A perro flaco todo son pulgas y por eso al Fútbol Club Barcelona se le siguen reproduciendo los problemas extradeportivos. Si a nivel futbolístico el club azulgrana salió de su depresión el pasado curso al proclamarse campeón de La Liga, en el resto de planos no le van precisamente bien las cosas a la entidad que preside Joan Laporta.
Los problemas económicos agobian el día a día del Barça, pero eso no ha sido óbice para que el presidente se haya lanzado de lleno al megaproyecto del Spai Barça, ese que va a realizar una reforma espectacular del Camp Nou. Con las cuentas en números rojos, la inversión del club culé en remodelar su estadio va a ser ingente y no sólo eso, sino que el gran problema que se presenta en el plazo más inmediato es el del exilio.
El Barça no podrá pisar el Camp Nou como poco durante toda la próxima temporada y se marchará a jugar sus partidos como local al estadio de Montjuic. La medida es necesaria e irremediable porque no hay más opciones para que los azulgranas jueguen en la ciudad condal, pero es algo que no ha gustado en absoluto a sus aficionados, que le están dando la espalda al club en el plano social.
El número de socios que han decidido renovar su abono para poder ver en directo los partidos del FC Barcelona roza lo ridículo. Los últimos datos hablaban de algo más de 16.000 aficionados decididos a cambiar de casa durante esta temporada e ir a Montjuic a ver los encuentros, una cifra que se queda pequeña incluso en comparación con la masa social de algunos equipos de Segunda División y hasta de Primera RFEF.
Los inconvenientes y las incomodidades de ir hasta el estadio olímpico son grandes, es cierto, y este bajón de socios afectará directamente a las arcas del Barça. El club verá notablemente reducidos sus ingresos en el momento más complicado de toda la historia a nivel financiero, así que los problemas se siguen multiplicando.
Montjuic 'espanta'
No es sólo que hace tiempo fuera el estadio del eterno rival en la ciudad condal, el RCD Espanyol, sino que ir a Montjuic no resulta precisamente cómodo en Barcelona. Acostumbrados a las comodidades que ofrece un emplazamiento y un lugar más moderno como el Camp Nou, se mire por donde se mire en la comparación el Lluis Companys sale perdiendo.
Sede los Juegos Olímpicos de Barcelona '92, precisamente la pista de atletismo es uno de esos elementos que dificultan la correcta visibilidad de un partido de fútbol. La grada está muy alejada del césped, resulta más complicado vislumbrar todos los rincones del terreno de juego y el ambiente es mucho más frío que en un estadio más cerrado y cercano al césped.
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El hecho de que esté a las afueras de la ciudad no invita al desplazamiento, pero son todavía peores las malas comunicaciones que hay con la zona del estadio olímpico. Los coches particulares no pueden acceder al recinto, aunque sí que habrá un parking habilitado para las motos, pero el resto de viajes deberán hacerse por otras vías.
El club está trabajando intensamente para mejorar las conexiones con Montjuic, y entre las opciones que se barajan para poder acudir al estadio están las de autobuses lanzadera desde distintos puntos de la ciudad, pasando por el funicular o escaleras mecánicas.
Todas estas maneras de intentar llevar al socio a Montjuic, sin embargo, no están evitando una auténtica estampida de aficionados. El club ya fue pesimista en sus previsiones y esperaba tener unos 27.000 socios con este traslado al estadio olímpico, pero desde luego que la cifra está siendo mucho menor de lo previsto y esto podría dejar muchos huecos vacíos en la grada.
El problema económico
El desembolso que va a realizar el FC Barcelona por la ejecución de este Espai Barça va a ser faraónico. El club culé cerró la financiación de este proyecto con distintos fondos en 1.450 millones de euros, un agujero que tendrá que ir cerrando y recuperando con el paso del tiempo a través de los ingresos que pueda ir teniendo.
Esta temporada será, por lo tanto, muy complicada en el plano económico para el Barça. Más allá del desembolso multimillonario, la huida del Camp Nou menguará considerablemente los ingresos que habitualmente la entidad percibía en el estadio por diferentes conceptos, especialmente el de taquilla.
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La pasada campaña el Barcelona tuvo en torno a 80.000 socios con derecho a asiento que pagaron su carné, por lo que ver ahora esa cifra reducida a poco más de 16.000 supone un gran déficit con respecto a los ingresos de años anteriores. Por eso, el club todavía quiere que muchas más personas decidan seguir siendo socias este año pese a jugar fuera del Camp Nou.
No obstante, todo va más allá del número de socios. En los grandes encuentros se espera igualmente que haya lleno en Montjuic. En los encuentros de Champions League o en El Clásico las gradas deberían estar a reventar, pero el aforo del estadio olímpico es mucho menor que el del Camp Nou. De las casi 100.000 localidades del estadio habitual a las cerca de 50.000 del Lluis Companys harán que el Barça pueda vender muchas menos entradas y sacar un rédito económico mucho más pequeño.
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Por lo tanto, la espantada que están pegando la gran mayoría de socios esta temporada por el hecho de jugar en Montjuic no hace sino agravar los problemas económicos que tiene el Barcelona. En principio, la concesión del estadio olímpico es por un año, pero si las obras se dilatan y el Barça tiene que seguir más allá lejos del Camp Nou las consecuencias serán mucho más graves.