En un Europeo o en un Mundial nada tiene que ver la fase de grupo con los cruces directos. La presión aumenta exponencialmente y el margen para el fallo desaparece por completo, así que las piernas pesan mucho más de lo normal, y esa sensación la experimentó España en su partido de cuartos de final ante Suiza. Los de Santi Denia vencieron y se colaron en semifinales después de una prórroga (2-1), pero no mostraron su versión más brillante. [Así vivimos la victoria de España ante Suiza]
Lo importante es que el combinado nacional ya está a las puertas de la final en este Europeo sub21 y sobre todo que supo desatascar un partido que tuvo en la mano pero que casi deja escapar. Sergio Gómez adelantó a España, pero un despiste propició el empate del rival en el minuto 91, así que la sub21 tuvo que recurrir a la prórroga y a un gol de Miranda para superar la eliminatoria.
Los helvéticos llegaban con el papel de víctimas y es cierto que apenas inquietaron la portería de Arnau Tenas. Sin embargo, supieron golpear en el momento adecuado para llevar a su contrincante al límite. Ahora bien, en la prórroga la suerte también influyó y se alineó con España para certificar el pase a la semifinal.
Sin brillo
El inicio de España fue relativamente prometedor. Como estaba previsto en el guión del partido, los de Santi Denia se hicieron con la posesión del esférico ante una Suiza que llegaba como víctima y que prefirió esperar atrás para evitar un gol tempranero. El primer disparo entre los tres palos lo puso Rodri, aunque su lanzamiento desde la frontal del área salió demasiado flojo y el guardameta suizo atrapó sin ningún tipo de problema.
Poco a poco, el partido se fue volteando y eso quería decir que los planes de los helvéticos estaban saliendo mejor que los de su rival. Suiza se animó a pisar el área de España de vez en cuando, aunque es cierto que sin excesivo peligro. Arnau Tenas, de hecho, se mostró seguro cuando tuvo que intervenir a un lanzamiento lejano de falta que no tuvo consecuencias.
El dominio iba por fases, y España volvió a apretar un poco más el acelerador en el último cuarto de hora. El combinado nacional avisó con un zurdazo de Miranda que sacó un defensor de Suiza cuando se palpaba el primer gol del partido, aunque la más clara de este primer acto fue para Sergio Gómez sin ninguna duda.
El jugador del Manchester City encontró el hueco y le ganó la espalda a la defensa de Suiza para plantarse mano a mano ante Saipi. En la definición, sin embargo, se equivocó porque quiso picar el balón por arriba pero lo hizo de forma tan dulce que un zaguero suizo tuvo tiempo de llegar para evitar que la pelota se colara en la portería.
No cambió mucho el panorama en el segundo acto. A los dos equipos les costaba tener continuidad en su juego y como consecuencia de ello era complicado ver demasiadas ocasiones claras en ninguna de las dos áreas. Eso sí, parecía que si alguien ponía algo más de su parte esa era España.
Paredes probó suerte al poco de la reanudación con un flojo cabezazo que atajó sin dificultades el guardameta de Suiza, pero al margen de eso era complicado llevarse algo a la boca. Sin embargo, poco a poco el cansancio fue haciendo acto de presencia y eso propició que el partido se rompiera y que aparecieran los espacios.
España supo aprovecharse de ello. Robó un balón en campo propio y rápidamente salió a la contra. Abel Ruiz recibió dentro del área, aguantó el esférico a la perfección hasta ver la llegada desde segunda línea de Sergio Gómez y el jugador del Manchester City, con toda la suavidad del mundo, puso el balón en el fondo de las mallas.
Los de Santi Denia habían conseguido desatascar un partido correoso justo cuando empezaba a planear el fantasma de la prórroga. A partir de ahí, hubo un momento en el que Suiza, con los cambios, pareció dar un paso adelante y amagó con lanzarse a la remontada, aunque lo cierto es que Arnau apenas tenía que intervenir.
Todo estaba preparado para cantar el pase a las semifinales de España, pero en los partidos hay que mantener la concentración hasta el último segundo y eso es lo que no hizo el equipo nacional. Suiza encontró un resquicio, Amdouni se coló entre los centrales e igualó el choque con el tiempo cumplido para forzar la prórroga.
30 minutos más
España tuvo el pase a las semifinales en la mano, pero de repente se veía en un nuevo escenario en el que iba a tener que luchar durante 30 minutos más por un error propio. Aparecía entonces la incertidumbre de ver cómo encajaría esto el equipo de Santi Denia moralmente ante un rival crecido.
Lo cierto es que no lo asmilió demasiado bien al menos en el arranque. La sub21 no terminó de encontrar su sitio en el terreno de juego, y eso le dio alas a los helvéticos. Sin embargo, de repente algo cambió. Primero lo hizo con una clara ocasión de Abel Ruiz, cuyo disparo se marchó lamiendo el poste. Y después fue Miranda el protagonista.
El lateral zurdo se animó a aventurarse en el ataque, llegó desde segunda línea y, sin pensárselo dos veces, soltó un latigazo con su pierna izquierda que se coló en la portería suiza después de tocar en un defensa. La suerte también se tiene que aliar con los campeones y en esta ocasión fue de la mano de España. La segunda parte se perdió entre disputas absurdas que beneficiaron al combinado nacional, que ya está a las puertas de la final.