El Nápoles no faltó a su cita con la historia y logró alzarse con su tercer título de liga. La gesta de los chicos de Luciano Spalleti se consiguió tras el empate frente al Udinese, que se logró gracias a un gol en la segunda mitad de Victor Osimhen tras una jugada llena de rebotes. Un tanto que sirvió para encontrar a los herederos de Diego Armando Maradona 33 años después de su última conquista.
De este modo, terminó una larga espera en Nápoles y eso hizo que la ciudad se sumiese en un profundo caos por las celebraciones. Un título que demuestra que es el mejor equipo de la Serie A y que sirve para que se rompa una larguísima sequía que ha durado más de tres décadas, concretamente desde 1990 con el 'Pelusa' como líder sobre el terreno de juego.
No fue sencillo, pues tocó remar contracorriente. Si la semana pasada ya se quedaron con la miel en los labios frente a la Salernitana tras el agónico de Boulaye Dia que pospuso la celebración, esta vez sí hubo final feliz. Frente a Udinese, las cosas se vieron negras, pero supieron reponerse.
[Un muerto y tres heridos en las celebraciones del Nápoles tras ganar la liga 33 años después]
El gol de Sandi Lovric al poco del arranque hizo temerse lo peor a la afición y los jugadores del Nápoles. Cuando todo parecía estar a favor, volvían a toparse con un muro que les impedía certificar lo que era un hecho. Sin embargo, Osimhen, su gran goleador, supo resolver con éxito una jugada embarullada al poco del arrancar la segunda mitad.
De ahí al pitido final, una larga y agónica espera que hizo delirar a los jugadores del Nápoles. También volvió loca a la afición del equipo, que estalló de júbilo y alegría, saliendo a celebrar por todo lo alto en la ciudad el regreso del Scudetto 33 años después. El culmen a una excelsa temporada.
Trágicas celebraciones
La parte negativa de las eufóricas celebraciones ha sido la muerte de un aficionado del Nápoles. El joven fallecido fue ingresado en el Hospital de Cardarelli tras recibir varios disparos de bala. Pese a los intentos de reanimación de los servicios médicos, no se pudo hacer nada por salvarle la vida.
Además, otras tres personas fueron ingresadas en el mismo hospital tras sufrir diversas heridas de diversas índoles. Éstas fueron causadas por las bengalas y los petardos que se lanzaron en las calles de Nápoles tras la salida en tromba de los aficionados del conjunto del norte de Italia.
Una muestra de la intensidad que pusieron los seguidores del club para celebrar un título que se les resistía desde que Maradona vistiese sus colores.