Un Clásico siempre deja secuelas. No se trata de un partido más, la rivalidad histórica que mantienen el Real Madrid y el FC Barcelona hace que las consecuencias de un enfrentamiento así se multipliquen hasta tener una repercusión inimaginable. Perder con el eterno enemigo siempre es doloroso, y caer a las puertas de una final, sea cual sea la competición, siempre hace todavía un poco más de daño.
Por eso, este Clásico de ida de las semifinales de la Copa del Rey cobra una especial relevancia. Un simple partido puede ser una pieza fundamental en el devenir de la temporada y en la manera de entender el resto de la campaña tanto de los blancos como de los culés, algo determinante en el puzle del calendario. Este partido pasará factura, afectará de manera distinta a uno o a otro equipo, pero lo que es seguro es que dejará una huella importante.
Mientras que el Real Madrid se ve con altibajos, alternando momentos brillantes como el vivido en Anfield con otros menos buenos como el empate ante el Atlético de Madrid, el Barcelona siente la necesidad imperiosa de reivindicarse. Sus fracasos europeos siguen poniendo en tela de juicio la labor de Xavi Hernández al frente del equipo, y la última derrota en Almería que rompió una trayectoria firme en La Liga aumenta todavía más unas dudas que podrían dispararse en el Bernabéu.
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Muchos componentes en juego, cinco de ellos fundamentales, que pueden determinar lo que sucederá el resto de la temporada en ambos bandos. Al fin y al cabo, son vasos comunicantes, y todo lo bien que le vaya a uno sobre todo en La Liga le irá mal a su contrario.
Momento clave del Madrid
Este partido puede suponer un punto de inflexión para el conjunto que dirige Carlo Ancelotti. Los blancos encadenan fogonazos de brillantez como la maravilla que protagonizaron en Anfield ante el Liverpool, con partidos en los que denotan serias dificultades para ganar como sucedió el pasado fin de semana en el derbi de la capital.
Por eso, ganar en este encuentro y terminar superando la eliminatoria sería una nueva manera de reivindicarse para el Real Madrid. El último Clásico, el de la final de la Supercopa de España, dejó tocado al equipo blanco, y cobrarse la venganza ayudaría a calmar la conciencia. Así, una victoria puede suponer un cambio en la dinámica y recuperar la mejor versión que ofrecieron los merengues en el arranque de la temporada.
Instante crítico del Barcelona
Al contrario que sucede en el Real Madrid, al FC Barcelona tan solo le quedan dos objetivos por los que pelear ya en esta temporada. Fuera de cualquier competición europea, los culés fían el éxito o el fracaso de este curso a lo que pase en La Liga y en la Copa del Rey. Si otros años esta competición se veía como un premio menor, en esta ocasión supone un gran acicate y una tabla de salvación para confirmar la mejoría.
Esta eliminatoria no llega en el mejor momento para los de Xavi Hernández. Después de caer ante el United y contra el Almería, las dudas se han vuelto a disparar y perder ante el eterno rival en El Clásico podría hacer planear la palabra crisis sobre el Camp Nou. Esto podría además hacer mella en la buena racha en La Liga, por lo que se antoja fundamental este compromiso para los culés.
La fortaleza culé
Si en Europa el FC Barcelona ha fracasado por segunda temporada consecutiva de manera estrepitosa tanto en Champions como en Europa League, su trayectoria en La Liga es completamente opuesta. Es un equipo de dos caras, la más desastrosa jugando a nivel continental y la más fiable jugando dentro de sus fronteras.
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Hasta el pasado fin de semana, tan solo el Real Madrid había conseguido derrotar a los culés en el primer Clásico de la temporada, algo que les había llevado a liderar con puño de hierro La Liga. Sin embargo, el Almería demostró que el Barça no es invencible, así que este nuevo Clásico es un gran partido para testear su fortaleza.
Xavi, a prueba
El técnico culé llegó como un mesías destinado a implantar de nuevo una época dorada de juego a la altura de Pep Guardiola, pero lo cierto es que su proyecto sigue dejando muchas dudas. Salvo en contadas ocasiones, la manera de jugar, esa a la que da tanta importancia, no ha sido brillante, y en numerosas veces las actuaciones individuales de Ter Stegen o Lewandowski le han sacado las castañas del fuego.
Los batacazos de Xavi Hernández, con cuatro eliminaciones europeas consecutivas en dos temporadas, le dejan en entredicho, aunque los buenos resultados en La Liga sin brillo en el juego le estaban salvando. Ahora, otra derrota ante el Real Madrid podría hacer que los cimientos de su proyecto se tambalearan o, por el contrario, podría dar un gran paso al frente con una victoria.
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La supervivencia del Madrid
Este partido pone a prueba la capacidad de resistencia del Real Madrid con respecto a un calendario sobrecargado. Los de Carlo Ancelotti, al estar vivos en tantas competiciones, están inmersos en una vorágine imparable de partidos que apenas les deja lugar para la recuperación y el descanso.
Ahora aparece en el horizonte la Copa del Rey para exigirle un nuevo esfuerzo, ya casi el último en esta competición, así que surge la incógnita de la versión que ofrecerán los blancos después de una última semana en la que han jugado Liga y Champions League. Además, antes del partido de vuelta de esta eliminatoria tendrán que jugar también de nuevo contra el Liverpool en el Santiago Bernabéu.