Joao Félix tuvo un debut para el olvido con el Chelsea. Graham Potter le puso de titular solo un día después de anunciarse su fichaje, el portugués acabó expulsado por roja directa y los blues cayeron derrotados ante el Fulham. El equipo londinense tiene a su entrenador pendiendo de un hilo y puede estar varios partidos sin su incorporación.
En el minuto 58, Joao Félix fue con al pierna a la altura de la rodilla y deslizándose contra Tete. Era un intento a la desesperada de recuperar un balón muerto tras un mal control. Se pasó de revoluciones y se llevó al jugador por delante, por suerte, sin alcanzarle en la pierna.
La dureza de la entrada le costó la expulsión y todo apunta que también le acarreará una sanción de tres partidos, al tratarse de un gesto peligroso para el otro jugador. No hubo quejas ni reproches, Félix se fue por una de las esquinas de Craven Cottage ante las risas del público, que recordaba al Chelsea que ni todos los millones del mundo podían evitar esas situaciones.
Y de millones va este asunto. El Chelsea se hizo con el préstamo de Joao Félix pagando 11 millones de euros y sin incluir una opción de compra en el acuerdo con el Atlético de Madrid. Su relación se limita, por tanto, a los seis meses hasta el final de temporada. El número de partidos, por tanto, es reducido.
Entre lo que costó la cesión y el sueldo que el Chelsea pagará a Joao Félix (su ficha anual es de 6 millones de euros netos), la inversión por su préstamo sería de 17 millones. Teniendo en cuenta que fue fichado para 20 jornadas de la Premier League y, como mínimo, jugará dos de Champions (octavos ante el Borussia Dortmund), el precio del luso por partido es de 770.000 euros.
La suspensión por tres partidos de Joao Félix significaría que el coste que supondría para el Chelsea sería de 2,32 millones de euros. Ese es el dinero que se va a la basura por pagar al delantero y no poder contar con él por su expulsión. Los partidos que se perderá serán contra Crystal Palace, Liverpool y Fulham.
A Joao le pudo el ansia
A Joao Félix se lo comió la ansiedad por hacerlo bien. Se vio libre, haciéndolo bien, siendo el líder de su equipo y fue con demasiada ansia a un balón dividido. Se llevó por delante a Tete y con una triste tarjeta roja se terminó su debut. Un inicio prometedor, porque dotó de otro aire al ataque blue, pero cercenado por una mala decisión y una entrada terrorífica.
Se terminó así un partido para Félix que estaba siendo excepcional hasta ese momento. El portugués estaba llevando la batuta en ataque de los suyos, estaba desatascando el medio con cambios de ritmo y estaba rompiendo estadísticas. A los 34 minutos, el Chelsea ya llevaba más de 11 disparos, la media del equipo en los partidos completos.