El enfrentamiento del pasado miércoles entre el Atlético de Madrid y el Feyenoord correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League dejó algo más que un simple partido de fútbol. Al margen de lo deportivo, los ultras de ambos conjuntos protagonizaron una lamentable pelea pactada en un bosque de la capital de España.
Para algunos el fútbol sigue siendo un lugar perfecto para desahogar su rabia y frustración, algo que nada tiene que ver con el deporte y su esencia más pura. Es el caso de los aficionados radicales del Atlético de Madrid y del Feyenoord, que quedaron para pegarse en la previa del encuentro entre ambos conjuntos.
Tal y como desveló el diario ABC, miembros del Frente Atlético, el grupo ultra del Atlético de Madrid, y de Rotterdam Jongeren Kern junto con Firm FIIIR, por parte del Feyenoord, acordaron una pelea clandestina en un bosque de Madrid. Se trata de una práctica cada vez más habitual, la de cerrar un encuentro entre dos bandos para pegarse alejados de las grandes multitudes y, especialmente, de la presencia de las fuerzas policiales.
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Los contendientes cerraron además unas condiciones mínimas para esta pelea. Los ultras del Atlético y del conjunto holandés acordaron acudir al encuentro sin armas, pero sí que a cambio pudieron portar algunos elementos de seguridad como protectores bucales, cascos o vendajes.
La pelea, de siete contra siete, fue rápida, algo habitual en este tipo de encuentros entre aficiones rivales. Algo menos de un minuto de puñetazos y patadas entre los hooligans de ambos equipos que terminó con victoria para los neerlandeses. Es ya la segunda vez que los ultras del Feyenoord quedan para pegarse en esta Champions League, y también la segunda vez que ganan, ya que lo hicieron en su anterior encuentro con los radicales del Celtic.
Una práctica cada vez más habitual
Este tipo de peleas están comenzado a convertirse en un hábito entre muchos grupos radicales en Europa. En Rusia ya es una práctica habitual que hinchas de dos equipos rivales acuerden las condiciones de la pelea y queden lejos de las ciudades, en lugares apartados, para pegarse.
Se suele tratar de peleas muy cortas, en torno a un minuto de duración, y normalmente en grupos reducidos. Incluso en Rusia un político llegó a pedir que estas luchas salvajes se convirtieran en deporte, ya que parece algo inevitable, y así el país podría aprovechar para ser "pionero" en una actividad de este calado.
Esta pelea no fue el único incidente que dejó el partido entre el Atlético de Madrid y Feyenoord del pasado miércoles. Ya dentro del estadio Metropolitano, una serie de aficionados holandeses irrumpieron en al zona VIP del palco, algo que obligó a las fuerzas de seguridad a tener que intervenir.
Seis hinchas del Feyenoord de entre 21 y 52 años fueron detenidos tras estos graves incidentes en el palco, mientras que hasta cinco aficionados del Atlético de Madrid resultaron heridos.