Una nueva era ha comenzado en la Selección. Luis de la Fuente ha arrancado con la certeza de querer separarse de lo que Luis Enrique proyectó dentro y fuera del campo y con las dudas que deja, sobre todo, la derrota de este martes. El primer sabor que queda del nuevo combinado nacional es agridulce, pero el seleccionador tendrá tiempo por delante para asentar el equipo que quiere.
De una lista radicalmente diferente a la última de Luis Enrique, la que llevó al Mundial de Qatar, hasta un estilo basado en otros conceptos. Las diferencias entre un seleccionador y el otro se han encontrado también en el día a día. Ya se anunció cuando De la Fuente cogió los mandos que él y el gijonés eran polos opuestos y así se ha confirmado.
La Selección ha pasado página de su etapa anterior y ahora busca definir su rumbo de cara al futuro. Repasamos las claves que ha dejado el debut de Luis de la Fuente ante Noruega y Escocia, diferencias principales con la etapa de Luis Enrique y los grandes fallos que se han podido ver.
En primer lugar, la comparación de estilos. El de Luis Enrique estaba demasiado marcado y por ahí han ido los tiros cuando se ha repetido en varias ocasiones en la última semana que ahora, por fin, hay plan B. El asturiano tenía a su grupo de jugadores definidos y se echaban en falta ciertos perfiles, en especial el de un '9' goleador. Joselu, con su doblete ante Noruega, precisamente reivindicó esa figura.
La identidad de la Selección se regía antes por la posesión en espacios cortos y ahora se vuelven a explorar otros caminos. De la Fuente quiere un equipo versátil y por eso en los entrenamientos de estos días ha insistido en trabajar los centros laterales y los remates. También se ensaya más a balón parado, tras acostumbrarnos con Luis Enrique a que la mayoría de saques de esquina se jugaban en corto.
La comparación refleja una separación de estilos: España promedia 300 pases menos por partido respecto a los del Mundial e intenta, prácticamente, el doble de centros. El dato más llamativo que dejó el paso por Qatar fue el de los 1.019 pases para fabricar solo un tiro a puerta el día de Marruecos, cuando Luis Enrique y sus 26 jugadores se despidieron del torneo. Ante Noruega y Escocia, el equipo nunca llegó a 700.
De la Fuente ha apostado por dar mayor verticalidad al juego, con desplazamientos de balón en largo y aprender a nadar en un relativo descontrol. El juego de toque sigue siendo la base, se buscan nuevas armas por banda, por aire y hasta mediante jugadas ensayadas para intentar sorprender a rivales que se encierran. Aún así, el problema principal de la Selección sigue siendo el gol. Como se puede ver, apenas ha habido variación en la media de disparos (totales y a puerta) entre un seleccionador y otro.
Mensajes para pasar página
Los mensajes ante la prensa han seguido ese camino de despegarse de la era Luis Enrique: "Aprovecho para decir que yo no hablaré de falso nueve o falso delantero. Los delanteros son eso", dijo por su cuenta Luis de la Fuente en una de las comparecencias. Lo hacía al hablar de Iago Aspas, quien no iba a la Selección desde 2019.
Aspas fue una de las 15 novedades que hubo en la lista en comparación a la de Qatar. De la Fuente llamó a cuatro delanteros y dejó fuera a fijos de Luis Enrique como Eric García o Ferran Torres, ambos culés. De ocho azulgranas se ha pasado a dos en la convocatoria. El equipo vuelve a estar más abierto, aunque quizás en exceso por los ocho cambios que hubo de un once a otro entre Noruega y Escocia.
De la Fuente ha logrado un clima más liviano y los jugadores han conectado con él. Rodri Hernández lo explicó así: "Quizás es cierto que antes teníamos jugadores del mismo perfil y cuando necesitábamos otra alternativa no teníamos jugadores de esas características. Tener delanteros te permite tirar centros, ser más vertical... El míster acoplará esas características para jugar de la mejor manera".
"Luis Enrique tenía un modelo de juego muy marcado y no teníamos plan B, desde mi punto de vista, u otros registros para intentar darle la vuelta", también dijo Aspas en rueda de prensa.
Convivencia fácil
Cada maestrillo tiene su librillo y en el de Luis de la Fuente no hay cabida para las pantallas gigantes, walkie-talkies y hasta el andamio que insistió en utilizar Luis Enrique. El andamio todavía sigue en Las Rozas, pero ya en desuso para el actual seleccionador.
Pablo Amo, el segundo entrenador, y Miguel Ángel España, preparador de porteros, son la sombra del técnico de Haro. Con ellos analiza las sesiones en vídeo tras su finalización. Todo se graba, pero durante el propio entrenamiento no se hace apenas uso de la tecnología y se apuesta por un método más sencillo y directo.
Es el mismo Luis de la Fuente que de puertas para afuera se trata de hacer ver, con algunos entrenamientos abiertos al público y un tono cordial con los periodistas. En lo que al resto de empleados que trabajan en torno a la Selección o en la Ciudad del Fútbol, el ambiente es muy bueno ya que el seleccionador es una persona a la que conocen todos desde hace años y siempre trató con respeto a todo aquel que se le cruzó.
Un clima positivo que no por ello tiene que ser de relajación. De la Fuente es exigente en todo momento y así lo pudo comprobar in situ este diario, citado la pasada semana en Las Rozas para entrevistar a Iago Aspas. La charla acabó pasadas las 13:55 horas y el delantero gallego se marchó a la carrera, junto a Rodri, que atendía a otro medio, para no llegar tarde a la comida de equipo que empezaba a las 14:00. Las normas se cumplen.
Agujero en banda, muchos cambios...
La Absoluta ya conoce a De la Fuente y este ya ha podido conocer lo que gira alrededor de su nuevo trabajo. El de seleccionador es un puesto que quema al menor de los tropiezos, aunque su semblante es tranquilo ante las primeras críticas tras perder contra Escocia: "No me muevo ni un centímetro de la idea que traslado a los jugadores".
Habrá que trabajar más y corregir algunas cosas. Lo más preocupante, además de la falta de puntería, puede ser el agujero defensivo que se produjo en Hampden Park por el lateral derecho. Los goles escoceses vinieron tras errores de Pedro Porro y Carvajal. También el rival llegó al área de Kepa con cierta facilidad: nueve tiros a puerta pesar de un 25% de posesión.
De la Fuente pudo pecar de querer probar demasiadas cosas, a sabiendas que lo siguiente para la Selección es ya la Final Four de la Nations League. Solo mantuvo del once contra Noruega a tres jugadores: Kepa -su portero-, Rodri y Mikel Merino -apuesta por el doble pivote-. Así fue más difícil identificar lo que quiere el míster, aunque a priori es sencillo: defensas que defiendan, centrocampistas que den salida al balón y creen y delanteros que ataquen y marquen.
Llamativo el toque que dio a Gavi por ciertos "comportamientos" y veremos hasta qué punto se casa con jugadores con los que reconoce tener una debilidad, como Ceballos. A Luis Enrique esa misma fe en los 'suyos' le acabó pesando. Sin tanta estrella como antaño, se debe compensar por otro lado, el del esfuerzo, y también contar con una columna vertebral clara en el equipo. Son los deberes para De la Fuente.