La Fiscalía pide que dos técnicos del Valencia CF paguen 150.000€ al niño de su Escuela que casi muere
El menor viajó a Egipto para disputar un torneo. Se puso gravemente enfermo y no recibió la asistencia adecuada por parte del club.
16 junio, 2023 12:57La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita que dos técnicos del Valencia CF indemnicen con 150.000 euros al niño que formaba parte de su Escuela y que casi fallece durante un viaje a Egipto.
Así figura en el escrito de acusación del Ministerio Público, consultado por EL ESPAÑOL. Se dirige contra Marcos Otero y José Jacinto de los Santos, a quienes acusa de un delito de imprudencia grave con resultado de lesiones, en su modalidad de imprudencia profesional, y que serán juzgados en la Audiencia Nacional a partir del próximo viernes. Subsidiariamente, el club valenciano deberá responder de la indemnización.
La víctima, un menor nacido en 2007, formó parte de la "expedición deportiva" que la Academia del Valencia CF organizó a Egipto para disputar un torneo con otros equipos infantiles de varios países. Se celebró del 24 al 31 de agosto de 2019. Antes de esas fechas, el club solicitó a los padres de los menores que firmasen una autorización.
Otero, como director técnico de la Academia del Valencia CF, era el máximo responsable del club en el viaje a Egipto y De los Santos Cifre, enfermero ATS del Valencia CF, el encargado de la asistencia técnica sanitaria de los que formaban la expedición. El fiscal también solicita que el primero de ellos sea inhabilitado para trabajar con menores y el segundo, para ejercer como sanitario. En ambos casos, durante el plazo de un año.
El miércoles 28 de agosto de 2019, el menor comunica a sus padres por WhatsApp que está enfermo. Se había levantado con vómitos, fiebre, diarrea y un fuerte dolor en el estómago. Como ese día no se celebraban partido, permaneció en su habitación.
Según narra el escrito de acusación de la Fiscalía, los progenitores, que habían viajado a Egipto, pero se alojaban en otro hotel, trataron de verle. Comentan el estado de salud del niño con el entrenador del equipo, "solicitándole poder verlo, pero éste les dice que no se preocupen, que le han dado ibuprofeno".
El día siguiente, el menor sigue enfermo y con malestar. No obstante, por la tarde los responsables del Valencia CF deciden llevárselo al torneo. "Le obligan a entrenar con
normalidad antes del partido, pero tras iniciar el entrenamiento no es capaz de mantenerse en pie, por lo que finalmente acaba tumbado en el banquillo", relata el Ministerio Público.
Posteriormente, los padres del chaval se acercan a su hotel para verle y se alarman por su estado físico. "A las 22.48 horas de ese mismo día, el preparador físico del club, envía un whatsapp a los padres indicándoles que, si pueden, lleven suero para su hijo, puesto que ellos no tenían", narra el documento.
Así lo hacen los progenitores, que encuentran a su hijo, en su habitación, "solo, acostado en la cama, en calzoncillos, con mucho frío, destapado y con el aire acondicionado puesto a toda marcha".
"Su ropa está tirada por el suelo junto con toallas, botellas de agua, etc. En el cuarto de baño, varios calzoncillos de su hijo sucios (debido a las diarreas) tirados por el suelo", añade.
Alarmados, los padres solicitan a José de los Santos que el niño sea trasladado a un hospital. "Está enfermo, tiene unas ojeras negras, ha perdido peso, sigue con diarreas, no tiene nada de fuerzas y lo único que hace es dormir", indica la Fiscalía.
"Un virus pasajero"
"José de los Santos indica que es una simple diarrea que a los tres días se pasa, que hay varios niños igual y otros que ya se están recuperando, por lo que no es necesaria ninguna atención médica y que esto sólo serviría para tirar dinero, puesto que costaría 120 euros por niño (...), que es sólo un virus pasajero", añade.
Los padres se habrían ofrecido a pagar ese dinero, pero el responsable sanitario de la Academia lo rechaza e impide al matrimonio pasar la noche junto a su hijo.
