El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha admitido a trámite la querella presentada por la Fiscalía contra Luis Rubiales por el beso en la boca que el ya expresidente de la Federación de Fútbol (RFEF) dio a la jugadora Jenni Hermoso en la final del Mundial femenino. El Ministerio Fiscal le atribuye los delitos de agresión sexual y de coacciones.
En un auto, fechado este lunes, el magistrado, titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, ha acordado las primeras diligencias de este procedimiento.
Entre ellas, solicita a Radiotelevisión Española (RTVE) el vídeo o vídeos que tenga en sus archivos "que recojan el momento, desde todos los ángulos, en el que el querellado besa a la denunciante".
[Rubiales aporta a la FIFA un vídeo donde Hermoso y sus compañeras bromean con él sobre el beso]
La Policía Judicial también tendrá que recabar y entregar al Juzgado los minutos de emisión, "inmediatamente anteriores y posteriores al hecho", que fuesen grabados por las cámaras de la cadena pública y que recojan instantes de la celebración del triunfo de la Selección de fútbol femenino.
El partido fue emitido el pasado 20 de agosto en La 1 de TVE, desde Sídney (Australia), donde se disputó.
El juez De Jorge también ha solicitado a varios medios de comunicación el vídeo de la celebración en el autobús de la victoria en el Mundial, posterior a que Hermoso recibiera el beso de Rubiales.
De hecho, en dichas imágenes se aprecia a la jugadora bromear con lo ocurrido. Se trata del vídeo que avanzó EL ESPAÑOL y que decenas de periódicos y televisiones replicaron después.
El ya expresidente de la RFEF lo adjuntó a la FIFA en su escrito de alegaciones, después de que este organismo decidiera suspenderle cautelarmente de todos sus cargos en el ámbito del deporte.
Mientras que Jenni Hermoso —no sin haber cambiado su versión— sostiene que el beso no fue consentido y que la hizo sentir incómoda, el presidente de la Federación defiende que fue un gesto —"un pico sin maldad"— anecdótico, "eufórico" y de mutuo acuerdo, que la jugadora aceptó verbalmente.
"Yo le dije: '¿Un piquito?' y ella dijo: 'Vale'", manifestó el aún presidente de la RFEF en la Asamblea extraordinaria del pasado 25 de agosto, convocada para abordar estos hechos y en la que el dirigente deportivo se negó a dimitir. Finalmente, lo hizo este domingo, tras una "persecución desmedida" y pese a expresar su "fe en la verdad".
Coacciones
En su querella, la Fiscalía también atribuye a Rubiales un supuesto delito de coacciones. Lo hizo después de que Jennifer Hermoso declarase en la Fiscalía General del Estado que sufrió una "presión constante y reiterada" y una "situación de hostigamiento" para que restara importancia públicamente al beso.
Actualmente, tras las modificaciones provocadas por la Ley del sólo sí es sí, el Código Penal castiga la agresión sexual —el primero de los dos delitos por los que, hipotéticamente, Rubiales podría sentarse en el banquillo de los acusados en un futuro— con penas de cárcel de 1 a 4 años.
Por su parte, el delito de coacciones se castiga "con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados".
Ahora, Rubiales recibirá en su domicilio una copia de la querella para que, tal y como expresa el juez De Jorge, "conozca los hechos imputados" y pueda ejercer correctamente su defensa.
La Audiencia Nacional es el órgano competente para investigar —y, si llega el caso, enjuiciar— estos hechos, ya que fueron cometidos por un ciudadano español y se produjeron en el extranjero. Concretamente, en Australia, donde Jenni Hermoso no los denunció y donde no se ha abierto ningún procedimiento al respecto.