Dani Alves se ha convertido en auténtico terremoto para la prisión de Brians 2 de Barcelona. Mientras su equipo de defensa, liderado por el abogado Cristóbal Martell, trabaja en una nueva estrategia de defensa tras la negativa de la supuesta víctima a someterse a un examen psicológico, el futbolista es protagonista de un peligroso negocio en la cárcel.
El futbolista brasileño se encuentra acusado de haber agredido sexualmente a una joven de 23 años en la noche del 30 al 31 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. Tras habérsele rechazado en varias ocasiones las peticiones de libertado provisional, el jugador de fútbol con más títulos de la historia se encuentra a la espera de juicio.
Y mientras tanto, se ha convertido en el protagonista de un tráfico de objetos en la cárcel que llevan su sello. El brasileño trata de pasar sus días en prisión de la mejor manera cuando ya ha cumplido sus dos primeros meses entre rejas. Algunas de sus iniciativas han sido crear su propia liga de fútbol dentro de la propia cárcel.
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La relación con sus compañeros de módulo es muy buena, ya que el brasileño siempre ha reconocido que ha tenido un gran recibimiento. A pesar de estar en su momento más complicado, sigue confiando y defendiendo su inocencia mientras intercambia buenos ratos con sus compañeros a los que no para de firmar autógrafos y contar experiencias y anécdotas. Es el boom de Brians 2.
La situación ha generado una expectativa tan alta que los presos de esta famosa cárcel de Barcelona han decidido montar un lucrativo negocio alrededor de la figura de Dani Alves tal y como informa ElCaso.com. Varios funcionarios se han dado cuenta en las últimas fechas de que se ha establecido un importante tráfico de camisetas del Barça firmadas por el exjugador de Sevilla, PSG o Juventus.
El funcionamiento sería el siguiente. Un interno que tiene permiso total para moverse por toda la prisión va de visita por los módulos de la cárcel. Su función es hacer servicios por las zonas comunes. Ellos son los encargados de recoger las camisetas que traen los familiares de los presos o que llegan a través de servicios de mensajería. Ellos las llevan desde el módulo 13, donde se encuentra Alves, las firma, y se las vuelven a llevar.
El negocio de Brians 2
Después, estos presos con permisos de movilidad las distribuyen al resto de presos de todos los módulos que son los encargados de darles salida para entregárselas a sus familiares y amigos cuando vienen a visitarles. Y en mitad de este ir y venir de camisetas, los intermediarios sacan su parte del rédito, ya que a cambio de llevar y traer las camisetas hasta el módulo de Alves sacan paquetes de tabaco o productos del economato de la cárcel.
Esta práctica ha ido ganando adeptos en las últimas semanas y es que Dani Alves se ha convertido ahora mismo en el centro de un gran negocio. Una práctica que está empezando a ser controlada en Brians 2 mientras Dani Alves se encuentra a la espera de juicio, el cual podría llegar a tardar en celebrarse hasta un año o año y medio. Por ley, el estado de prisión provisional puede alargarse hasta los cuatro años.
Su equipo de abogados ya prepara una nueva petición de libertad provisional hasta que se celebre el juicio. Sin embargo, el hecho de tener doble nacionalidad, española y brasileña, y al no existir tratado de extradición con Brasil, parece improbable que se le conceda esa libertad al temer una huida a su país.