El fútbol modesto siempre deja historias de lo más curiosas, pero en algunos casos llegan a ser muy desagradables. Y si no que se lo pregunten a Álex Quesada, un portero que iba a firmar por el Unión Adarve madrileño de Segunda RFEF (la cuarta categoría del fútbol nacional) y que se ha quedado en la calle en el último momento.
El futbolista tenía un acuerdo cerrado con el equipo madrileño para ser uno de los fichajes de la temporada 2023/2024, pero desde el club le fueron dando largas, alegando problemas con el abogado que tenía que redactar el contrato, y finalmente se echaron para atrás. Lo hicieron en el último suspiro, cuando el futbolista ya había abandonado su residencia en Rota para desplazarse hasta Madrid y empezar una vida nueva con su familia.
Tal y como han apuntado tanto el propio futbolista como su agencia de representación, las conversaciones entre las partes fueron fluidas y llegaron a cerrar un acuerdo. Como en todo fichaje, se produjeron una serie de negociaciones y la parte del futbolista no aceptó una cláusula que le parecía abusiva.
Se trata de un punto del contrato por el que el club puede echar al futbolista por despido improcedente pagándole tan sólo dos meses de indemnización. Esta es una clásula que realizan muchos de los clubes asociados a ProLiga, algo que viene por defecto en los contratos que envían. Sin embargo, la agencia de Álex Quesada, Protiosport, se negó a que este punto apareciera en el acuerdo al considerarlo abusivo.
De hecho, el club había propuesto una cláusula de rescisión de 100.000€, algo que para la parte del guardameta no cuadraba con una indemnización de tan sólo dos meses de contrato en el caso de un despido improcedente.
El viaje
Desde el Unión Adarve, tal y como apunta la parte del futbolista, aceptaron esta renegociación, pero entonces comenzaron a pasar los días sin que hubiera noticias al respecto. El propio Quesada llegó a mantener conversaciones con el entrenador en las que parecía que todo iba según lo previsto, pero después llegó el duro golpe.
El futbolista solicitó algo de premura para poder firmar el contrato dado que la pretemporada comenzaba este pasado domingo y había sido citado para ella, pero desde el club hicieron referencia a unos problemas personales del abogado. Pese a ello, le dijeron que todo seguía adelante.
Así, Quesada decidió emprender el viaje a Madrid desde Rota, lugar de residencia por su equipo anterior, junto a su mujer y su hija de tres meses. Una nueva vida, con la mudanza entre medias, se abría por delante, pero entonces llegó la parte más desagradable.
El portero, que vio cómo el Unión Adarve había fichado a otro portero, se encontró con que el club madrileño decía no poder aceptar las condiciones del contrato, un acuerdo cerrado ya hace unos días según la versión del futbolista. Desde el Adarve alegan que no llegó a haber nada firmado.
Ahora, el jugador denunciará ante los tribunales esta situación ya que considera que se ha roto un acuerdo que ya estaba cerrado. Lo peor para el futbolista es que ha perdido tiempo en el mercado y ahora va a contrarreloj para tratar de encontrar un nuevo equipo de cara a la temporada que viene.