La temporada 23-24 de La Liga arranca este viernes 11 de agosto. Será una de las ediciones más tempraneras de su historia y lo hará en medio de una ola de calor que está asolando a España. En algunos campos se prevén cerca de 40 grados, una situación que roza el límite de la suspensión.
En este tipo de situaciones son necesarias todo tipo de precauciones. En primer lugar, para los aficionados. A algunos les tocará pasar dos horas al sol y, en estas circunstancias, la crema solar y el agua son las mejores compañías.
Para los futbolistas, jugar con estas temperaturas puede ser perjudicial para su salud. No están acostumbrados a jugar con este calor y deberán tomar varias medidas. Pero ¿qué deben hacer? ¿Cómo debe comportarse un equipo y sus jugadores ante estas condiciones? ¿Se deben suspender algunos partidos?
Las respuestas a todas estas preguntas y a muchas otras las tiene Josu Sesma, preparador físico del Esthegal, uno de los mejores equipos de Irán. El preparador navarro afronta su cuarto año en un país árabe donde sus futbolistas han llegado a jugar a más de 45 grados.
Antes de su aventura asiática pasó por el fútbol español donde trabajó como preparador físico de Osasuna desde 2006 hasta 2014. Ocho años en los que vivió la época dorada del club rojillo con la participación en unas semifinales de la Uefa.
Ahora, desde Teherán, preparando el debut de esta noche del Esthegal en la liga iraní, Josu Sesma habla con EL ESPAÑOL para contarnos los aspectos clave que deben tener los futbolistas cuando juegan a altas temperaturas.
Hidratación constante
Según Josu, la hidratación es el mejor remedio para combatir el calor durante un entrenamiento o un partido: "Es lo más importante y en estas fechas más aún. En nuestro caso, antes de los entrenamientos y partidos cada jugador debe beber 6 mililitros de líquido por kilo de peso cada tres horas. Si un futbolista pesa 80 kg, lo ideal es que tome 480 mililitros de agua cada tres hora lo que viene a ser 0,48 litros", apunta.
Además, destaca la importancia de "minimizar la pérdida de agua en el cuerpo" durante el desarrollo de la actividad y la necesidad de darle a tu cuerpo "sodio, hidratos y proteína" una vez concluyes el entrenamiento o el partido.
A pesar de estar bien hidratado Josu admite que jugar con mucho calor afecta en el rendimiento de los jugadores: "Cuando las temperaturas aumentan vemos en nuestros GPS que la distancia recorrida por cada jugador es bastante menor a la habitual. También disminuyen las carreras a alta intensidad, las que son a más de 21 km/h. Sin embargo, resulta curioso que el número de sprints que realiza cada futbolista no suele ser menor. En ese caso se mantiene aunque hagan 40 grados o 25".
El calor provoca un bajón de rendimiento y también puede afectar a posibles lesiones: "Con temperaturas altas el agotamiento es mayor lo que te puede llegar a producir calambres musculares. Estos factores son la antesala de un golpe de calor", apunta un Josu Sesma que ve peligroso jugar a temperaturas cercanas a los 40 grados: "En Irán hemos jugado con 45 o más, pero no es lo mejor. En estas condiciones los futbolistas pueden sufrir un golpe de calor. Les pones en riesgo".
Josu ha llegado a vivir partidos con casi 50 grados y utiliza la pausa después del calentamiento y los descansos para ayudar a los futbolistas: "Cuándo un jugador se acerca a una temperatura corporal de 40 grados es preocupante. Necesita un médico. Pero hay que intentar que eso no ocurra. Para ello, después del calentamiento les ponemos chalecos con hielo o toallas empapadas de agua fría sobre su nuca y espalda. Ese método les viene bien para enfriar su cuerpo y no tener un golpe de calor".
Sin embargo, no conviene utilizar esas técnicas sin haberlo experimentado antes. "No sabemos cómo va a reaccionar el futbolista. Por eso, conviene que durante dos o tres semanas antes se vaya acostumbrando", afirma Josu.
Desde hace unos años desde LaLiga han implantado el cooling break, una pausa de hidratación que se da en el minuto 30 y 75 de aquellos partidos que se estén disputando a más de 30 grados. "Esa medida ayuda mucho. Está bien que piensen en el futbolista. También, en los partidos con estos valores climatológicos tan altos hay que procurar que los calentamientos sean de menor duración y con ejercicios menos intensos".
Máxima alerta en Sevilla
Este próximo fin de semana arranca La Liga y en algunos campos se van a llegar a temperaturas muy altas. Como medida, LaLiga no ha puesto ningún encuentro antes de las 17 horas, pero aun así, en varias ciudades se jugarán por encima de los 30 grados.
La mayor preocupación reside en Sevilla. Allí se miden el viernes 11 de agosto el Sevilla y el Valencia. El encuentro, que se iba a disputar a las 21:30, será finalmente a las 22 horas. Sin embargo, la temperatura rondará los 40 grados. Habrá que ver como afecta el calor al rendimiento de los jugadores.
Los otros dos puntos de riesgo están en los partidos del Barça y Atlético. Ambos juegan en Madrid y lo harán con temperaturas superiores a los 30 grados. Mientras tanto, el resto de la jornada tendrá valores más habituales. Será en el norte donde se verán los registros más bajos con 22 grados en San Sebastián y 21 en Bilbao.