El Manchester City regresa a la Champions League. Vuelve a ese torneo que tanto se le ha resistido desde la llegada de los jeques, a ese título que les ha traído por la calle de la amargura una y otra vez durante los últimos años. Esta vez parece el asalto definitivo ante las dudas que sacuden el proyecto, lo que parece la última bala. Un debe más que otra cosa, una obligación que persigue a Pep Guardiola y los suyos.

Los cimientos del Manchester City se han tambaleado durante las últimas semanas, se ha puesto en la mira al equipo por cometer "numerosas infracciones dentro de las reglas financieras". Una investigación que ha destapado las continuas irregularidades normativas de las que se había valido el cuadro inglés para favorecerse entre 2009 y 2018.

El equipo de Pep Guardiola se expone a diversas sanciones, que podrían ir desde la pérdida de puntos en liga hasta la expulsión de la competición, la Premier League, si se prueban las acusaciones. Un contratiempo que ha dejado al equipo contra las cuerdas y que pone a la Champions como el gran objetivo ante el inminente castigo que puedan recibir en Inglaterra.

Pep Guardiola y Jack Grealish, en un partido el Manchester City Reuters

En la ida de los octavos de final tendrán como rival al RB Leipzig. El cuadro alemán se ha enfrentado dos veces a los ingleses con el balance de una derrota y una victoria. Ambos encuentros sucedieron la pasada temporada en la fase de grupos. Un preludio para el City, que no debe confiarse ante un rival más que peligroso.

Sin De Bruyne y Laporte

Pep Guardiola no podrá contar con dos de sus jugadores fetiches a la hora de organizar el once. Ni Kevin De Bruyne ni Aymeric Laporte podrán ser de la partida y dejan cojo un once repleto de estrellas y de un arsenal ofensivo a la altura de muy pocos.

La reestructuración del once provocará que haya ciertas piezas que tengan que entrar, como puede ser el caso de Aké o Akanji en el centro de la zaga por hispano-francés. En el caso de De Bruyne se antoja mucho más difícil sustituirle. "Otros futbolistas tendrán que jugar. A veces pasa esto", eran las palabras de Guardiola, sin darle mucha mayor importancia al asunto y sabiéndose favoritos.

Sin duda, el factor más desequilibrante del partido será Erling Haaland. El delantero danés se ha mostrado como el mejor jugador del equipo a lo largo de la temporada y su insaciable apetito goleador será el principal problema para el RB Leipzig, que buscará la manera de parar a un futbolista que parece imparable.

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El '9' del Manchester City también ha dejado su huella en esta Champions League. Con cinco goles en cuatro partidos, aspira a subir el listón y guiar a los suyos a por un triunfo en Alemania. Una misión de la que será el comandante este miércoles, aunque enfrente tendrá a uno de los centrales más en forma del fútbol europeo.

Josko Gvardiol se ha convertido en uno de los grandes deseados tras su gran Mundial. El poderoso central croata amenaza al delantero noruego en un duelo que será el más vistoso del partido, una batalla sin tregua entre dos futbolistas que no se guardan nada en el terreno de juego. Una guerra sin cuartel entre ellos espera.

Las dudas en Europa

Las dudas están más que presentes en el conjunto inglés. El favoritismo desmedido frente a un rival que no tiene nada que perder y que, además, sabe lo que es llegar lejos en la Champions, ya estuvo en las semifinales en la edición de 2020, puede pasarle más factura que otra cosa.

El RB Leipzig ya sabe lo que es ganarles y conoce a la perfección como se mueve el conjunto de Guardiola. Por lo que el Manchester City no debe de fiarlo todo a su calidad, ya que no siempre se puede vivir de ella y más en la Champions League. Es cierto que decide partidos, pero para ello se necesita un sólido trabajo por detrás.

Guardiola, cabizbajo en el último partido. REUTERS

Sin embargo, el futuro oscuro que rodea a la entidad, donde parece muy difícil que no haya castigo hacia ellos por las irregularidades cometidas, deja tocado al equipo. De hecho, el último partido contra el Forest se les atragantó y acabaron en empate, por lo que acabaron cediendo el liderato de la Premier League al Arsenal.

Ante la enorme presión y la gran competencia liguera, la Champions League parece haberse convertido en el único objetivo. El propio Guardiola lo dejó claro, aunque con directas hace unas semanas. No mencionó al torneo, pero pidió un respiro en el campeonato liguero. 

"No me importa la Premier ni la Carabao Cup. No podemos ganar. No me importa porque hemos ganado mucho. Así que no es un problema", era el mensaje claro y contundente del técnico español en rueda de prensa. Una indirecta muy directa y más tras las últimas eliminaciones, frente a Real Madrid en las semifinales o contra el Chelsea en la final de 2021.