Sergio Ramos ya es del Sevilla. 18 años después, el defensa de Camas regresa al club de Nervión. Tras acabar su contrato con el PSG y después de ser tentado con ofertas de Turquía y Arabia Saudí, el central cumple su deseo de regresar al conjunto sevillista. Firma por un año (más otro opcional), será inscrito en la Champions League y llevará el '4' con el que se convirtió en leyenda en el Real Madrid.
La noticia es inesperada y viene por el movimiento de última hora realizado por el Sevilla. Ramos, que se había ofrecido varias veces durante el verano al club hispalense, había tirado la toalla y estaba listo para irse a Arabia. Ya tenía un acuerdo con el Al Ittihad, donde juega Karim Benzema, y tenía programado el vuelo que le llevaría a Yeda para formalizar su contrato.
Una semana antes apuntaba a Turquía. Primero el Besiktas y luego el Galatasaray. Ramos aguantaba por su familia, a la espera del Sevilla. Los malos resultados del equipo que dirige Mendilibar (0/9 puntos en Liga), quedando señalada la zaga defensiva, motivó el cambio de opinión de José Castro y Víctor Orta, presidente y director deportivo del Sevilla, respectivamente.
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En este asunto que estalló en cuestión de horas fue clave la figura de José María del Nido Carrasco, vicepresidente primero del club. Días antes era su padre, Del Nido Benavente, máximo accionista del Sevilla, quien mandaba un mensaje a Orta pidiendo su fichaje. También en el vestuario, con Jesús Navas -íntimo de Sergio- al frente, se empujaba para hacer la operación. Y José Mendilibar le quería. Las presiones causaron efecto y al final todos cedieron para que Ramos vuelva a vestir la camiseta del Sevilla.
Sergio Ramos esperó hasta el final. Arabia le ofrecía un contrato de 20 millones fijos, pero el dinero en este caso no motivaba su decisión. En el Sevilla, su ficha se dice que será de un millón neto. Volver a casa, a Sevilla, donde el futbolista de 37 años se ha pasado todo el verano entrenando en su finca, era la prioridad para un jugador que tiene una cuenta pendiente.
A comienzos de agosto, el fichaje se daba por imposible: "Para nosotros, en el modelo de plantilla que llevamos actualmente, no existe posibilidad de fichar a Sergio Ramos porque tenemos seis centrales y ya hay problemas para inscribir jugadores. Además, tampoco hay posibilidad a día de hoy por el modelo de negocio, basado en fichajes de jugadores jóvenes que puedan dejar rendimiento y plusvalías", decía Orta, quien reemplazó este verano a Monchi en la dirección deportiva.
Castro era más rotundo: "Nosotros tenemos una planificación prevista que estamos llevando a cabo tal y como la dijimos. Sergio nunca ha sido una opción porque entendemos que no necesitamos sus servicios. Ha habido un ofrecimiento directo e indirecto, pero no lo hemos tratado". El presidente, incluso, dejó alguna frase que podía ser hiriente: "¿Que Ramos quiere venir? Y yo quiero un avión".
Los líos con el sevillismo
La afición era el otro punto clave de esta historia. Aunque algunos hinchas sevillistas pedían a gritos la vuelta de Ramos, entre ellos siempre ha habido una vertiente -la más radical, los Biris Norte- que no ha dudado en mostrar su rechazo al exfutbolista del Real Madrid. La forma en la que se dio su adiós cuando tenía 19 años, en 2005, le convirtió en enemigo público del club en el que se formó. En realidad fue un traspaso pactado y no mediante el pago de su cláusula, aunque Del Nido siguiera ese relato para responsabilizar al jugador.
Las visitas de Ramos al Sánchez Pizjuán en estos años con el Real Madrid estuvieron cargadas de polémica por culpa de ello. En sus primeras veces fue recibido con pitos y, aunque hubo años en los que la relación se normalizó y hasta recibió un premio en el Pizjuán a su trayectoria (2014), en 2017 se desató de nuevo la tormenta.
Ramos marcó un gol de penalti a lo Panenka durante un partido de Copa del Rey. Entonces recibió graves insultos -a él y a su familia- desde el Fondo Norte, con el foco puesto en el grupo radical de los Biris, y Sergio respondió: señal a su nombre y manos a las orejas mientras las amenazas crecían. Aquello le terminó por enfrentar a esa parte del sevillismo que le respetó y a la que pidió perdón instantes después. No fue suficiente para calmar las aguas.
El Sevilla de Pepe Castro pidió a Antiviolencia que estudiara si la celebración de Ramos pudo ser constitutiva "de infracción del Código Disciplinario de la RFEF". Pronto se descartó una sanción para el central. Seis años después del incidente, tras los intentos de defensa del club, se decretó el cierre de dos sectores de la grada baja del Fondo Norte para un partido "por la bronca".
Por su lado, aquel día Sergio soltaba una sentida bomba en zona mixta: "Parte de la afición del Sevilla no merece mi respeto. A Rakitic y Alves, que no han mamado de aquí, se les recibe como dioses. A mí, se acuerdan e insultan a mi madre", dijo pasados ya 12 años de su adiós del club. "El día que me entierren será así, con una bandera del Madrid y otra del Sevilla", añadía con rotundidad.
El regreso
Ramos, mientras tanto, se convirtió en emblema del Madrid: cuarto jugador con más partidos de su historia (671), autor del gol de 'La Décima', capitán en sus últimas seis temporadas... En 2021, el club blanco le ofreció un año más de contrato y tras meses alargando su respuesta buscando una propuesta mejor (dos temporadas) el Madrid retiró la oferta y ambos separaron sus caminos.
Ahora Sergio está de regreso en Sevilla. Será presentado este martes, a puerta cerrada quizás para evitar un primer encontronazo con los Biris tan pronto. El club de Nervión deberá resolver esa papeleta, aunque si los resultados empiezan a ir de cara todo irá mejor. Para eso se le ficha, para revertir un inicio de temporada para el olvido. Ramos cumple su sueño de volver al Sánchez Pizjuán antes de la retirada y tratará de volver a sentirlo como su casa.