Siete horas. Ese fue el lapso de tiempo que permaneció viva la versión de Luis Rubiales acerca de cómo se desencadenó el fatídico momento del que está hablando todo el mundo y que terminó con un beso en la boca a Jennifer Hermoso.
Primero el presidente de la Real Federación Española de Fútbol compareció en la Asamblea General Extraordinaria convocada por la RFEF y lo hizo para defenderse atacando. Mucho se había especulado en la previa con el posible anuncio de su dimisión, pero su actitud y sus palabras distaron mucho de terminar en una marcha voluntaria.
En lugar de ello, ofreció su relato de cómo habían sido los momentos previos a darle el beso en la boca a Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial, el logro más importante de la historia del fútbol femenino en España. Rubiales habló de consentimiento en el "piquito" que le había dado, pero unas horas después Jenni Hermoso salió al paso de esas afirmaciones.
Hasta el momento, la jugadora no se había pronunciado al respecto más allá de unas declaraciones difundidas por la propia RFEF. Sin embargo, el discurso del presidente de la RFEF, con el que hasta el momento guardaba una gran relación, pareció ser la gota que colmaba el vaso en toda esta historia.
La futbolista contradijo por completo la versión de Luis Rubiales y negó en todo momento que hubiera habido consentimiento en aquel beso. Aludió a presiones de la RFEF para quitarle hierro públicamente al asunto y alegó que este tipo de comportamientos inaceptables habían sido habituales en la Selección durante los últimos años.
Un discurso demoledor que pareció dejar sin coartada a un Luis Rubiales que por la mañana se había defendido con toda la artillería. Unas palabras que resonaron con fuerza en la sociedad y que enrevesaron todavía un poco más todo este escabroso asunto que se desató en plena celebración del Mundial.
Rubiales y el consentimiento
La Asamblea General Extraordinaria que convocó este pasado viernes la RFEF se presentaba quizás como la más importante de la historia reciente en el fútbol español. Se esperaba la comparecencia de Luis Rubiales para dar explicaciones por su polémico beso a Jenni Hermoso, algo por lo que lleva días en el ojo del huracán, y hasta su dimisión como presidente de la Federación.
Sin embargo, el guión sufrió un giro absoluto cuando el mandatario repitió hasta en cinco ocasiones entre aplausos cada vez más fuerte que no se iba a mover de su sillón: "No voy a dimitir", dijo cinco veces consecutivas, cada cual de ellas con más energía y rabia.
Habló de lo que sucedió con Jenni Hermoso como de un "piquito" y aseveró que tenía el consentimiento de la jugadora: "El beso fue consentido. Esta jugadora falló un penalti y tuvimos momentos cariñosísimos en este Mundial. En el momento en el que apareció Jenni me levantó del suelo, que casi nos caemos, y ella fue la que me acercó a su cuerpo y nos abrazamos. Le dije 'olvídate del penalti' y ella me contestó 'eres un crack'. Yo le dije 'un piquito' y nos lo dimos, luego le di un golpe en el costado y nos despedimos".
Rubiales habló de que se estaba ejecutando "un asesinato social" contra él y una "cacería" con el objetivo de apartarle del cargo, motivo por el que no iba a dimitir. El presidente de la Federación señaló además a figuras como Javier Tebas o incluso a políticos como Yolanda Díaz, Irene Montero o Pablo Echenique como algunos de los artífices de las críticas más duras.
Hermoso, muy dura
La comparecencia de Rubiales se dio en torno a las 12:00 horas del pasado viernes, y unas siete horas más tarde Jenni Hermoso rompió su silencio e hizo estallar todo por los aires. Lo hizo primero en un comunicado conjunto a través de FutPro en el que daba unas primeras pinceladas, pero sobre todo con otro escrito posterior a título individual donde dejaba afirmaciones demoledoras.
La jugadora desmontó por completo la versión que había ofrecido anteriormente Luis Rubiales y negó que hubiera dado su consentimiento para ser besada. Tildó las declaraciones del presidente de la Real Federación Española de Fútbol de "categóricamente falsas" y aseveró que son "parte de la cultura manipuladora que él mismo ha generado".
Hermoso apuntó que la conversación a la que había hecho referencia Rubiales ni siquiera se había producido y que además el beso en la boca que había recibido no fue de su agrado. "La situación me provocó un shock por el contexto de celebración", dijo antes de otra frase lapidaria: "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte".
La jugadora del Pachuca hizo referencia a hechos graves, como que había recibido múltiples presiones por parte de la RFEF, así como su entorno (familias, compañeras de equipo y amigos), para que diera una versión de lo sucedido que favoreciera a Luis Rubiales. Ella, dice, se negó en todo momento a prestarse a ello.
Pero no sólo eso, sino que Hermoso hizo referencia a que este hecho "es solo la gota que colma el vaso" porque "actitudes como esta han sido parte del día a día de nuestra selección durante años".
Este discurso de Jennifer Hermoso, la implicada en este escabroso hecho que ha saltado a las portadas internacionales, acorrala todavía más a Luis Rubiales al desmentir su relato. No sólo eso, sino que el CSD hará todo lo que esté en su mano como ya anunció su presidente Víctor Francos para inhabilitarle de sus funciones al frente de la RFEF. Más problemas que no terminan de acumularse sobre Luis Rubiales.