Este Nápoles va muy en serio. La gran revelación de la temporada en el fútbol europeo ha conseguido cerrar su eliminatoria de octavos de final contra el Eintracht de Frankfurt por la vía rápida. El conjunto italiano, que traía ya un contundente 0-2 de la ida, se encomendó a Victor Osimhen, su delantero estrella, para avanzar a la siguiente ronda con otra exhibición. [Nápoles 3-0 Eintracht de Frankfurt: Narración y estadíticas].
La primera mitad fue bastante disputada, aunque siempre con el equipo de Luciano Spalletti dominando. El Eintracht no pasó demasiados apuros, pero en ningún momento dio ni la más mínima muestra de darle la vuelta a una eliminatoria que había llegado ya casi resuelta desde Alemania. Para colmo, justo antes del descanso, Osimhen cazó un balón en el cielo de Nápoles para ponerlo en la escuadra y hacer el primero.
Ese tanto, a escasos segundos del intermedio, arruinó por completo las esperanzas del conjunto alemán, que fue una comparsa hasta la conclusión del choque. Osimhen hizo el segundo al comienzo de la segunda parte al rematar a bocajarro un pase de la muerte servido desde la derecha. Dio también el susto del partido, ya que en su estirada para alcanzar el balón se dobló la muñeca y a punto estuvo de lamentar una lesión grave.
Pudo recuperarse y seguir liderando la exhibición de un equipo que ya tiene encarrilado el título de la Serie A y que ahora quiere soñar en grande en Europa. Aunque no sea por nombre, sí será por rendimiento uno de los 'cocos' del sorteo el próximo viernes. Zielinski, desde el punto de penalti, puso la sentencia y la guinda perfecta a la fiesta europea del equipo napolitano en un encuentro que estuvo marcado también por los altercados previos al inicio provocados por los ultras alemanes que había aterrizado en Italia sin entrada.
Aguante sin ataque
Exhibición total de un equipo que huele a campeón. Al menos en Italia. El Nápoles ya se ha ganado el calificativo de tapado de esta Champions. Un equipo serio, ordenado y que arriba tiene una pegada colosal como ha demostrado un Victor Osimhen convertido en la referecia de un equipo que en los últimos años ha tenido estrellas de la talla de Cavani o Gonzalo Higuain. Ahora es él quien marca los tiempos en el área.
Los de Spalletti han hecho historia en un partido sin vida. La eliminatoria estaba ya casi resuelta y el Eintracht salió prácticamente entregado a San Paolo, ahora rebautizado como Diego Maradona Stadium. El conjunto napolitano se ha colado en los cuartos de final por primera vez en su historia y ahora espera rival.
La primera parte fue un ejemplo de lo que está siendo el Nápoles este curso. Un equipo alegre, vertical y con sus fundamentos muy claros. Solo le faltó el gol. Pero es que dominó a medio gas y no le hizo falta más. Además, encontró el premio del tanto justo antes del descanso para sofocar cualquier mínimo conato de remontada que pudiera haber aflorado en un segundo tiempo de locura.
El Eintracht salió al partido con la inteción de presionar arriba, pero la rápida circulación de balón y el estilo de juego vertical de los de Spalletti desarboló en casi todo momento ese plan inicial. Los de Glasner lo intentaron, pero muy tímidamente. Consiguieron que la estrella emergente, Kvaratskhelia, no tocara mucho la pelota, pero eso no jugó un papel clave en el resultado.
Un primer tiempo casi sin ocasiones, la más clara la tuvo Osimhen en fuera de juego, quedó desequilibrado por ese golazo del delantero del nigeriano tras un centro desde la derecha. Salto imperial, como suspendido en el cielo del Diego Maradona Stadium, para ponerla imposible para Kevin Trapp que solo pudo verla entrar por la escuadra.
Sentencia y goleada
El Eintracht, y en especial Trapp, consiguieron aguantar el cero en su portería hasta ese fatídico minuto 46 que lo cambió todo. El tanto hizo daño al cuadro alemán, que salió a la segunda parte totalmente entregado y desmoralizado, dando pie a 45 minutos bastante plácidos y tranquilos para los de Spalleti.
Para su suerte, consiguieron hallar el premio del segundo gol bastante rápido, en el minuto 53. De nuevo apareció para Osimhen, que se jugó el físico para marcar el segundo tras aprovechar un pase de la muerte. El delantero nigeriano se lanzó con todo, la empujó al fondo de las mallas, pero se dobló su brazo que quedó atrapado debajo de su propio cuerpo.
El ariete casi no pudo ni celebrar el tanto, ya que tuvo que recibir la ayuda y la atención de los médicos, aunque todo quedó en un susto. La dolencia de su estrella no provocó que el Nápoles se viniera abajo, sino que poco después encontró un nuevo tanto, el tercero, al transformar Zielinski una clara pena máxima. El centrocampista polaco disparó con seguridad por el centro de la portería para batir a Trapp y confirmar la goleada.
Otra victoria sin fisuras, sin encajar gol y sin dar margen a la sorpresa de un equipo que no fue rival para un Nápoles que mira de tú a tú a los grandes de Europa. El que quiera tener unos cuartos de final tranquilos, mejor que no pise el Maradona Stadium porque los de Spalletti, que ya han hecho historia, quieren soñar a lo grande.
Nápoles 3-0 Eintracht de Frankfurt
Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Kim (Juan Jesus, 67'), Mario Rui; Anguissa, Lobotka, Zielinski (Ndombele, 74'); Politano (Lozano, 67'), Kvaratskhelia (Elmas, 74') y Osimhen (Simeone, 81').
Eintracht Frankfurt: Trapp; Buta, Ndicka, Tuta; Knauff (Alidou, 62'), Rode (Jakic, 74'), Sow, Lenz (Max, 67'); Götze, Kamada; Santos Borré.
Goles: 1-0, 46' Osimhen; 2-0, 53' Osimhen; 3-0, 64'(p) Zielinski.
Árbitro: Anthony Taylor (ING). Mostró tarjeta amarilla a Juan Jesus (77') por parte del Nápoles y a Ndicka (26'), Lenz (32'), Gotze (65') por parte del Eintracht.
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones de fútbol, disputado en el Estadio Diego Armando Maradona de Nápoles.