El gigantesco éxito de la selección femenina de fútbol en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda con la consecución del título se vio empañado por una polémica imagen que se produjo durante la celebración. Tras el partido, en la ceremonia de la entrega de medallas, Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, le dio un beso en la boca a Jenni Hermoso.
Este acto desató una cascada de duras críticas que obligaron, horas después, al máximo mandatario de la RFEF a rectificar a través de un vídeo emitido por los canales oficiales del organismo. Rubiales ofreció unas tibias disculpas por su beso a Jenni Hermoso pese a que la propia jugadora le había restado hierro al asunto a través de unas declaraciones.
Esta polémica que ha salpicado al presidente de la Real Federación Española de Fútbol ha debilitado considerablemente su figura. Las imágenes han dado la vuelta al mundo y el revuelo ha llegado incluso a las altas esferas políticas, ya que varias figuras públicas han mostrado su repulsa a lo sucedido en Australia.
Ampliamente criticado
Uno de los organismos en condenar la actuación del presidente de la RFEF ha sido la Generalitat de Cataluña. La secretaria general de l'Esport, Anna Caula, reclamó la dimisión de Rubiales después de un acto que calificó de "agresión dura". "Corresponde a un presidente de la Federación ser escrupuloso con las formas. Lo que explica este beso y las declaraciones posteriores que lo justifican es que normalizamos actitudes que no son aceptables", dijo Caula.
Elizabeth Duval, portavoz de Feminismo, Igualdad y Libertades LGTBI+ de Sumar, reprochó las formas en las que Luis Rubiales pidió perdón: "Cualquier disculpa que empiece con 'seguramente me he equivocado, no se ha entendido, se ve que lo he hecho mal', si ni siquiera asumir los hechos, no es una disculpa, es una vergüenza", dijo.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, tampoco se quedó impasible ante este hecho que ha levantado tanta polvareda. El político tachó de "inaceptable" el beso de Luis Rubiales a la jugadora de la Selección en unas declaraciones a RNE, y se mostró muy disgustado con lo sucedido: "Vivimos en un momento de igualdad, de derechos y de respeto hacia las mujeres. Creo que es inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla. Tal y como lo he visto, creo que hay que decirlo, todos merecemos un respeto".
Otros políticos como Pablo Echenique también mostraron su condena a lo sucedido en Australia: "¿De verdad van a permitir que esto sea la 'marca España' que exportamos y no lo van a cesar?", dijo. Irene Montero e Ione Belarra, por su parte, catalogaron el beso a la futbolista como un acto de "violencia sexual".
Miguel Ángel Galán, presidente de Cenafe, fue todavía un poco más allá y presentó ante el CSD una denuncia contra Luis Rubiales. Galán considera que el beso a Jennifer Hermoso es "un acto sexista intolerable en el deporte", y espera que el CSD traslade su denuncia al Tribunal Administrativo del Deporte para que el presidente de la RFEF sufra las consecuencias.
Incluso Caroline Seger, la capitana de la selección de Suecia, contra quien jugó España, se mostró en contra: "Es terrible e inaceptable. No entiendo cómo puede pasar y a mí se me hace muy raro. Quiero que todo el mundo reaccione y quiero que pase algo porque claramente hay problemas en la RFEF".
El perdón no convence
El vídeo difundido por la RFEF en el que se ve a Luis Rubiales disculpándose por la polémica que había levantado su beso a Jenni Hermoso, no ha convencido. Su tibio perdón parece quedarse a medio camino pese a que reconoce haberse equivocado con sus actos.
"Seguramente me he equivocado", dijo el mandatario en el inicio de su discurso. El hecho de que hable de "un momento de máxima efusividad", "sin mala fe" y que todo ocurrió de manera "espontánea", tampoco ayudan a pensar a todas las voces críticas que su arrepentimiento sea sincero.
Todas estas críticas públicas recibidas por parte de diversos representantes de las instituciones públicas hacen que la posición de Luis Rubiales al frente de la Federación se debilite considerablemente pese al éxito de la Selección en el Mundial femenino.