Momentos muy tensos los que se están viviendo en el París Saint-Germain. El último en añadir leña a la difícil situación que está azotando al conjunto parisino ha sido Kylian Mbappé. Su gran estrella ha explotado tras ser utilizado por el club para promocionar una campaña para captar abonados de cara a la siguiente campaña. Una decisión que no ha gustado nada al delantero galo.
Mbappé ha estallado en sus redes sociales y ha publicado un texto donde ha dejado claro que él no quiere ser la imagen del equipo. Una nueva guerra para el PSG, que ve cómo su mejor jugador se ha hartado de ser utilizado como figura indiscutible sin que él lo sepa. Esto reabre las heridas con el cuadro parisino, con el que ya ha demostrado que no coincide en ciertos aspectos.
En el comunicado reproducido en su Instagram, recalca que no recibió aviso ninguno del PSG sobre la utilización de su imagen ni de la entrevista que le realizaron. Además, es un asunto con el que ya se ha mostrado muy tajante, ya que sus derechos de imagen provocaron un encontronazo con la selección francesa.
"Acabo de participar en el visionado de la campaña de renovación del club para la temporada 2023-24. En ningún momento se me informó del contenido de la entrevista con mi interlocutor", explica.
"Parecía un entrevista básica, del día a día, para un tema de 'márketing'. No estoy de acuerdo con el vídeo que se ha publicado. Por eso lucho por los derechos de imagen individuales. El PSG es un gran club y una gran familia, pero no es el Kylian Saint-Germain", añade Mbappé tras la utilización del club del material audiovisual donde aparece.
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Guerra con Francia
Kylian Mbappé se ha mostrado como uno de los activistas más importantes de los derechos de imagen de los jugadores de fútbol. El delantero francés se las tuvo tiesas con su selección, que tuvo que cambiar sus pretensiones y ceder ante las peticiones de uno de los mejores jugadores del mundo.
De hecho, Mbappé decidió no presentarse a una sesión de fotografías con varios de los patrocinadores de Francia. Esto provocó que se abriese una 'guerra civil' y obligó a la federación gala a que revisasen sus estatus para modificar los derechos de imagen de los jugadores. Un cisma que sucedió poco antes del Mundial de Qatar y que obligó al combinado nacional a reaccionar de manera rápida por miedo a las posibles consecuencias.