"Les dice que no está permitido, que no se preocupen y que se quedará él con el menor, facilitándoles su teléfono móvil por si hubiera alguna incidencia durante la noche.
A lo largo de las siguientes horas, De los Santos insiste a los padres en que el niño está bien, que sólo sufre una enfermedad pasajera, que es cuestión de tiempo que se recupere.
"A las 13.30 horas, les comunica telefónicamente que el menor acaba de vomitar pero que es buena señal porque, 'a partir de ahí, irá hacia arriba'. Los padres escriben directamente a su hijo, que les manda un audio a las 13.59 horas, en el que se aprecia que está muy débil diciéndoles que [el entrenador del equipo de Infantiles] no le deja llamarles por teléfono. Ante esto los padres deciden volver al hotel para ver cómo está su hijo", indica el escrito de Fiscalía.
"Llegan al hotel sobre las 14.30 horas y permanecen en la puerta principal sin subir a la habitación, dado que siempre les estaban recriminando. Intentan comunicar con el máximo responsable de la expedición, Marcos Otero, sin obtener respuesta", añade.
Tras discutir con los responsables de la Academia, el matrimonio solicita que el médico de otro equipo rival, el Parma, examine a su hijo. El facultativo accede y asegura que, como sostiene De los Santos, sufre una diarrea. Tras este diagnóstico, los padres se calman.
El 31 de agosto regresan a España. Al día siguiente aterriza en Valencia el vuelo en el que viajaban los niños. "Cuando finalmente lo ven salir por la puerta, literalmente sostenido por José de los Santos, dado que no podía caminar, y con un aspecto cadavérico, su padre lo coge en brazos y corriendo se lo lleva al coche para trasladarlo de forma inmediata al hospital, mientras que la madre intenta pedir explicaciones a José de los Santos, quien se limitó simplemente a indicarle que su hijo estaba bien y que lo único que hacía falta era darle dieta blanda a partir del día siguiente", señala la Fiscalía.
En el Hospital de Manises le someten a varias pruebas. Una médico dice a los padres que el niño está "crítico", que sufre una deshidratación grave y una insuficiencia renal y que hay que llevarlo de urgencia al Hospital La Fe. Hasta allí lo desplaza una ambulancia.
Tras ser ingresado, el equipo médico del hospital informa a los padres de que es probable que el niño sufra daños cerebrales, un paro cardiaco, un fallo multiorgánico e, incluso, la muerte. Pese a estar tan débil, los facultativos recomiendan que acuda al quirófano "porque las imágenes de las pruebas sugieren una perforación y deben localizarla y cerrarla".
"El médico-cirujano encargado de la operación explica a los padres que la perforación estaba en el duodeno, y que la misma se puede deber a dos motivos concretos: bien por una bacteria, por lo que le hacen una biopsia que posteriormente da resultado negativo; bien por ingerir en grandes cantidades determinados medicamentos, como el ibuprofeno, sospechando que seguramente se trate de esta segunda posibilidad", recoge el escrito.
El hijo, posteriormente, contó a sus padres que los responsables de la Academia del Valencia CF le administraron 400 ml cada cuatro horas.
Después del postoperatorio, el chaval es ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). "Lo suben a planta cuando verifican que todos sus órganos han empezado a funcionar, salvo el páncreas", indica el Ministerio Público. Permanece ingresado hasta el 16 de septiembre de 2019, cuando recibe el alta hospitalaria.
"Padeció en Egipto una salmonelosis que fue tratada con ibuprofeno, y loperamida, para controlar la diarrea, y como consecuencia de ello sufrió una úlcera duodenal que precisó de intervención quirúrgica e ingreso en la UCI pediátrica. También tuvo una esofagitis por los vómitos", concluye el escrito.
En total, necesitó 85 días para sanar. De ellos, 16 estuvo ingresado en el hospital (cuatro días en la UCI). Debido a este proceso médico, presenta una cicatriz en el abdomen.