde se ha visto esa transición ha sido Francia. El país galo vio como varios futbolistas de segundo nivel apostaron por ser colegiados como una salida tras el final de su carrera deportiva. Sin embargo, apenas un par de ellos lo lograron en la década de los 90 y 00, aunque no tuvieron apenas continuidad y no tuvieron oportunidades en el fútbol profesional.
Laurent Viaud, que militó en varios equipos españoles como el Extremadura o el Albacete, siempre deseó ser colegiado. Y luchó por ello, pero la fortuna no estuvo de su parte cuando lo intentó. Tras pasar por las filas del conjunto manchego, decidió enrolarse para ser el juez en el terreno de juego, aunque no le salió bien el cambio debido a las normas que imperaban en Francia. Solo le permitían dirigir encuentros hasta la 3ª División, por lo que la abandonó rápidamente para volver a ser futbolista.
Jean-Marc Rodolphe fue quizás el caso que más lejos llegó en tierras galas. Tras ser futbolista en las filas del Metz o el Bastia, se aprovechó de ley francesa para ser colegiado y llegó un escalafón más alto que su compatriota. Llegó a ser árbitro durante muchas temporadas en la Ligue 2, Segunda División de Francia.