Sébastien Haller pudo cumplir su sueño de regresar a los terrenos de juego tras enfrentarse a uno de los partidos más importantes de su vida. El pasado verano el flamante fichaje de Borussia Dortmund veía cómo le era detectado un cáncer testicular tras someterse a varias pruebas. Casi seis meses después ha podido volver a disputar un partido oficial con el conjunto alemán.
El futbolista pudo volver a disfrutar de su profesión tras unos meses de angustia y someterse a varios ciclos de quimioterapia. En la segunda mitad del partido frente al Augsburgo, concretamente en el minuto 62, entraba para sustituir a Houssoufa Moukoko en el terreno de juego.
"El recibimiento que me hicieron ha sido algo increíble e inolvidable. Simplemente estaba contento de estar ahí, de dar mis primeros pasos en la cancha. Era algo para vivir con el equipo, había un ruido impresionante", expresaba el futbolista tras sus primeros en el regreso al campo.
Atrás quedan los meses de incertidumbre desde que se anunciase el pasado 18 de julio que sufría un cáncer testicular. Una duro varapalo que no le ha frenado por volver a disfrutar de su profesión y contra el que ha tenido que luchar durante 166 días para regresar a los terrenos de juego.
"Estoy de vuelta, puedo jugar con el equipo, pero todavía queda un largo camino por recorrer antes de estar completamente en forma", aseguraba el delantero tras la victoria del Borussia Dortmund en un ajustado partido. El delantero ya tiene entre ceja y ceja mostrar ese nivel que le llevó a firmar por el conjunto alemán tras su paso por el Ajax.
[Sébastien Haller, el sustituto de Haaland en el Borussia Dortmund, sufre cáncer testicular]
Regreso triunfal
Haller volvió a sentirse futbolista y lo hizo con una agónica victoria del Dortmund en un partido loco. Era su primer encuentro oficial, puesto que en el parón por el Mundial y el de la Bundesliga ya había sumado sus primeros encuentros con la camiseta del equipo teutón.
En un su último amistoso, Haller demostró el olfato goleador por el que lo han fichado. Logró marcar tres goles en apenas ocho minutos para así perforar las redes rivales más de seis meses después de su último tanto. Una alegría para él, que compartió la victoria con el Dortmund junto a sus dos hijos y su mujer, que le acompañaron una vez sonó el pitido final.