La Guardia Civil terminó el informe que le pidió hace meses el juzgado que investiga el 'caso Negreira' y concluyó que, durante los años en los que José María Enríquez Negreira fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, el arbitraje no fue "imparcial". Este escrito pertenece al mayor escándalo arbitral que se ha conocido en la historia del deporte español y que relaciona al Fútbol Club Barcelona con un posible trato de favor por parte del CTA.
El informe de la Guardia Civil reza que el organismo de los árbitros tuvo un "funcionamiento irregular" y que las decisiones que tomó "no habrían tenido siempre un respaldo deportivo imparcial".
De esta manera, en pleno revuelo por el 'caso Rubiales', vuelve a saltar al primer plano uno de los mayores escándalos que han salpicado al deporte nacional. Además, el informe también dice que José María Enríquez Negreira realmente sí que tenía un alto grado de influencia para tomar decisiones después de recoger el testimonio de diferentes árbitros, tal y como reveló El Mundo.
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El Fútbol Club Barcelona realizó pagos de manera periódica al que fuera vicepresidente de los árbitros durante prácticamente dos décadas sin que se haya podido encontrar una justificación real a esos movimientos de dinero. Ahora, la Guardia Civil concluye por lo tanto en su informe para el juzgado que investiga este escándalo que el arbitraje durante el tiempo que José María Enríquez Negreira estuvo en el CTA tuvo un "funcionamiento irregular".
Dudas sobre los informes
El Barça justificó los pagos multimillonarios a Enríquez Negreira por la elaboración de unos supuestos informes que le ayudaban a tener más información acerca de los árbitros que pitaban los partidos. Sin embargo, la Guardia Civil deja muchas dudas en su escrito acerca de estos informes.
"No se ha aportado la identidad de los profesionales que habrían desarrollado los servicios, ni copia de vídeos, documentos o informes en los que se concreten los tabajos de asesoramiento específicos", escribe la Guardia Civil.
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Además, según la propia Guardia Civil el Fútbol Club Barcelona tuvo que reconocer ante la Agencia Tributaria la "improcedencia del gasto" que había llevado a cabo durante casi dos décadas por unos servicios que, alegan, "no se encuentran amparados por soporte documental más allá de las facturas".
Las facturas existentes reflejaron conceptos como el "asesoramiento de vídeos técnicos" o también la "grabación de partidos de equipos españoles en competiciones europeas", aunque no existen pruebas de esos supuestos vídeos.
Durante sus comparecencias públicas al respecto, Joan Laporta, actual presidente del Barça y también dirigente durante los pagos a Negreira, se encargó de desacreditar las críticas y las investigaciones. El mandatario apuntó que se trataba de una campaña de desprestigio contra los éxitos deportivos del Barcelona y que nunca habían hecho nada al margen de la legalidad.