El fútbol base ha vuelto a ser protagonista por unas lamentables imágenes que están recorriendo las redes sociales. Todo se produjo en un partido de la categoría cadete, niños de entre 14 y 15 años, cuando se originó una brutal pelea entre los dos conjuntos y que terminó involucrando a los padres presentes en el recinto deportivo. 

La fuerte discusión se produjo en la Cuarta División Andaluza, concretamente en el partido que disputaban el Écija Club de Fútbol y el CD Mairena. En un momento dado, cerca ya del final del encuentro, el CD Mairena consiguió empatar una contienda que perdía por 3-2. Ahí fue cuando el delegado del cuadro visitante se dirigió hacia la grada, con predominancia de padres del conjunto local, realizando gestos obscenos.

Dicho individuo comenzó a agarrarse sus partes dejando ya una primera imagen bochornosa, lo que provocó que fuera increpado por aficionados del equipo local que le recriminaban su lamentable actitud. En ese momento, uno de los padres bajó desde la grada y se puso a nivel de césped, pero fuera del terreno de juego, el cual estaba delimitado por un vallado.

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Se dirigió hacia el delegado y le retó a hacerle esos gestos delante de él, lo que provocó el desastre. El miembro del cuerpo técnico del CD Mairena repitió su bochornosa actuación y salió corriendo del terreno de juego para empezar la confrontación a golpes. Mientras los chicos celebraban el empate conseguido en el campo, este energúmeno abrió la puerta, salió del terreno de juego y comenzó a forcejear con su adversario. La pelea comenzó cuando este soltó un brutal puñetazo que provocó que los jugadores del equipo local se metieran en la batalla para intentar defender a sus progenitores. 

Más padres comenzaron a bajar desde las gradas y los golpes se alternaron en una y otra dirección provocando el caos y una de las imágenes más lamentables y vergonzosas que se recuerdan en el fútbol base andaluz. Uno de los jugadores del Écija CF, el más rápido en llegar hasta el lugar de los hechos, comenzó a golpear también al delegado del equipo rival, lo que provocó que el lío se terminara yendo de las manos y que la pelea se trasladara también al césped. Todo quedó envuelto en un mar de brazos y en un ir y venir de puñetazos y golpes. 

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Tras unos segundos de batalla, algunos padres consiguieron poner paz y separar a los más activos en el bochornoso rifirrafe que se había originado en este partido del fútbol base andaluz. En las imágenes que han trascendido en ningún momento se ve que la aparición de miembros de seguridad ni de la Policía, ni de la Guardia Civil ni tampoco de las propias instalaciones, aunque por suerte, su pudo calmar a los agresores más activos. 

Las consecuencias del desastre

El Écija ha lamentado lo ocurrido a través de un comunicado oficial en el que asegura que lo vivido se trata de un "hecho bochornoso que mancha el fútbol y da mal ejemplo a unos chavales de 14 y 15 años". Hay que añadir también que el delegado del CD Mairena, quien inició la pelea, rompió en su arrebato parte del mobiliario presente en el estadio. 

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El cuadro local reiteró su pesar por lo ocurrido: "Creemos que esto es fruto de un acto de un energúmeno que utiliza el fútbol para expresar sus frustraciones, personas que hay que apartar y sacar de nuestro deporte. Queremos agradecer al entrenador, a sus directivos y familiares de jugadores presentes del CD Mairena, su actuación en todo momento con nosotros. Pedimos al CD Mairena y la Federación Sevillana de Fútbol que tome medidas para erradicar estos brotes graves de violencia".

"El fútbol no puede ser violencia, no puede ser guerra, queremos a todos los violentos fuera de nuestro querido deporte, ni un segundo más en el fútbol. Nuestro fútbol, el que queremos, el que amamos, el que es el deporte más apasionante del mundo, es educación en valores, es salud, es trabajo en equipo, es solidaridad, es superación, es vida... y nunca debe ser violencia".

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Tras el altercado, la Policía Nacional hizo acto de presencia en las instalaciones deportivas y el padre agredido en primer lugar, junto a su hijo, presentaron una denuncia contra el delegado del cuadro visitante a la que adjuntaron un parte de lesiones tras haber visitado un centro médico. Poco después del salvaje tumulto, el miembro del cuerpo técnico del CD Mairena mostró su arrepentimiento e intentó pedir disculpas por sus imperdonables actos asegurando que todo fue fruto del nerviosismo.